Una casa que tiende puentes

El trabajo de los agentes comunitarios, más el de un psicólogo y un asistente social, generará propuestas y abrirá el juego a otras demandas del vecindario.

El trabajo cotidiano y silencioso de un grupo de habitantes de la toma Barrio Obrero con los adolescentes del lugar y de los sectores cercanos empezó a rendir frutos: la Sedronar los incluyó en el programa Puentes, que tiene como objetivo el abordaje del consumo problemático de sustancias. Un psicólogo, un asistente social y cuatro operadores comunitarios trabajan con los chicos no sólo en el tratamiento de aquellos que ya tienen problemas de adicciones sino también en la prevención.

Lila Calderón es la referente del barrio Obrero y militante del Movimiento Popular La Dignidad. Contó que la propuesta surgió del trabajo previo en el sector, uno de los más vulnerables de la ciudad. “Presentamos el proyecto en la Sedronar y los técnicos vinieron a conocer la situación que nosotros les habíamos planteado. Reconocieron que hay muchas situaciones de riesgo y nos aprobaron el ingreso al programa”, detalló.

Calderón explicó que el trabajo se viene realizando desde hace mucho tiempo y sin recursos por lo que el aporte económico del organismo nacional es un espaldarazo para poder sumar nuevas propuestas y a más adolescentes. Aseguró que “es la primera vez que el Estado banca un proyecto discutido y armado por los sectores populares”.

Con el dinero que ahora reciben del programa, el equipo de trabajo comunitario alquiló una casa en el barrio Anai Mapu (a escasos metros del barrio Obrero). Allí organizaron un centro de día para recibir a chicos a partir de los 12 años.

“La idea es que tengan un lugar donde poder pasar el día. Que sea de ellos”, explicó y contó que están equipando la casa con todo lo necesario para que los chicos puedan realizar sus actividades cotidianas como alimentarse, bañarse, lavar la ropa y descansar además de participar de los talleres de oficios y las terapias grupales.

Actualmente están incluidos en el programa Puentes siete adolescentes con los que ya se venía trabajando. El espacio está abierto a los que se quieran sumar aunque lo cierto es que será parte del trabajo de los operadores socioterapéuticos detectar a los chicos que están en situación de riesgo y convencerlos de que es posible estar mejor.

“Es muy importante la función de los operadores. La idea es que no estén solo en la casa sino que puedan recorrer el barrio”, detalló Calderón quien también informó que el dinero del programa se utilizará para pagarle a un psicólogo y a un asistente social. De acuerdo al cronograma de actividades ya establecido, la casa “Puentes” abre sus puertas de lunes a viernes, a las 9.30 y hasta las 18.

Entre otros talleres previstos figura uno de murga y otro de albañilería y plomería. “Tenemos muchas otras propuestas de gente que quiere sumar para dictar otros talleres”, reconoció Calderón. Explicó que actualmente los chicos tienen tres talleres: de sexualidad, de carpintería y de reciclaje. Son dictados por los vecinos que cuentan con esos conocimiento.

Radiografía del sector

La zona norte de Cipolletti, atravesando la Circunvalación, tiene una realidad compleja y un alto nivel de vulnerabilidad social y económica. Además de barrios consolidados, como el Anai Mapu, hay un alto porcentaje de familias que viven en tomas. “La población que se acerca al programa trae demandas que no se encuentran relacionadas únicamente con los consumos problemáticos sino también con la vulneración de derechos básicos como salud, trabajo y educación”, especifica el programa descriptivo. Informa también que los jóvenes que asisten no han finalizado sus estudios secundarios o primarios y están fuera de sus redes de contención familiar y del trabajo formal. Inclusive, aclara, muchos de ellos tienen problemas con la ley.

“El trabajo en red es una necesidad para derivar casos que superan nuestra propuesta y para acompañar a otras instituciones”,

explicó sobre el proyecto la dirigente barrial y social Lila Calderón.

Los principales objetivos del programa

Promover procesos de recuperación de la salud de los adolescentes que asisten.

Generar espacios de cooperación y compromiso entre los jóvenes, que potencien la constancia en la asistencia.

Promover lazos de amistad.

Vincular, en los casos en los
que sea recomendable y

deseado, a los jóvenes con sus grupos familiares.

Proponer actividades atractivas para instarlos a reducir sus episodios o ciclos de consumo compulsivo y potenciar sus habilidades y creatividad.

Promover la inclusión laboral.

Datos

“El trabajo en red es una necesidad para derivar casos que superan nuestra propuesta y para acompañar a otras instituciones”,

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