Tres personajitos que quieren arreglar la historia

ROCA .- Dos actrices roquenses: Maite Aranzábal y Fernanda Archanco decidieron en febrero que querían hacer una obra para chicos basada en la técnica del clown. Pero el tiempo y las cosas fueron desviando esta primera intención. Una actriz más, Gabriela Otogalli, se sumó a la idea, y entonces buscaron a un director, que resultó ser Poli Bontas. Así se terminó formando el grupo «Los fabulosos» que mañana a las 22 estrena su primera obra en el Teatro de La Estación.

Se trata de una pieza con dramaturgia grupal que se llama «Vidas fabulosas (o el insoportable peso del mármol)».

Todo empezó con la idea de hacer teatro para chicos y como no había una obra escrita se pusieron a indagar y ensayar sobre algunos temas que traían. «Pero la fantasía de las actrices y la necesidad de contar algo, nos fue distanciando de los chicos y vimos que estábamos contando cosas con mayor complejidad y terminó siendo un espectáculo para todo público que no excluye a los niños pero que no está dedicada sólo a ellos» se apresuran a explicar el director con la intervención de Maite y Fernanda.

«Cuando empezamos a indagar el clown se fue transformando -dice Maite, práctica en definiciones- y no tenía esa cosa ingenua que lo caracteriza. Por eso terminaron siendo personajes con recursos clownescos».

«Es una mezcla entre la farsa y el clown pero no es ni farsa ni clown. Se mueve en un lenguaje intermedio que es el cómic, que es lo que permite que haya un humor encargado de atraer al espectador pero no tiene una continuidad histórica, sino que es episódica».

«Está emparentado de alguna manera con el último trabajo que Maite Aranzábal hizo con Eger Puerto, con los personajes de «Cacho y Medea».

Pero la directora que en esta oportunidad vuelve a su oficio de actriz, abunda en este punto, agregando que «la punta de esto fue un personajito que después se convirtió en tres, que hilan las historias de Cleopatra, Mata Hari y Darwin».

Así se crean tres episodios disparatados de la vida de estos personajes reales, que por supuesto son hipotéticos y toman los rasgos por los cuales trascendieron a la historia. «Desarrollamos insólitos hechos de sus vidas, a través de lenguaje farsesco, que aparecen como algunas relaciones reales. Pero más que indagar en la historia, trabajamos con la memoria que el inconsciente colectivo tiene sobre el personaje, más que con lo estricto de ellos».

«Con Mata Hari cuando empezamos a improvisar, los gestos que fueron surgiendo en forma espontánea, luego coincidieron con sus acciones en su vida real, que vimos en un documental», cuenta Gabriela Otogalli, quien como Fernanda y Maite ha incursionado, entre sus muchos trabajos realizados, en algunos con filo humorístico.

«Los que hilan estas historias se llaman 'los fabuloso' -vuelve a intervenir Maite- que serían tres tipitos clownescos que van tirando esta cuestión de una manera muy periférica, porque en realidad ellos parecen ser los oficiantes de ceremonias que tiene que ver con el tiempo. En cualquier momento de la historia, suenan las campanadas de los relojes y ellos deben retirarse de la escena para dar lugar a los fantasmas de la historia. Son tres tipitos que vienen a un lugar y un espacio que es prácticamente atemporal, a resolver una situación. Estos personajes son sorprendidos con las transformaciones que provocan los 'fantasmas' de la historia. Por eso la obra se llama «Vidas fabulosas (o el insoportable peso del mármol)».

«Los episodios suceden a partir de los oficios de esta especie de ceremonia que promueven estos tres personajitos», completa el director y agrega que «lo interesante es que tres actrices en una hora y cuarto desarrollan muchos personajes y tienen una infinidad de cambios de ropa que las obliga a un trainning que les exige estar en escena constantemente, salvo las fugaces salidas para realizar los cambios».

Fernanda Archanco se refiere a esos presurosos cambios que deben hacer las tres actrices y comenta que «hay un instante en que los actores deben cambiar de personaje mientras se mudan de ropa en las bambalinas; eso hace que haya tanta actividad delante como detrás de la escena y es un lindo desafío que estamos resolviendo».

«Es clave el momento en el que se pisa la escena tras la transformación, que siempre es apresurada. Obliga a sacarse y ponerse el personaje en un tiempo mínimo, por eso es fundamental la precisión a todo nivel. Todo tiene que funcionar como las campanadas del reloj».

Ya hablando de la cocina de la historia, Gabriela y Fernanda apuntan que «los tres tipitos encarnan la posibilidad de que sus vidas terminen en una posteridad gloriosa porque son ellos lo que van a buscar instalarse frente a la posteridad, en lugar de los personajes históricos que son Mata Hari, Darwin y Cleopatra».

«A cambio de eso, las vidas fabulosas son un disparate. Los que deberían quedar en el mármol (Mata Hari, Darwin y Cleopatra) están encarados desde una visión irreverente. Para ello dice Maite, «nos imaginamos la cotidianeidad, sacando a esos personajes de la mítica del mármol. Es como meter la mano en la cotidianeidad de esos personajes, aunque no están presentados como satíricos. No decimos si son buenos o malos, simplemente son, los construimos disparatadamente, por eso tienen que ver con el cómic».

Finalmente, detallaron el cronograma de actuaciones ya establecido, que después del estreno de mañana, continúan el 4, el 10 y 11, 17 y 18 de setiembre, siempre en el Teatro de La Estación, a las 22.

Sin embargo la cosa no queda allí y la intención posterior es ir luego de estas fechas, a las salas de Neuquén y a Luis Beltrán.