Un triunfo para Kirchner y Menem pasó al ocaso

El gobernador Herrera seguirá cuatro años más. Menem, lejos pese a los datos erróneos de su hijo Nair.

Por Redacción

» Néstor Kirchner logró que en La Rioja gobierne por cuatro años más un hombre de su propia tropa.

» Carlos Menem, con 77 años, comenzó a vivir su otoño político al perder en los llanos, salitrales y sierras en los que forjó su poder político en un pasado que ya es cada vez más historia, un tiempo en que no se movía una hoja sin su autorización.

Estas son las dos proyecciones que importan en términos de mirada nacional del resultado de las elecciones para gobernador realizadas ayer en esta provincia de más de 400 años de existencia. Un espacio que para millones de argentinos es desde siempre, en lo político, sinónimo de ejercicio de poder personalista y, desde lo social, tierra jalonada por una pobreza de orden estructural que se reproduce sin solución de continuidad.

Al cierre de esta edición con el 77% de las 676 mesas escrutadas, la fórmula del gobernador Luis Beder Herrera kirchnerista de clavar tacos sin que se lo pidan y Teresa Luna, en nombre el Frente del Pueblo, ganaba la gobernación con más del 42% de los votos. Segundo se ubicaba el Frente para la Victoria que, con Ricardo Quintela – Fernando Rejal, estaba anclado en el 27% y, mucho más abajo -con el 22%- el Partido de la Lealtad y la Dignidad, que llevó a Carlos Menem-Nicolás Martínez.

Las cuatro fuerzas restantes que compitieron por la gobernación se reducían a un promedio de votos que no superaba el 7%, un número en que la UCR caía pulverizada con sólo el 3% de los sufragios.

Pero, paralela a la elección a gobernador, los riojanos votaron también por mantener o no la cláusula constitucional de reelección indefinida del gobernador, a la que dijeron «no».

Al caer la noche sobre la capital riojana iba quedando en claro que Carlos Menem no pudo plasmar su aspiración: ser la sorpresa en una

contienda electoral para la que trabajó con tenacidad de carbonero desde un convencimiento equívoco: creer que mantenía vigente su imagen y poder en cada palmo de esta tierra muy yerma.

Pero la historia mudó. Su vigencia en esta sociedad está desarticulada. Mientras que en los planos más humildes se mueve cosechando devoción, por afuera de esos límites su imagen luce muy abollada.

Una vez más, la política no sabe de lealtades permanentes.

Anoche, el periodismo rastrilló la capital riojana cuadra por cuadra en procura del ex presidente. Pero éste, rumiando en términos del veterano Vizcacha, lo eludió encerrándose en el elegante y exclusivo Golf Club, el único lugar con césped de esta ciudad.

La guerra de boca de urna estalló cuando no habían transcurrido diez minutos del cierre de las mesas. Al unísono, las tiendas del Frente del Pueblo y del Frente para la Victoria se apropiaron del triunfo en términos excluyentes. Para esa hora la consultora IOPPS, daba a conocer sus resultados que en más y menos se mantenían al cierre de esta edición: el Frente del Pueblo, ganaba la elección con el 41,7 % d e los votos seguido del Frente para la Victoria, con un promedio del 27 y por detrás Lealtad y Dignidad, con el 22.

Asumidos esos datos como aproximados a lo que estaba sucediendo al margen de movidas muy puntuales que tuvieron, fueron sin embargo cuestionados desde la carpa menemista:

Mi papá está ganando por siete puntos dijo Carlos Nair Menem pasadas las 19.

Simultáneamente, fuerzas especiales de la Policía de la provincia con cara de muy pocos amigos se alineaban codo a codo delante de la verja que rodea la Casa de Gobierno. Y rato después se trenzaban en empujones con dos centenares de militantes del Frente para la Victoria que reclamaban el triunfo de su líder, Ricardo Quintela. La escaramuza coincidió con la llegada de Beder Herrera al lugar, que fue coronada con insultos y otras gracias.

Pasadas las 20, los primeros datos oficiales confirmaban los guarismos de boca de urna y Luis Beder Herrera se estrechaba en un abrazo con la docente «Tere» Luna, una mujer coronada por una madeja inescrutable de rulos.

 

CARLOS TORRENGO

Enviado Especial

 


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