Un Monumental semivacío
juan mocciaro jmocciaro@rionegro.com.ar
¿Por qué sorprendió tanto el Monumental semivacío del viernes a la tarde? ¿Acaso no alcanza con todo lo que pasa con el Seleccionado argentino desde hace un tiempo a esta parte? Pues bien, por si todo aquello no fuera suficiente ahí está el pobre 1-1 ante Bolivia, jugado en ese Monumental semivacío del viernes a la tarde. Lo que se vio sobre el césped de la cancha de River es sólo la punta del iceberg, no el problema. Es acaso el síntoma de todo lo que se hizo con el Seleccionado argentino de fútbol en tanto institución. Esa que César Menotti y Carlos Bilardo construyeron con trabajo, con ideas (las de cada uno, muy distintas unas de las otras, claro) y con resultados, por supuesto. Las intrigas, los boicots, las transas entre dirigentes, la violencia y su asociación con el fútbol y todos sus protagonistas, el modo en que periódicamente fue reelecto Julio Grondona, pero muy especialmente el modo en que lo fue la última vez. La pelea destructiva entre aquellos que tanto habían construido (Menotti y Bilardo), los cruces y las acusaciones, Diego Maradona y Sergio Batista. También la toma decisiones equivocadas de parte de las personas equivocadas en los puestos equivocados. Por ejemplo: Germán Lerche, presidente de Colón de Santa Fe y flamante secretario de selecciones nacionales, se preguntaba suelto de cuerpo para qué diablos es necesario tener un manager en el Seleccionado argentino y qué diablos haría Juan Sebastián Verón, llegado el caso. Respuesta: su trabajo, Lerche. El que usted está haciendo ahora, ese es el trabajo, entre otros tantos, de un manager general. El desmantelamiento de todo lo construido por José Pekerman y Hugo Tocalli en los Seleccionados juveniles desde mediados de los ’90 hasta que decidieron sacarlos del medio también explica ese Monumental semivacío y acaso más aún el resultado del partido jugado allí. Sobre las ruinas del fútbol argentino es que trabaja Alejandro Sabella, su cuerpo técnico y cada uno de los futbolistas convocados para cada ocasión. Reconstruir lazos futbolísticos y afectivos es su trabajo. Y tan difícil resulta ser que ni la presencia de Lio Messi sirve como atajo. La gambeta fallida es lo que se ve, debajo subyace una catástrofe que hoy hunde al fútbol argentino cada domingo. Pero, tengamos paciencia. Acaso sea Sabella el hombre indicado por temple sabiduría y experiencia. Y no perdamos de vista quiénes son los verdaderos responsables de aquel Monumental semivacío.
río suelto
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