Por qué piden «pirotecnica sonora cero» para estas fiestas

La asociación TGD Padres Tea impulsa la campaña "Más luces, menos ruido". Piden empatía con los chicos con autismo que padecen hipersensibilidad auditiva.

«Más luces, menos ruido» es la campaña que impulsa la asociación TGD Padres Tea a nivel nacional para concientizar respecto al daño que genera la pirotecnia en personas con hipersensibilidad auditiva.

«En Bariloche no está permitido el uso de pirotecnica por ordenanza municipal, pero no deja de ser un problema. En muchas ciudades, sigue permitido su uso», señaló Valeria Sárez, madre fundadora de TGD Padres Tea Bariloche que nuclea a 350 familias.

La campaña comenzó en 2017 con el objetivo de concientizar sobre los trastornos que la pirotecnica puede generar no solo en las personas con autismo, sino también adultos mayores y niños. En aquellas personas que padecen de hipersensibilidad auditiva, un estimulo excesivo puede derivar en una fuerte crisis.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nivel máximo de sonido al que una persona puede estar expuesta sin sufrir ningún tipo de daño es de aproximadamente 56 decibeles (una conversación, el aire acondicionado, una calle). La pirotecnia, en cambio, puede llegar a superar los 160 decibeles.

«Pedimos más pirotecnia lumínica, por debajo de los 56 decibeles. Le decimos no a la pirotecnia de alto impacto sonoro. No queremos prohibir nada a nadie. Sólo pedimos más empatía. Ya se utiliza pirotecnia silenciosa de bajo impacto sonoro en países como Brasil, Francia, Japón y China; mientras que la provincia de Córdoba ya esta encaminada en este recorrido», plantean desde la asociación que congrega a 800 mil familias a nivel nacional.

«A veces, no se tiene empatía con respecto a lo que provoca la pirotecnica en personas hipersensibles (en nuestro caso, nuestros hijos que son autistas). Una situación de estrés o extrema, como un estruendo, provoca que ese niño se bloquee, se empiece a hacer pis o se retrase con el tratamiento», indicó Suárez.

Contó que las fiestas generan un fuerte estrés para las familias que, muchas veces, deben trasladarse hasta lugares más tranquilo para que los chicos no sufran ante el uso de la pirotecnica sonora. «No se trata solo de la mascota que se puede escapar. Puede provocar un daño grande a una persona. Muchas veces, vamos al supermercado y los chicos no soportan los ruidos de las cajas. Basta imaginarse un petardo. Por eso, esperamos que la sociedad comprenda y piense en nosotros«, dijo Suarez.


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