Noches de whisky y ostras

SAN ANTONIO OESTE-. “Era extraordinario el francés, tenía una pasta, como todos los que vinieron después, porque siguieron llegando más aviones, pero él fue el primero que vino con ese vuelo experimental de la Aeroposta”, recordaría Miguel Neman poco antes de morir, en una entrevista que le realizó el periodista y actual director de turismo Carlos Lambertucci. “Aterrizó en uno de esos aviones en los que el piloto iba afuera, y venía con toda su vestimenta de cuero… antiparras, todo eso. Esos aviones no tenían mayor velocidad, sólo 180 kilómetros porque eran motores radiales, que iban por fuera, redondos y de pala fija, no como ésos que toman velocidad con la pala… pero era maravilloso”, recordó el anciano. Si bien Exupèry permaneció en el pueblo sólo un par de días, hasta que puso a punto su aeronave, su breve estadía en el hotel ‘Americano’, que funcionaba dónde actualmente se encuentra el restó bar que posee el mismo nombre, dio lugar a muchísimos recuerdos. “En los dormitorios de arriba de ese hotel había una semi-terraza, y por las noches tomaban whisky y comían ostras y el francés salía a mirar el cielo y decía que nunca había visto un cielo tan puro y estrellado como acá”, rememoró Miguel en ese reportaje. Al definirlo, en tanto, el hombre destacó “Exupèry era uno más en el montón, uno como nosotros, amplio, sencillo, ameno, a la edad que uno tenía esos detalles no los captaba, pero con los años fui tomando conciencia, porque él, así como era, fue el creador de los vuelos patagónicos”.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios