Venezuela, sacudida

El horizonte sugerido por el presidente venezolano Nicolás Maduro de normalizar las relaciones con Estados Unidos en la administración de Donald Trump encontró un primer y duro obstáculo, luego de que el vicepresidente Tareck El Aissami fuera agregado a la lista negra de narcotraficantes.

El caso de El Aissami no es el único, pero las anteriores acusaciones vinieron durante el gobierno del expresidente Barack Obama y Trump está en su primer mes en la Casa Blanca. Estados Unidos informó ayer que agregó al vicepresidente en la lista negra de narcotraficantes, lo que promete abrir un nuevo frente en América Latina en la era Trump como gobernante.

El Aissami, un polémico exministro del Interior, respondió a la acusación con la estridencia tradicional: “En lo personal, recibo esta miserable e infame agresión como un reconocimiento a mi condición de revolucionario antiimperialista”. En un caso previo, Maduro designó a mediados del 2016 ministro del Interior al general Néstor Reverol, exjefe de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA), después de que fuera acusado de participar en un esquema de corrupción para el tráfico de drogas a Estados Unidos.

El Aissami llegó a la vicepresidencia a comienzos de enero, como rostro del sector radical del chavismo, tras renunciar al cargo de gobernador de la región central de Aragua, que ganó en las elecciones de fines del 2012.

Según el Departamento del Tesoro estadounidense, en sus cargos previos El Aissami “supervisó o poseyó en múltiples ocasiones parte de cargamentos de narcóticos de más de 1.000 kilos desde Venezuela, incluyendo aquellos con México y Estados Unidos como destino final”. También lo acusa de haber recibido pagos de Walid Makled García, un empresario acusado de tráfico de drogas, que fue detenido en Colombia en el 2010 y solicitado por Estados Unidos en extradición, pero entregado por Bogotá a Venezuela.

Hasta hace días, Maduro reclamaba que Estados Unidos derogara la orden presidencial de comienzos del 2015 que declaró a Venezuela una amenaza a la seguridad estadounidense y suspendiera las sanciones a varios funcionarios por violaciones de derechos humanos. Maduro daba la impresión de no querer incomodar al nuevo gobierno de Washington, indicando que prefería esperar a ver los hechos de Trump. Pero adelantó que “no será peor que Obama. No me sumo a las campañas en el mundo (contra Trump)”. Durante Obama las relaciones no pudieron normalizarse y Caracas y Washington siguen sin embajadores desde el 2010.

El analista político Eduardo Semtei estimó que van a seguir saliendo nombre de funcionarios venezolanos y las medidas seguirán apretando.

“Estados Unidos va a seguir actuando. No descarto que el próximo paso sea solicitarle a la Interpol la detención de estos funcionarios”, declaró. (DPA)

El Departamento del Tesoro de EE. UU. acusó al vicepresidente El Aissami, de 42 años, de facilitar el envío de drogas desde Venezuela a través del control de los aviones y las rutas aéreas.

Datos

El Departamento del Tesoro de EE. UU. acusó al vicepresidente El Aissami, de 42 años, de facilitar el envío de drogas desde Venezuela a través del control de los aviones y las rutas aéreas.

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