Sexo en tiempos de desconexión: alertan por el abuso de fármacos y pornografía

Cada vez hay más consultas para los sexólogos. La eyaculación precoz y la disfunción eréctil preocupa entre los hombres; la falta de deseo se registra más entre las mujeres.

Inquietudes que antes quedaban puertas adentro, se trasladan cada vez más a los consultorios de Sexología. Las influencers en temas sexuales y la difusión de relatos en primera persona, a través de reels, hacen que muchos comprendan que la situación que atraviesan también les ocurre a otros y que pueden consultar para buscar una solución.

En un encuentro de médicos y psicólogos especialistas en sexología en Buenos Aires para intercambiar información, coincidieron en que de 10 consultas, 8 corresponden a hombres. «Todo gira en torno al desempeño sexual del hombre. Por eso, cuando tiene un problema acude rápidamente al espacio terapéutico. No así la mujer que, durante años, tuvo un rol más pasivo en la sexualidad«, resumió Candela Fernández, psicóloga y sexóloga clínica en Cipolletti y Neuquén que participa del encuentro nacional en la semana del Dia de la Salud Sexual.

Todo, resaltó, gira en torno a la cuestión fisiológica: «La mujer es multiorgásmica; el hombre no, pero el tiempo sexual lo marca el hombre. Las mujeres son multitareas y el hombre no tanto. La respuesta sexual del hombre es diferente a la de la mujer: la erección marca el tiempo; si no hay erección, no hay encuentro sexual. Si una mujer no está deseosa puede hacerlo igual«. Consideró que todo esto «hace que el hombre tienda a ser más resolutivo y frente a un problema, pida una consulta más rápido«.

Según Fernández, las principales consultas de los hombres están vinculadas a la eyaculación precoz y a la disfunción eréctil. «Hoy nos encontramos con dos grandes situaciones que estropean el desempeño sexual del hombre: el abuso de la pornografía y del viagra, incluso en adolescentes«, dijo.

El hombre, agregó, suele estar catalogado como «una máquina sexual» y en esto incide mucho «el aprendizaje de la pornografía». «Si consumís porno a temprana edad, resulta una fuente de aprendizaje y salís a la cancha pensando que lo ideal es tener un pene grande, que mejor ser bien rudo, no se muestra el preservativo y el sexo oral siempre es de la mujer al hombre. La industria del porno es para que lo consuman hombres», advirtió aunque resaltó que en los últimos años, se difunde «un porno más feminista» en el que hay diversidad de cuerpos, escenas con consentimiento y uso de profilaxis.

«Lamentablemente, esto no es lo masivo. Hay chicos de 12 que consumen porno y aprenden erróneamente. Todo esto dificulta mucho tener una erección -o mantenerla o incluso eyacular- con una penetración convencional«, alertó.

Muchos hombres que acuden a la consulta no tienen un problema fisiológico. Sólo una fuerte presión por el desempeño. «Están pasados laboralmente o se están por separar. La tecnología ha perdido el cara a cara, los encuentros, queremos que todo sea rápido. De esta forma, uno se desconecta un poco de lo erótico, lo romántico y el deseo«, afirmó.

La rutina tampoco ayuda. Y al convivir, las postergaciones son más frecuentes. «Todo pasa para mañana y mañana y mañana. Es delgada la línea entre la falta de deseo o el no querer perder una hora de sueño», dijo.

Las mujeres, en cambio, consultan más por la falta de deseo sexual. «La mujer fragmenta su disponibilidad energética. Tiene tantas cosas en la cabeza que quizás no es que entierra el deseo sino que lo distribuye en tantos puntos que no le queda resto. Hay muchos mitos de que, en la menopausia se muere la vida sexual en la mujer. Pero existe la sexualidad de la tercera edad. Es un proceso de redescubrimiento», planteó.

Fernández explicó que los sexólogos pueden ser médicos o psicólogos. «El abordaje es el mismo. La mayoría de los trastornos son de origen psicológico. Si hay un problema de disfunción eréctil, quizás haya una base biológica de problema de irrigación, pero la ansiedad que se genera hace que se desarrolle algo psicológico», argumentó.

Cuando se recibió de psicóloga, supo que quería especializarse en la sexología. En el país no había muchas ofertas de formación, por eso decidió estudiar en Barcelona que era pionera en el tema. «Cuando empecé a ejercer en 2020, no se hablaba mucho del tema como ahora que hay tantas influencers que empiezan a llegar a la gente. Escuchando un relato sencillo, uno entiende que es algo que puede modificar«, comentó.

Puso como ejemplo que, a través de reels, se empezó a hablar de la fimosis (una condición médica relacionada con el prepucio del pene que impide su retracción). «Eso se volvió viral y muchos varones se dan cuenta que eso que tenían no era normal. Las mujeres están acostumbradas a ir al ginecólogo, pero el hombre no va al urólogo hasta que no le queda otro. A partir de la escucha y conexión con el cuerpo aumentaron las demandas», dijo.

Hoy muchos sexólogos comparten sus conocimientos en las redes sociales. A la vez, cambió el eje de la ESI (Educación Sexual Integral) en los colegios: antes, el objetivo era prevenir que la mujer quede embarazada y el uso de preservativos en los hombres para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual. «Hoy, tenemos otra ESI: cómo usar la copa menstrual, limpiar los genitales, la importancia del consentimiento, la comodidad del primer encuentro, la importancia de la excitación para que no duela y el problema del exceso de porno«, puntualizó.

Consideró también que en el último tiempo, la mujer empezó a apoderarse de su propia sexualidad: «Se puede elegir lo que se quiere. Buscar placer sin sentir culpa».


Inquietudes que antes quedaban puertas adentro, se trasladan cada vez más a los consultorios de Sexología. Las influencers en temas sexuales y la difusión de relatos en primera persona, a través de reels, hacen que muchos comprendan que la situación que atraviesan también les ocurre a otros y que pueden consultar para buscar una solución.

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