Vaca Muerta entera o en pedazos

Vaca Muerta estuvo, una vez, a punto de volar por los aires. Un grupo armado tipo comando, según el fiscal Pablo Vignaroli, liderado por el dirigente de la Uocra Juan Carlos Levi, entró con una caravana de cinco o seis camionetas al yacimiento Sierras Blancas de Shell disparando con calibres 9 milímetro para amedrentar al delegado del gremio Juan Acsama.

Hubo más de medio centenar de disparos a corta distancia entre medio de tanques de petróleo y obreros de la empresa Edvsa. Solo Acsama, a quien fueron a buscar directamente, terminó con una esquirla en su cabeza. El mensaje fue claro: un acto de apriete más por una disputa territorial que tiene como botín una millonaria bolsa de trabajo y beneficios incomprobables.

El escenario del hecho no es menor. La petrolera angloholandesa tiene previsto para el segundo semestre iniciar una millonaria obra para aumentar su capacidad de procesamiento de crudo. Las cifras nunca fueron reveladas porque la operadora es extremadamente celosa de sus números.

La empresa Shell prevé una millonaria inversión para aumentar el procesamiento de crudo en el segundo semestre aunque no reveló el monto de la operación.

La mañana de la balacera, Levi respondió consultas periodísticas desde el yacimiento Fortín de Piedra (Tecpetrol) que está a una hora y media del lugar del ataque. Estaba en una recorrida de revisión de medidas de seguridad. Su versión fue corroborada primero por el interventor de la Uocra, Víctor Cárcar, y después por fuentes de la industria. Para la fiscalía estuvo en el ataque y luego siguió camino. De un apriete con armas a una inspección, esa sería la hoja de ruta del dirigente gremial.

La Uocra nacional negó que exista una interna inmediatamente. Cárcar también. Es el objetivo, de común acuerdo, para no espantar las inversiones. Cambiarle la cara al funcionamiento histórico del gremio se convirtió desde hace años en una cuestión de Estado para el gobierno nacional y provincial. La proliferación de facciones que, a pura violencia, ganan territorialidad solo puede saldarse con un gremio unificado. Algo que hoy no existe.

Los actores desde hace años son los mismos. Durante la ausencia de Cárcar, prófugo de la Justicia, Levi se disputó con Juan “Rancho de Paja” Godoy la jugosa bolsa de trabajo de Añelo. El primero contó con el soporte de una aceitada relación con el intendente local Darío Díaz, quien renegaba de que obreros de “otros lugares” fueran a su localidad a protestar. Acsama respondió mucho tiempo a Godoy y por eso las primeras hipótesis apuntan a una vieja discordia. Una reedición de lo que el sector se conoce como la vieja pelea “Centenario-Chañar”, por el origen de sus dirigentes.

Antes del regreso de Cárcar, la Provincia intercedió con el secretario general de Uocra nacional, Gerardo Martínez, para evitar una seguidilla de enfrentamientos que empezaban a paralizar Vaca Muerta. La reinstalación de Cárcar sirvió para dar una cierta paz transitoria que no borró las facciones, sino que pareció ocultarlas por un tiempo.

El contexto es clave. Nadie cree que es un grupo de forajidos que entró a un yacimiento pero es insuficiente la teoría de la disputa por una diferencia previa.

Guillermo Pereyra consideró que el cargo de interventor “no tiene todas las herramientas” para ordenar un sindicato. El modelo unificado de Petroleros es el que pretende toda la industria para la Uocra. Un interlocutor en vez de decenas. Todos los agregados que vienen en este paquete entienden que es un costo pagable.

Por eso el contexto de lo que ocurrió es clave. Parece ridículo que alguien pueda pensar, como pretende hacer pasar Uocra nacional, que fue un grupo de forajidos los que actuaron en el yacimiento de Shell. Pero también puede ser insuficiente creer que fue una nueva disputa territorial o una vieja espina clavada. Levi enfrenta seis meses de prisión preventiva que lo puede dejar fuera de juego. Si eso ocurre, no será la disciplina gremial ni el pulso político del gobierno, será una herramienta del Estado que puede actuar solo después de los hechos.

Habrá que esperar para ver si la salida de Levi contribuye a la cohesión sindical de la Uocra o por el contrario desata nuevos movimientos en las facciones latentes. La jugada, venga de adentro o de afuera, pudo y puede hacerle pagar un altísimo costo a Vaca Muerta.


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