Treking a las cascadas Santa Ana y Dora

Una caminata que puede llevar cerca de 3 a 5 horas y que tiene una baja exigencia física, pero que ofrece paisajes increíble. <a rel="nofollow" href="http://www.senderospatagonia.com.ar/" target="_blank">Senderos Patagonia </a>recorrió el lugar y cuenta la experiencia.

VILLA LA ANGOSTURA

Teniamos curiosidad por la caminata. Sobre este trekking, dice Dario Remorino (conocido guía de Villa La Angostura): “Yo considero a la cascada uno de los más bellos atractivos de la villa y con muy baja exigencia física; la vegetación, la conformación geológica del techo de la cascada, el entorno, hace que en mis 24 años guiando no deje de asombrarme”. Cómo no darles la oportunidad entonces?

Armamos las mochilas: un par de bastones viene bien para el cruce del rio, que siempre ayuda, el protector solar, sombreros para protegerse del sol, calzado de vadeo(lo mejor es un par de zapatillas extra con cordones, pero no llevar ojotas porque resbalan mucho), ropa de abrigo por las dudas, las infaltables viandas y, claro, el mate!. La ropa para la travesía: pantalón largo (si es desmontable mejor, pero puede funcionar tambien llevar la malla abajo para el cruce del rio Pantojo), es recomendable la camisa manga larga por la espesura.

Luego de averiguar un poco, nos enteramos que teniamos que tomar la ruta 231 y seguir hasta el paso a Chile. Una vez llegados al puesto de aduana argentina, avisar de la intención de visitarlas, ya que si bien están en Argentina, se hallan entre la frontera geográfica y el edificio administrativo. Seguramente los gendarmes anotarán los documentos pero no habrá que hacer el papeleo aduanero (salvo, claro, que luego decidan seguir para Chile). Unos kilómetros más hacia el hito pero antes de cruzar el puente del río Pantojo y sobre la derecha hay un cartel indicador de la senda y es por allí por dónde hay que ingresar atravesando un bosque de ñires. Ahí dejamos el coche y nos preparamos para caminar.

Al cabo de un rato, los cohihues remplazan a las lengas y ñires, y aparecen los helechos enormes, variedad de musgos y enredaderas que tapizan grandes troncos caídos formando fabulosas obras naturales, todo esto favorecido por la humedad de la selva valdiviana. La senda, por momentos, es resbalosa y empinadas, pero nada complicado de sobrellevar.

La senda (que tiene un largo de 6 km), se bifurca en un momento, donde un cartel nos indica la senda hacia la cascada Dora (a la izquierda), a la que llegamos luego de unos 40 minutos de marcha. Luego de unas fotos, pegamos la vuelta y volvemos a la senda y la bifurcación, para seguir el recorrido hasta la otra cascada.

Luego viene el cruce del rio Pireco, el cual vadearemos (y me van a agradecer el aviso de llevar las mallas y el calzado de vadeo, para no seguir caminando mojados!). El camino sigue por un bosque de lengas con un sotobosque de canelos, unas dos horas y media aproximadamente. Ya cerca de la llegada a la cascada Santa Ana escucharemos su sonido, anunciando el espectáculo de decenas de metros de caída de agua.

Desde ahí se hace un descenso suave de unos 400 metros para llegar a la base de la cascada (donde aprovechamos para almorzar la vianda), y luego remontamos unos 20 minutos el ascenso a la caverna que se encuentra detrás del salto, producto de la antigua interacción de lava y glaciar. Comenzamos a subir por un lateral entre helechos y musgos y piedras, y llegamos a la cornisa, que corre por detrás de la cascada.

La cascada cae desde una cornisa de unos 40 metros de altura, una formación de basalto que sobresale de la montaña y forma una cavidad con forma de arco de medio punto. Esta cavidad se sostiene por piedras hexagonales perfectamente encastradas entre sí, que evita que se caigan. Detrás de la cascada queda así formada una especie de galería transitable desde donde tendremos interesantes vistas de la cascada y el entorno. Como menciona GuíaVerde, “es un buen lugar para almorzar, sin dejar rastros. No es extraño encontrar hasta orquídeas. Sería tonto -además de desconsiderado- cortarlas. Las hojas verdes gigantes son las “nalcas”, propias de la selva valdiviana y que los chilenos utilizan para hacer el curanto en pozos”.

Volvimos a bajas a la base de la cascada, y luego de unos mates y fotos hicimos el regreso que nos lleva 2hs, ahora en una leve subida, hasta los coches, para emprender la vuelta a la Villa.

Fuente: Senderos Patagonia


VILLA LA ANGOSTURA

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