Una disputa familiar terminó con dos baleados

Fue en San Martín y las víctimas serían hermanastros. Los disparos fueron realizados con una pistola calibre 22.

SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Dos jóvenes que serían hermanastros, resultaron con heridas de arma de fuego luego de un entredicho entre ambos, aunque por fortuna están fuera de peligro.

El hecho tuvo lugar en una vivienda de la barriada Villa Vega Maipú, al ingreso del área urbana de San Martín de los Andes y a unos 8 kilómetros del casco histórico de esta ciudad. No trascendieron las identidades de los involucrados.

Siempre según los primeros datos recogidos por este diario en fuentes cercanas a la investigación, uno de los jóvenes estaba en la vivienda familiar, cuando el otro arribó en aparente estado de ebriedad, aunque ese dato no pudo ser confirmado.

El caso es que comenzó un entredicho que fue subiendo de tono, hasta que se produjo un forcejeo y el doble disparo de una única arma del calibre 22. Uno de los jóvenes fue herido en una pierna, mientras que el otro sufrió el ingreso del proyectil en un brazo.

 

Fuera de peligro

 

Se ignora la secuencia de los disparos, es decir quién disparó primero a quién, o si las detonaciones se produjeron como consecuencia del propio forcejeo con el arma en

mano de uno de ellos. Como fuere, las autoridades informaron que ambos muchachos están fuera de peligro, aunque el que recibió el disparo en el brazo debía ser intervenido, ya que el proyectil le quedó alojado.

 

Con arma blanca

 

Mientras tanto y en un hecho sin relación con aquel, ocurrido en pleno casco histórico de la ciudad y sobre la pasarela que cruza el arroyo Pocahullo para acceder al barrio de faldeos Buenos Aires Chico, un comercializador de lácteos fue asaltado por un individuo que, amenazándole con un arma blanca, le sustrajo 100 pesos y el equipo informático portátil que sirve para el registro de los pedidos de los clientes.

Se trata de un empleado de una de las principales distribuidoras de lácteos del país, que recorre los comercios a pie tomando los pedidos, para que luego los camiones de reparto realicen su labor. El dato es significativo porque este trabajador no lleva consigo el dinero de las transacciones, sino que sólo se limita a regis

trar la demanda del cliente.

En consecuencia, los investigadores presumen que bien podría haberse tratado de un atraco «al boleo» como se suele señalar en la jerga policial, o del seguimiento del empleado con un «soplo» equivocado. De hecho, la computadora portátil (similar en su apariencia a una máquina de posnet) sería de difícil colocación entre los reducidores, ya que sólo sirve para la toma de datos del cliente y no tiene otra función.

El asaltante actuó a cara descubierta y blandiendo un cuchillo. Podría tratarse de un menor, según el testimonio de la víctima.


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