Semana de la Lucha contra la Muerte Súbita: la primera asistencia no es del personal de salud
Se producen entre 30 mil y 40 mil muertes al año. Los números no difieren en gran medida de otros países. La diferencia está puesta en la falta de capacitación en reanimación cardiopulmonar y en la ausencia de desfibriladores.
La Semana de la Lucha contra la Muerte Súbita en agosto tiene un objetivo claro. No solo visualizar las estadísticas que dan cuenta de 30 a 40 mil fallecimientos por año en el país sino concientizar a la población respecto a la necesidad de capacitarse en reanimación y en la necesidad de contar con desfibriladores.
La muerte súbita es conocida por la alteración o interrupción inesperada de toda la actividad cardíaca. La respiración y el flujo sanguíneo se detienen de inmediato. La persona pierde la conciencia y muere en cuestión de segundos. No hay ninguna razón aparente. Es inesperada y rápida.
«Muerte súbita es un término genérico que engloba muchas patologías. No es una entidad por sí. La mayoría de los eventos son por causas cardiológicas«, explicó el médico cardiólogo Martín Lee, subdirector de la Residencia de Especialistas de Cardiología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en el Hospital Privado Regional de Bariloche.
Subrayó que «el paciente no tiene síntomas, por eso el 80% de los eventos suelen ocurrir fuera del ámbito hospitalario. El mayor porcentaje se produce en la vía pública o en una práctica deportiva. O en el hogar».
De modo que la primera persona que asiste en estos casos no es un médico ni un enfermero sino un familiar, un compañero del trabajo o un peatón que circula cerca de quien está desvanecido. «Menos de la mitad de las personas que tiene un evento recibe asistencia antes de la llegada de la ambulancia. Si un paciente que registra un episodio en club donde hace deporte, por ejemplo, recibe asistencia cambia su pronóstico mientras se esperan los 20 minutos que puede demorar una ambulancia. Muchas veces, la gente se queda de brazos cruzados esperando que se concrete el acto médico», recalcó Lee que, a la vez, coordina el área de Cardiología en el HPR.
No se actúa por desconocimiento y temor y, la realidad es que cada segundo que pasa, disminuye la posibilidad de sobrevivir al evento. «En aquellos lugares donde hay gente entrenada en el uso de desfibriladores o reanimación cardiopulmonar, la tasa de sobrevida aumenta. Son fundamentales las compresiones mecánicas hasta que llega la ambulancia. Y cualquier ciudadano con conocimientos mínimos está en condiciones de asistir a un paciente«, señaló.
Lee recalcó que los desfibriladores automáticos que se encuentran en los shoppings, aeropuertos o en un club cuentan con una guía por voz. «Solo se deben conectar los cables en la persona que tiene la muerte súbita y el aparato va guiando respecto a cómo debe usarse. Cada minuto cuenta«, insistió.
Las estadísticas de muerte súbita en Argentina están en el promedio a nivel mundial. Sucede que la falla está a nivel educativo. «La gente no actúa si no sabe qué debe hacer. Entonces, es fundamental la capacitación en las escuelas y las charlas comunitarias», afirmó.
Una institución en Bariloche adquirió un equipo a partir de una muerte sorpresiva
La muerte de un alumno en el Centro de Educación Física (CEF) 8 de Bariloche generó conmoción en la comunidad educativa el año pasado. Desde ese momento, las autoridades se trazaron un objetivo: adquirir un desfibrilador que se concretó en las últimas semanas.
«Fue un esfuerzo de las familias, a través de la cooperadora del CEF 8. Sucede que tuvimos un alumno -un adulto- que falleció por un paro cardíaco fulminante. Desde el equipo directivo nos planteamos como necesidad contar con un Desfibrilador Externo Automático (DEA) pensando que, de haberlo tenido el año pasado, quizás podría haber ayudado», comentó Luis Fuentes, director del CEF de Bariloche.

El equipo costó 1,8 millón de pesos y además, se adquirió el gabinete en el que se colocará en un lugar visible -de fácil acceso aunque lo protege de posibles robos- de la institución que costó 500 mil pesos.
Desde la Subsecretaría de Protección Ciudadana de Bariloche comprometieron un taller de capacitación para el personal.
«Tiempo atrás se hicieron cursos en las escuelas secundarias de RCP. Es fundamental que la población tenga conocimientos básicos y son muy pocas las escuelas públicas que tienen estos equipos. No se si en Bariloche somos los únicos que tienen uno», dijo Fuentes. El CEF cuenta con unos 950 alumnos que van desde los 5 a los 90 años. El 40% de la población son adultos mayores.
La Semana de la Lucha contra la Muerte Súbita en agosto tiene un objetivo claro. No solo visualizar las estadísticas que dan cuenta de 30 a 40 mil fallecimientos por año en el país sino concientizar a la población respecto a la necesidad de capacitarse en reanimación y en la necesidad de contar con desfibriladores.
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