Vinieron por Diego, se llevaron a Sabella

Apenas terminado el Mundial 78, Argentinos tenía todo arreglado para vender a Maradona a un club inglés, pero pasaron cosas. En su lugar, contrataron a Alejandro Sabella.

Julio de 1978 fue un mes decisivo para el curso de la historia del fútbol tal como lo conocimos. ¿Se imaginan a Diego Maradona aún de 17 años jugando en el fútbol inglés? Porque eso fue lo que estuvo a punto de suceder apenas unos días después de que el seleccionado argentino ganara el Mundial. Quizás nunca hubiera jugado en Boca y de ahí para adelante, la historia contra fáctica que ustedes quieran, Guerra de Malvinas, Mundial 82 y Argentina-Inglaterra del 86, mediante.  

¿Qué tan cerca estuvimos de que fútbol no haya sido tal como fue? Muy cerca. Demasiado. Pero Diego nunca fue transferido al fútbol inglés, en el 81 pasó a Boca sellando un amor eterno con el pueblo xeneize, Malvinas lo encontró muy lejos del Reino Unido y en el 86 no tuvo que gambetear a ningún viejo rival de la liga inglesa. Pero este texto no es para hablar de Diego, sino de Alejandro Sabella. 

La obtención de la Copa del Mundo hizo que el fútbol europeo mirara con más atención al fútbol argentino. Pero muy especialmente lo hicieron los ojos ingleses, acaso porque estaban asesorados por un viejo conocido de ambos: Antonio Ubaldo Rattín. Sí, el mismo irreverente volante central de Boca que en el Mundial de Inglaterra 66, tras ser expulsado contra los dueños de casa en cuartos de final, se sentó en la alfombra roja frente al palco de la reina en Wembley y estrujó con bronca un banderín inglés ubicado en uno de los córner. Bueno, ese mismo, doce años después trabajaba para equipos ingleses. 

En los primeros días de aquel julio de 1978, una delegación de dirigentes ingleses del Tottenham y del Sheffield llegaron a Buenos Aires para cerrar tratos con futbolistas argentinos. Los del Tottenham se llevaron a Villa y Ardiles, ambos flamantes campeones del mundo. En cambio, los de Sheffield, asesorados por Rattín, vinieron decididos a llevarse a un tal Diego Maradona, que la rompía en Argentinos.  

La operación por Maradona iba a hacerse a cambio de 150 mil libras esterlinas e incluía a Carlos Fren, compañero de Diego en el Bicho. Pero una serie de extrañas circunstancias sucedidas durante la noche anterior a la firma del acuerdo, que incluyeron aprietes militares según cuenta el periodista Ezequiel Fernández Moores en su nota para el diario La Nación, “Alex Sabella, ese tipo encantador”, y el pedido de otros 150 mil libras más, minaron el paso que hubiera cambiado, qué duda cabe, el curso de la historia, al menos de la del fútbol. 

Caída la opción Maradona, Rattín les ofreció a los tipos del Sheffield a Mario Zanabria, un elegantísimo volante zurdo del Boca de Lorenzo, pero como pedían mucha plata por él, el Plan C fue Sabella, otro talentosísimo volante sin chances en la primera de River mientras el Beto Alonso estuviera en el plantel de Labruna. . 

Citado por el periodista Carlos Ares en su nota para la revista El Gráfico, publicada el 5 de septiembre de 1978, John Hassal, presidente del Sheffield, se deshacía en elogios para con el futbolista: “Sabella es mágico. Realmente estamos muy contentos con él y con nuestro representante el señor Rattín, quien nos recomendó la compra».  

En la misma nota, Rattín dirá cosas muy reveladoras de Sabella, muchas de ellas visibles recién más de 30 años después: “Este pibe me hizo quedar como un señor, es inteligente, seriecito, tiene inquietudes y además anda muy bien. Primero había recomendado a Zanabria, pero Marito pidió mucho, después arreglamos con Sabella y no me equivoqué”. 

Sabella dejó River, donde había debutado en 1974 y ganado cuatro títulos, pero siempre a la sombra del Beto. El Sheffield, era, es, un club chico, pero con mucha historia. Tanta como que fue uno de los clubes que redactó, en la segunda mitad del siglo XIX, buena parte de las reglás del fútbol tal como las conocemos hoy. Sin embargo, en 1978 jugaba en la Segunda División inglesa. Sabella debutó oficialmente el 19 de agosto con derrota 1-2 ante el Leyton Orient, casualmente el mismo día que lo hicieron Villa y Ardiles en el Tottenham. Aquel día, los muros del estadio de Bramall Lane amanecieron con una pintada que se repetía: “Sabella is Magic”. 


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