Viaje al interior de las cavernas de mármol

A 100 km de Los Antiguos, en Santa Cruz, este rincón único en el mundo ofrece una alternativa mística y natural en la Patagonia.

CHILE

Sebastián Curinao

scurinao@rionegro.com.ar

Quien se apura en la Patagonia pierde el tiempo, declaraba la remera con tintes rojos de un turista que esperaba por subir a la pequeña embarcación que lo llevará a conocer un lugar de fantasía. Resulta que visitar las Cavernas de Mármol es una de esas cosas que hay que hacer antes de morir, y a las que hay que visitar sin apuros. No solo porque ofrecen un atractivo natural inigualable, sino porque son el corolario de un recorrido mágico por el bosque andino patagónico chileno.

Ventisqueros, ríos, arroyos, cascadas y maitenes acompañan el camino a Puerto Tranquilo, en la región de Aysén. Son tres las formaciones de mármol sobre el Lago General Carrera (Buenos Aires, en Argentina) diferenciadas por su tamaño; la más grande, llamada Catedral, seguida por la Capilla y la Cueva. Sobresalen en medio de un ojo de agua multicolor, rodeado de un espeso bosque al que las eternas cumbres de la Cordillera de los Andes custodian.

Para llegar es necesario tomar la ruta 265 desde Chile Chico a Puerto Guadal. Desde allí, tomar rumbo norte por la Carretera Austral, cuyas maravillas compartimos la semana pasada.

Solo 7 km de navegación en lancha separan a Tranquilo del sector de cavernas, en una excursión de hora y media, sujeta a las inclemencias del tiempo y a la que se recomienda ir bien abrigado. El viento patagónico y el sol engañador del sur pueden hacer menos placentero el recorrido. Son más de 20 las embarcaciones de distintos prestadores locales disponibles para realizar la travesía por el lago. El costo ronda los $200 argentinos, aceptados sin problemas en el país trasandino. La contratación del servicio, que sale todos los días, se realiza en la costanera de Tranquilo y suele incluir un pequeño refrigerio sobre el bote. El paseo se realiza de a grupos de entre 4 y 10 personas. Los lugareños aseguran que el mejor momento para visitar el sitio es durante el verano, aunque algunos también destacan la belleza del lugar en otoño, por el mes de abril.

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Las cavernas por dentro. Miralo en HD

Una vez en el primer sector de cavernas, las formaciones de mármol son sorprendentes. Tanto por la variedad de colores, texturas y formas como por la iluminación natural del reflejo inmediato del agua cristalina del lago. Agua turquesa en contraste con los grises, amarillos, verdes, marrones y negros del mármol. La sensación de estar dentro de una caverna milenaria es indescriptible. El oleaje intempestivo impacta permanentemente sobre las paredes del sitio, el agua brota de profundas grietas en la roca y las estalactitas irregulares demandan atención permanente en un lugar que se roba todas las miradas. La variedad de formas en la roca permite establecer analogías rápidas con, por ejemplo, la cabeza de un perro y la trompa de un elefante tomando agua.

No se conoce la edad precisa de estos mármoles. Según la Sociedad Geológica Chilena, las cavernas están labradas en rocas pertenecientes al Basamento Metamórfico de la región, y se trataría de rocas del Paleozoico superior, de unos 300 millones de años de antigüedad. Sin embargo, la formación específica de las cavernas se corresponde con un fenómeno más reciente, post-glacial, de menos de 15 mil años, y generado por la disolución diferencial de los mármoles por el agua del Lago General Carrera.

El sitio es visitado durante todo el año, por turistas de todo el mundo. Como hasta hace poco tiempo era posible bajar e ingresar de a pie a la capilla, en el lugar se han celebrado ya 3 matrimonios católicos, en los que los novios, sacerdote, padrinos e invitados llegaron a la ceremonia en lancha.

Las cavernas fueron, en principio, territorio argentino. Pues su existencia fue documentada por primera vez por el explorador Clemente Onelli durante sus expediciones de 1896 y 1897. El geógrafo Italiano – Argentino describió el lugar en su obra Trepando los Andes, donde relata las experiencias en las campañas lideradas por el Perito Francisco Pascasio Moreno. Acompañó la publicación de dos fotografías de los islotes principales: la capilla y la catedral en el lago Chelenko, nombre que los pueblos originarios supieron darle. En 1904, y tras un acuerdo internacional se determinó la división del lago, una porción para Argentina y otra para Chile. Las cavernas fueron declaradas Santuario de la Naturaleza, una de las categorías de protección de la legislación chilena sobre Monumentos Nacionales.


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