Valcheta, historia con travesías
Por Héctor Pérez Morando
Balcheta- parece ser der. de balin valer mucho y che gente y ta corr. de tué tierra: habitación de una tierra de mucho valor» (sic), lo consigna el salesiano Domingo Milanesio en una publicación de 1918. (Etimología) Y de Jorge Claraz (Diario de viaje… 1865-1866) extraemos: «Voc. Valtschéta, Valcheta. Tal cual no es voz de la lengua puelche. El cacique Antonio decía siempre «Baltétscha», o más correctamente, Baltascha (de balta, palo, palote, que sirve para el juego de la chueca» (sic). Hay otros significados, pero no es motivo principal de la presente. En cuanto a travesía, además de la definición de la R. A. Española, tenemos la opinión del geógrafo Alberto Vúletin: «Denomínanse así en la Argentina a las grandes extensiones desérticas cuya principal característica es la carencia de agua y por ende la presencia de instalaciones humanas. Puede haber en ellas vegetación representada por algunas xerófilas y escasos arbolillos». (Geomorfonimia, 1958)
Valcheta, la hoy pequeña y simpática localidad rionegrina, fue centro de travesías -y hermanas rastrilladas- convergentes de los cuatro puntos cardinales. Motivo: el oasis de su arroyo con verde para descanso y refugio. Tal vez, la más famosa travesía fue la que desde el Colorado llegaba hasta el río Negro al sur de Choele Choel, parajes conocidos como Castre y Cabeza de Buey, hasta Valcheta (Balcheta o Balchita) famoso desierto de algo más de cien kilómetros. Travesía que por el norte llegaba hasta las bonaerenses sierras tandileras y por el sur se internaba en el Chubut. La bibliografía, mapas y planos sobre el pueblo del arroyo con sus famosas mojarras sin escamas es amplia y atractiva. Solamente recordamos algunos de ellos.
Según Estanislao S. Zeballos (La conquista, 1878) «El padre Falkner describe la travesía del Balcheta al sur del río (Negro) en estos términos: Toda la costa, por cosa de 20 leguas al sur del segundo Desaguadero es un país seco, estéril y con muy poco pasto, e inhabitado por hombres y bestias, excepto algunos guanacos que bajan de cuando en cuando de las montañas vecinas al poniente…». Como el libro y plano -grabado por Kitchin- del jesuita inglés Tomas Falkner aparecieron en 1774, por ahí anda la antigüedad de la «travesía de Valcheta».
Pero sin duda fue el piloto español Basilio Villarino y Bermúdez, en su famosa expedición náutica por los ríos Negros, Limay y Collón Cura (con otras denominaciones) entre 1782-83, quien en el mapa que complementó su famoso «diario» puso el sello documental a esa zona al señalar: «Camino de las Balchitas. Tehuelches- viliches y otras naciones al Colorado. Sierras del Balear-Pampa de Buenos Aires y paso preciso para el Choelechoel ( sic). El salesiano Raúl Entraigas menciona (El Fuerte, 1960) al peón Fernando Zárate que entre 1782- 83, cautivo de aborígenes, «había vivido con los tehuelches cerca del río Valcheta y había viajado mucho» y en el «mapa geográfico» trazado por el brigadier portugués José Custodio de Saa y Faría, dedicado al virrey Loreto en 1786, aparece «R. Valchita» con la travesía hasta el río Negro, único paraje entre ese río y el Limay actual en «tierras habitadas por varias naciones de indios bárbaros». (HMA, T IV).
La especial conformación topográfica del lugar, al pie de la misteriosa meseta Zomoncura (o Somuncura), con silencio de siempre y el imán de la cercana salina «El Gualicho», parece que vio pasar al marino Francisco González que unió por tierra Puerto Deseado con el Fuerte del Carmen. «Llegamos a la 1 de la tarde a una encañada honda la que tiene un arroyo de agua muy clara». Ocurrió según su «diario» el 29 de noviembre de 1798 y a lo que M. A. Vignati en su comentario al «diario», opinó que le «confiere cierta verosimilitud a la hipótesis de ver en esa aguada a la famosa laguna Valcheta» (1965). Episodio conocido es el que protagonizara el sargento mayor Leandro Ibáñez durante la campaña de Rosas en 1833 «desde Salinas Viejas hasta el río Valchitas en la tierra de los teguelches», donde tenía toldos el cacique Cayupan (Callupan), que logró huir. «Campamento en el Arroyo de Valcheta» del 6/10/1833 es una nota de Ibáñez.
