Un campo con dos yacimientos petroleros

SAUZAL BONITO (Enviado especial).- El campo de José Luis García fue bautizado como «Establecimiento Nueva Esperanza» y en el mismo operan con distinta suerte dos empresas petroleras: Repsol-YPF (yacimiento Sierra Barrosa) y Apache (yacimiento Meseta Nueva Esperanza). Esta última firma se hizo del área petrolera hace muy poco, cuando adquirió la totalidad de los bienes que Pionner Resorces tenía en la Argentina.

García cuenta que a partir del boom que generó el precio del petróleo el campo se ha transformado en una suerte de centro de operaciones por parte de las concesionarias y sus contratistas.

Además de los vehículos de las petroleras y las picadas que tajean el desierto, la zona muestra, por ejemplo, una creciente colonia de choiques, abundantes martinetas y una buena cantidad de maras. Todo esto, muy cerca de las costas del lago Los Barreales. El petrolero de Pico Truncado dijo que todas estas cuestiones incidieron para que comprara el campo.

Además del problema que representa el pueblo que está en su tierra, García también está lidiando con un conocido e influyente abogado neuquino, quien en los últimos años se las ha arreglado para acaparar territorios con renta petrolera. Este abogado cobró durante algún tiempo lo que le correspondería en concepto de servidumbre de paso a pesar de no tener papeles, aseguró el petrolero de Pico Truncado.

En medio de este complejo escenario fue que García -que tiene un problema cardíaco- designó a una persona de apellido Pedernera para que lleve adelante «los papeles» en Neuquén.

El propietario del pueblo comentó que la última vez que vino a la zona terminó internado en el hospital. «Por eso nombré a un apoderado», abundó.

Si bien la mayoría de los propietarios puede justificar que son colonos de las tierras que ocupan y que tienen los años suficientes para que les reconozca la propiedad, el hecho de que el campo haya salido a remate elimina los argumentos y las pruebas de sus derechos.

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