Un 24 bajo férreo control de gorras

El gobierno despliega un amplio operativo para evitar problemas en un nuevo aniversario del golpe.

BUENOS AIRES (ABA).- Las tres reuniones a puertas cerradas que ayer mantuvieron en la Casa Rosada y la SIDE los titulares de los organismos y fuerzas de seguridad del Estado no fueron porque sí: pretenden anticiparse a cualquier posibilidad de estallido de violencia durante la movilización por la conmemoración del vigésimo sexto aniversario del golpe militar del 24 de marzo de 1976.

De este modo, el gobierno comenzó a preparar el operativo de seguridad más importante desde que Eduardo Duhalde asumió la presidencia.

Según aseguraron a «Río Negro» altas fuentes de la Secretaría de Seguridad Interior de la Nación, se prevé destinar más de 2.900 agentes de las fuerzas antidisturbios para el control de los actos que se realizarán mañana.

«Se está preparando el más grande despliegue de agentes desde que Duhalde es presidente, pero la intención es solamente estar alertas», remarcaron ante la consulta de este diario.

Las fuentes salieron al cruce de versiones periodísticas y de inteligencia que circularon durante la tarde de ayer y que señalaban que los actos del 24 tendrían un tinte de extrema violencia como consecuencia de la conjunción de la incertidumbre financiera, la bronca de los ahorristas, la situación de los desocupados y piqueteros y los reclamos de justicia de las organizaciones de derechos humanos. En este sentido, aseguraron que la iniciativa gubernamental es meramente preventiva, ya que tanto en el Ministerio del Interior como en la Secretaría de Inteligencia del Estado evalúan que las probabilidades de que se produzcan desmanes de consideración son muy bajas.

El argumento esgrimido para sostener esto fue que los sectores que podrían participar de la manifestación no llegarían a cohesionar sus reclamos de manera tal de provocar un conflicto social de grandes magnitudes.

«Se estudiaron todas las probabilidades de conflicto a partir de determinar qué sectores son los que van a participar de la movilización. Y la primera conclusión fue que se descarta un estallido social, porque si bien el acto contará con la participación de todos los grupos descontentos, los intereses de cada uno de ellos por separado son incompatibles como para creer que se propicie un estallido», dijeron.

Y ejemplificaron: «El ahorrista reclama por su dinero, y lejos está de los intereses del piquetero, que no tiene ni para comer. No puede haber allí conjunción de intereses. Y los sectores interesados en la escalada del dólar son los bancos, que por cierto están muy disociados del pueblo y no participarán precisamente de la marcha».

«La orden la debe dar la política»

Una definida defensa del sistema democrático hizo el jefe del Estado Mayor General del Ejército, general Ricardo Brinzoni. En declaraciones a CVN dijo:

* «No es necesaria, de ninguna manera, la intervención de las Fuerzas Armadas en un escenario de caos. Confío en que no lleguemos a eso. Si se da ese escenario, son las autoridades políticas las que tienen que impartir las órdenes».

* «No habrá salida autoritaria a la crisis. La solución no es que se vayan todos. La democracia sólo se fortalece con más democracia. Con mejor ejercicio democrático, juzgando a los responsables de las equivocaciones, pero además dando la posibilidad a los que quieren trabajar en la política y aportar nuevas ideas».

* «En Argentina hay clima de inseguridad. Pero no creo que la solución o el devenir pueda ser similar a lo que fue Alemania en la década del «30. Los argentinos hemos aprendido muchísimo en los últimos años, sabemos que el autoritarismo no es solución» (N. de la R.: En la década del «30, como respuesta a la crisis socioeconómica que sufría Alemania, se potenció el nazismo y tomó el poder).

*»El Ejército, como institución fundamental de la República, tiene derecho, casi la obligación, de hacer conocer sus problemas, sus ideas, sus proyectos y también de hacer conocer las ideas y proyectos de los demás».

* «El Ejército es una institución confiable en el sentido de respeto a la Constitución Nacional y de obediencia al presidente. La misión que me impartan será cumplida con eficiencia. Los militares estamos preocupados por el país y queremos conocer también lo que piensan los otros argentinos, porque tenemos proyectos para hacer en muchísimas provincias. Pero en muchos de esos proyectos, ante la falta de presupuesto, son las empresas las que auxilian al Ejército». (DyN)


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