Después pasó por allí -haciendo la conocida travesía desde Gastre (Castre) el estudioso explorador suizo Jorge Claraz, quien en su diario dejó interesante descripción del lugar -lo nombra arroyo Valcheta-, incluso con «observaciones botánicas y geológicas» y halló «pizarras cuarzosas y cuarzo, y maderas fósiles petrificadas». Ocurrió en setiembre de 1865 y siguió para el sur por la desierta travesía.
Una de las visitas más interesantes fue la del explorador inglés George Chaworth Musters, esta vez por la travesía del Nahuel Huapi al Fuerte del Carmen (Patagones), en su andar desde Punta Arenas (1870). «Llegamos al campamento de Valcheta». Llenaron los «pellejos y las botellas de agua, previendo que íbamos a entrar en la Travesía al día siguiente». Viajaba en compañía de caciques y tolderos. Dejó amena descripción del lugar: «A poco andar vimos a nuestra izquierda, hacia el oeste, una salina de varias leguas de largo que bordeaba la orilla de la Travesía en dirección este a oeste… Me incliné a creer que el río Valcheta se pierde en esa salina». El sargento mayor Mariano Bejarano en su viaje terrestre desde Carmen de Patagones a los toldos de Sayhueque (Neuquén), el 9 de julio de 1872, recordaría «Del Paso Chocorí seguí la marcha en dirección a la «Bajada de Balcheta». Estaba en la costa del Negro. Cuando aún no se lo conocía como perito, el joven Francisco P. Moreno diría referido a los «nómades pampas y tehuelches en sus peregrinajes a Río Negro. Un hermoso arroyo, el Balcheta, riega esa región». (Viaje, 1876-1877). Y por noviembre de 1879, luego de cruzar «el penoso bajo del Walichu» (Gualicho) y «después de descender varias lomadas penetramos en el bajo de Valcheta y a medio día pudimos beber en el arroyuelo, acampando a las orillas» (Reminiscencias, E.V. Moreno, edic. 1942). Llegó por la misma travesía desde el río Negro. Dejó buena descripción del lugar y encontró un «paradero indio» y «varias puntas de flecha de piedra». Se nombra al lugar Valcheta y Balcheta, indistintamente.
El general Conrado Villegas en la expedición al Nahuel Huapi, sobre la marcha de la 3ª Brigada (1881), anotaría que «Como se tenía que efectuar la travesía del Balcheta… sin agua… ordenó comenzar a «salvar la Travesía, saliendo diariamente desde la costa del río 100 hombres, divididos en piquetes de 25». También hizo descripción de la «Travesía y Balcheta».
Y quedan para otra oportunidad las menciones y visitas al «paraje de las travesías» de Azara, Roa, Albarracín, Lista, Moyano, Burmeister, los salesianos Bonacina y Milanesio, Bailey Willis, Guerrico, Rohde, Paesa, Stieben, Wichman, Ezcurra, Tello y otros.
Terminamos con algo llamativo: en «Mapa de los ferrocarriles de la República -Ejecutado por la oficina técnica del Ferrocarril Central Argentino, especialmente para la Prensa» (diario) edición del 8 de julio de 1934-, figura como línea proyectada, punteada y recta Choele Choel- Colonia Valcheta.
Como sabemos, aquella » travesía de hierro» no pasó de proyecto. Y estuvo bien pensada.
Balcheta- parece ser der. de balin valer mucho y che gente y ta corr. de tué tierra: habitación de una tierra de mucho valor" (sic), lo consigna el salesiano Domingo Milanesio en una publicación de 1918. (Etimología) Y de Jorge Claraz (Diario de viaje... 1865-1866) extraemos: "Voc. Valtschéta, Valcheta. Tal cual no es voz de la lengua puelche. El cacique Antonio decía siempre "Baltétscha", o más correctamente, Baltascha (de balta, palo, palote, que sirve para el juego de la chueca" (sic). Hay otros significados, pero no es motivo principal de la presente. En cuanto a travesía, además de la definición de la R. A. Española, tenemos la opinión del geógrafo Alberto Vúletin: "Denomínanse así en la Argentina a las grandes extensiones desérticas cuya principal característica es la carencia de agua y por ende la presencia de instalaciones humanas. Puede haber en ellas vegetación representada por algunas xerófilas y escasos arbolillos". (Geomorfonimia, 1958)
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