Un milagro: es de Neuquén y junto a su familia sobrevivió a un ciclón en Nueva Zelanda

La catástrofe natural arrasó en febrero con la isla norte del país, dejando muertos y grandes destrozos. "Nos mantenemos firmes, no hubiese sido posible sin el apoyo incondicional de nuestra familia, amigos y esta asombrosa comunidad", manifestó Luciana, la protagonista de la historia.

El ciclón Gabrielle que arrasó con la isla norte de Nueva Zelanda en febrero dejó muertos y daños irreparables en la región. Muchas familias se quedaron con lo puesto, como Luciana, una neuquina que sobrevivió junto a su esposo, sus hijos y su perro a la catástrofe natural.

El huracán pisó Nueva Zelanda el 14 de febrero y devastó a la región, dejando muertos y destrozos. Algunos perdieron a sus familiares y otros, proyectos de vida que habían construido durante años, como Luciana, una de las sobrevivientes.

Luciana Barber es de Neuquén, pero hace más de una década vive en Nueva Zelanda, precisamente en Esk Valley. Formó su familia junto a Christopher Barber con quien tuvo dos hijos, Oliver de siete años y Sofía de cinco. La familia se completó con su perro Barley.

El martes 14 de febrero la familia protagonizó lo que pareció ser un milagro. El huracán inundó su hogar, destrozó su restaurante y lo construido por años, pero lograron sobrevivir cuando tres maoríes los rescataron luego de refugiarse seis horas en un hueco en el techo.

Luciana publicó en sus redes sociales que se encuentran bien y que confían en que es un nuevo comienzo. » Nos salvamos entre nosotros, nos rescataron y nos mantenemos firmes», expuso. «No hubiese sido posible sin el apoyo incondicional de nuestra familia, amigos y la asombrosa comunidad«, agregó.

Cómo fue ese martes

La pareja relató al medio local Stuff cómo fue ese martes en que vivieron por última vez en su casa. Luciana contó haber visto a los bomberos hacer rondines la noche anterior, y que estos le comunicaron que estaban evacuando algunas familias, pero que no era obligatorio.

El martes el agua del huracán empezó a entrar en su casa y la inundación comenzó a copar su sala de estar. Mencionaron que el agua subía tan rápido que no parecía seguro escapar en auto, por lo que hicieron caso a la policía que les aconsejó hacer un hueco en el techo y aguardar a que baje el agua.

Esperaron ahí casi seis horas, hasta que escucharon un motor fuera de la casa. «Estamos en el techo», gritaron reiteradas veces. Eran tres personas con trajes impermeables que resultaron ser maoríes que venían a rescatarlos.

El hermano de Christopher fue quien había pedido que busquen a su hermano y su familia, ya que vive vía en la casa de al lado. Una vez a salvo, la familia Barber fue trasladada y albergada por un granjero durante dos días, quien les dio un techo y comida.

Luciana comentó al medio que sus hijos se encuentran bien y que su inocencia ha hecho que no tengan idea de lo que sucedió.

El martes fue el último día que la familia Barber estuvo en su casa. Foto: Gentileza.

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