Volvieron a clase en la 317, donde cayó el cielorraso

ROCA (AR).-La Escuela Nº 317 comenzó las clases en la tarde de ayer, luego de los arreglos y cambios de membranas efectuados en el cielorraso que cedió, como consecuencia del fuerte viento, el pasado miércoles y que obligaron a suspender las clases. Los directivos del establecimiento solicitaban la presentación de un informe por escrito que certificara la seguridad del techo para poder retomar las clases.

El informe fue presentado en la mañana de ayer por el arquitecto que inspeccionó las reparaciones del cielorraso en la Escuela Nº 317 de la ciudad de General Roca. Si bien los trabajos estaban terminados el viernes, el director Robinot Villegas solicitó el informe por escrito que avalara las condiciones en que se encontraba la escuela, luego del incidente que se produjo en hora de clase.

El hecho ocurrió el pasado miércoles cuando el viento hizo que se desplomara uno de los cielorrasos, en una de las aulas en donde se estaban dictando clases. El incidente le provocó heridas leves a varios alumnos que debieron ser hospitalizados y para lo que el Consejo Provincial de Educación designó a un psicólogo ya que el hecho les podría provocar algún problema a la hora de retornar a las aulas.

Luego de ocurrido el incidente las autoridades de la escuela decidieron suspender las clases hasta que no estuvieran dadas las condiciones para retornar al establecimiento educativo. Los cambios en las membranas fueron finalizados el viernes pero el director requería un informe por escrito que certificara el buen estado de las instalaciones porque aseguró «nos cansamos de esperar y de que nadie controle los arreglos porque las membranas habían sido cambiadas pero nadie controla si están bien hechos los trabajos».

El informe fue presentado en la mañana de ayer en donde el arquitecto Federico Bogetti certifica que «las aulas están en buenas condiciones de estabilidad y habitabilidad», lo cual permitió que en el turno de la tarde reanudara las clases.

Los trabajos que se realizaron fueron en los techos de dos aulas que sufrieron el desprendimiento de las membranas de lana de vidrio que debieron ser cambiadas por placas de yeso reforzadas, a lo que el director agregó que «eran un peligro ya que no estaban en condiciones ni estaban firmes porque los trabajos estaban mal hechos desde antes de empezar las clases porque nadie se encarga de revisar los arreglos y ya nos cansamos de la situación».


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