Un Guzmán debilitado busca otro acercamiento con el FMI

El ministro llega con poco respaldo político a las negociaciones. Por otra parte, la continuidad de Kristalina Georgieva en el Fondo no está garantizada por las acusaciones que pesan en su contra.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajó anoche con destino a Washington DC, Estados Unidos, para participar de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero también para llevar adelante una nueva ronda de discusiones técnicas por un programa de Facilidades Extendidas con el Fondo.


Guzmán participará de varias reuniones. El último encuentro será con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, quien enfrenta una investigación por su paso en el Banco Mundial.


Desde el Gobierno aseguran que Guzmán terminará de definir las propuestas consensuadas a principio de julio, durante la Cumbre de Venecia en la reunión de ministros de Finanzas y bancos centrales del G20.


Pero el escenario político se modificó drásticamente, desde entonces hasta estos últimos días, y no son pocos los analistas que anticipan problemas para llegar al tan mentado acuerdo con el FMI. El presidente Alberto Fernández y su ministro apostaron a la directora gerente del FMI y a una victoria en las PASO para cerrar filas internas y forzar un acuerdo doméstico con Juntos por el Cambio. Pero Georgieva tambalea en Washington por las acusaciones que pesan sobre ella y las presiones son importantes para que se aleje del organismo.


Guzmán, por su parte, tampoco está pasado por su mejor momento: la falta de resultados económicos está generando la presión cruzada de La Cámpora, el Instituto Patria y la oposición para que se aleje del cargo.


En este contexto, la debilidad para poder negociar un acuerdo -de largo plazo- es compleja de llevar a delante para el ministro.


En los despachos oficiales consideran que el mejor escenario para la Argentina es el de una Georgieva fortalecida tras ser acusada de presionar para favorecer créditos direccionados a China. Pero por las dudas ya abren el paraguas: “Lo importante es que se mantenga la base de sustentación, con las mismas ideas. No importan los nombres propios”.

Deudas pendientes
Los tiempos para el acuerdo hacen prever que llegará a principios de 2022. En ese marco, el Gobierno descuenta que pagará los casi 1.900 millones de dólares que vencen el 22 de diciembre. El acuerdo, aunque se alcance en diciembre después de las elecciones, deberá pasar por el Congreso y el directorio del FMI.


Para ese pago y unos 300 millones en intereses se usarán de vuelta los derechos especiales de giro (DEG) que llegaron en agosto. Fueron 4.344 millones de dólares y con este ingreso ya se canceló el primer pago de capital con esos fondos.


De todas formas, el Gobierno espera incluir en el acuerdo con el organismo “fondos frescos” para hacer frente a la debilidad de la balanza de pagos. Los DEG que se utilicen para pagar los vencimientos de capital de este año y evitar una cesación de pagos con el FMI podrían volver con el acuerdo, admiten en el Ejecutivo.


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