“Soy un privilegiado”, dijo Omar el primer vecino de Cutral Co en recibir un trasplante pulmonar

El 23 de noviembre es la nueva fecha de cumpleaños. El paciente sostiene que, a partir de ese momento, tiene una nueva vida después de haber sido diagnosticado con fibrosis pulmonar idiopática.

Omar Villanueva abrió la puerta de la casa que comparte con su compañera Sandra, en el barrio Norte de Plaza Huincul con una sonrisa. Es que hace desde hace seis meses convive con un pulmón trasplantado y, a partir de entonces, su vida cambió. Esperanzado y contento, anima a todos a ser donantes para que se puedan salvar vidas. “Acepten el trabajo del Incucai porque salvan vidas, yo soy la persona que puede dar testimonio de todo lo que ocurre cuando se recibe un transplante”, subrayó.


En octubre de 2021, el diagnóstico de fibrosis pulmonar idiopática impactó de lleno en Omar y su familia. “Ese día escuché la peor noticia de mi vida”, relató. Es trabajador de prensa y hasta ese momento cumplía sus tareas como movilero de la radio más escuchada de Cutral Co.

“Lo mío fue fulminante”, agregó. El médico especialista que logró establecer el diagnóstico en Neuquén, Gustavo Zabert, fue concreto: necesitaba un trasplante pulmonar.

A partir de ahí empezó todo un sinuoso camino que lo llevó a estar cinco meses internado entre terapia intermedia a intensiva en el hospital Italiano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Llegué con el 18 % de mis pulmones”, relató. Para graficar la gravedad de su cuadro describió que su enfermedad es “como si se secaran los pulmones”.

El proceso de desarraigo -solo estaban él y Sandra a 1.200 kilómetros de su hogar- más la condición de esperar a un donante cadavérico -no puede ser de donando vivo- hacía que la situación se complejizara cada vez más. Sin embargo, todo pareció confluir para que la noche del 22 de noviembre de 2022, el equipo de profesionales que lo atendía le dieran la noticia. “Está en marcha el proceso para tu transplante”, le avisaron.

Al día siguiente, a las 7 entró al quirófano y salió a las 13. “Yo veía una foto de Sandri y no me acuerdo de nada más. Solo que veía a los médicos con caras contentas”, recordó. El 30 de mayo, día del donante de órganos, representa una jornada muy especial.

“Antes lo veía como una información más, porque uno piensa que nunca le va a llegar. Nunca pensé en vivirlo en carne propia. Si bien hay una ley que dice que todos somos donantes, pero también está el familiar que si hay oposición, por más que sea el órgano compatible y que se necesita para un receptor se puede frustrar el operativo ante una negativa”, subrayó.

Omar destaca la labor del Incucai que a través de su equipo de profesionales, entre ellos psicólogos, para la contención familiar del donante fallecido y trabajar con el receptor, se encargan del acompañamiento. “El receptor tiene que estar preparado para todo, puede haber problemas en la extracción del órgano, en el traslado, no todos los órganos se sacan y se ponen directamente, por alguna falla en el tratamiento puede perderse y se frustra la ablación”, explicó.

Y toda esa información la supo Omar, que se convirtió en el único paciente de Cutral Co y Huincul que recibió un trasplante de pulmón. “Soy un bicho raro o un privilegiado de la vida. A veces lloro, pero feliz porque estoy vivo y tengo otra oportunidad más. Es muy complejo explicar”, relató.

Se emociona en varias oportunidades, aunque saca fuerzas, le pone una sonrisa y continúa el relato. Para quienes hace tiempo que no lo ven y no supieron que fue sometido a un transplante, ni siquiera se darían cuenta porque está igual que antes de la operación, aunque con un órgano nuevo.

Omar y su nueva vida tras ser transplantado

Si bien su condición previa fue fundamental para la recepción, ahora tiene una nueva vida. Sus hábitos debieron cambiar. “Nosotros los trasplantados”, dice con firmeza tienen que llevar una vida disciplinada. Entonces, no puede consumir alimentos crudos, tampoco dulces o quesos una vez que fueron abiertos y pasan a la heladera. Tampoco se puede afeitar con las máquinas descartables -solo la eléctrica- para evitar heridas en la piel.

“Vos no sos el mismo de antes, vas a tener una vida normal pero con limitaciones y me voy acostumbrando en lo familiar, en lo laboral, en lo social”, destacó.
Omar es muy consciente de la importancia de donar órganos y espera que su mensaje se escuche porque es algo que le puede pasar a cualquiera. “No somos pobrecitos, sino personas que nos tocó pasar por este momento de salud”, aclaró.

No le alcanzan las palabras para agradecer, no sólo al equipo de profesionales que le atendió sino a la comunidad de la comarca petrolera que tan solidariamente los acompañaron en este proceso y lo siguen haciendo.

“Hay que tener fe, confianza, creer en Dios, le puede pasar a cualquiera de nosotros y cuando un familiar tiene que autorizar la ablación, que lo haga porque una persona puede salvar hasta cinco vidas. Otra manera no hay”, concluyó.


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