Disfrutar el invierno en Villa La Angostura más allá de la nieve

El Bayo vibra con pistas habilitadas y opciones muy divertidas. También hay planes para cada tipo de viajero que permiten vivir la montaña de una manera única.

El “Jardín de la Patagonia” ya vive su temporada invernal en Neuquén. Aunque las nevadas más intensas se hacen rogar, el Cerro Bayo se mantiene activo y preparado para recibir a los visitantes. Villa La Angostura ofrece un abanico de propuestas que van desde las primeras bajadas en esquí hasta emocionantes paseos y la belleza natural. Además, las vacaciones de invierno siguen en otros puntos del país.

Villa La Angostura y vacaciones de invierno


“Arrancamos muy bien, con un nivel de ocupación de alrededor del 48%, y esperamos que se active un poquito más con las vacaciones de Buenos Aires y en caso de que mejoren las condiciones de la nieve”, comentó María Jimena Aguilar, subsecretaria de Turismo local. Si bien la temporada comenzó el 17 de junio con la apertura de pistas para principiantes, el cerro ya recibía peatones desde el 7.

El Bayo tiene habilitada toda la zona de principiantes, ideales para quienes se inician en el deporte. Además, los esquiadores de nivel intermedio pueden disfrutar de las pistas 18, Conexión 18 y la pista 9. “Viene gente por ahí de otros lugares porque es un cerro que tiene nieve, la fabrican, así que estamos teniendo buen movimiento”, destacó Aguilar. Para los que solo buscan vistas, “está abierta la cumbre también con una vista espectacular”.

Más allá del esquí, el cento invernal ofrece una experiencia lúdica completa con snowtubing y culipatín en la cota 1500, que además cuenta con tres restaurantes. En la cumbre también hay opciones gastronómicas para quienes deseen disfrutar del paisaje.

Villa la Angostura en invierno: un abanico de experiencias


La propuesta de Villa La Angostura se extiende mucho más allá de las pistas. “Tenemos una amplia gama de alojamientos, desde camping hasta hoteles cuatro estrellas. “El presupuesto se puede adaptar a cualquier familia”, enfatizó Aguilar, desmitificando la idea de que la localidad es exclusiva para un turismo de alta gama.

La lista de paseos imperdibles, arranca con el centro de Ski Cerro Bayo, con todas sus actividades recreativas y servicios gastronómicos; el Bosque de Arrayanes, accesible con navegación lacustre.
Siempre son recomendables las caminatas en a Laguna Verde, Sendero Río Bonito y Miradores de Quetrihue, ideales para hacer en familia. También el Circuito Angostura, recorriendo el casco histórico (puerto), Bahía Manzano y Correntoso y los circuitos de miradores, como Cerro Bayo, Inalco, Arauco, Espejo, Malvinas y Manzano.

En cuanto a otras actividades alternativas en la nieve, las caminatas con raquetas y las cabalgatas son opciones imperdibles que permiten vivir el paisaje de una manera única e inolvidable.

Villa La angostura en invierno: la montaña viva


Hay una energía particular en la montaña invernal que solo los que la viven a diario logran transmitir. Lola Moreno, guía de montaña con años de experiencia y prestadora de servicios del Parque Nacional Nahuel Huapi, no solo organiza excursiones: te invita a sentir la cordillera en cada paso, revelando secretos y abriendo caminos donde otros solo ven nieve.

“Somos guías de montaña y hacemos caminatas con raquetas y trekking”, arrancó. Una de las excursiones más buscadas es la caminata con raquetas hacia el límite entre Argentina y Chile. “Te llevamos a caminar por bosques nevados casi llegando al límite”, relató Lola. Este recorrido culmina en un mirador con vistas espectaculares a volcanes como el Pantojo y el Osorno, y se completa con comida regional, chocolate caliente y ¡culipatines para la diversión! Es importante llevar documentación al día porque hay que pasar por la aduana y, según el servicio, los precios arrancan en $70.000 por persona.

Para quienes buscan una conexión más profunda, el trekking al Cerro Dormilón es un favorito. “Combina el lago con montaña y refugio”, explicó en referencia a una travesía que puede ser de uno o dos días. La aventura incluye un cruce en barco por el Nahuel Huapi y una caminata hacia el refugio, un lugar que recomendó visitar siempre con guía en invierno por las condiciones de la nieve y la seguridad. “Las vistas son increíbles, a la cordillera y al lago, cada esfuerzo vale la pena”, aseguró.

Más allá de las grandes travesías, resaltó que Villa La Angostura es un paraíso de senderos accesibles y autoguiados. “Tenemos un montón de senderos muy bonitos y con vista al lago”, dijo con entusiasmo, como el Filo Belvedere con sus “casi cuatro miradores” que descubren los Andes y los Lagos del Circuito de los Siete Lagos en cada paso. Senderos como Última Esperanza o el del Bonito son perfectos para explorar por cuenta propia.

La pasión de Lola por su trabajo se refleja en cada experiencia: desde el trekking hasta las caminatas con raquetas (en circuitos no tradicionales, siempre con guías habilitados) y hasta las cabalgatas, buscando que cada visitante se lleve un pedazo de la montaña en el alma.

Incluso el famoso Bosque de Arrayanes puede vivirse de otra forma: un paseo en barco hasta el kilómetro 6 de la península, una caminata de seis kilómetros y el barco espera en el bosque para el regreso, con chocolate caliente y picada. “Tenemos un invierno diferente, con días de cielo azul y posibilidades de disfrutar la montaña y el lago”, describió e invitó a los viajeros a aprovechar este clima particular.