Paseos rurales para disfrutar y aprender

Los antiguos emprendimientos productivos de la región ofrecen alternativas en las que se puede salir a almorzar o merendar en contacto con la naturaleza valletana, participar de una cosecha o recorrer los corrales de los animales de granja.

Comer algo casero, acariciar a un animal de granja, pasar un día al aire libre resulta ser un plan reparador del buen ánimo. Se puede comer un asado entre la alameda en un mediodía de domingo. Las tortas de manzana de la abuela reviven en algunas casas de té de la zona y despertar en el silencio que solo rompe el canto de los pájaros, son experiencias únicas en las chacras. Para meterse en estas costumbres, lo ideal es sumergirse en la dinámica rural y pasar un día como los pioneros que formaron los pueblos de la región.

Un buen almuerzo

En la antigua casona de servicios de una bodega de Cipolletti funciona el restaurante La Minorina, que se caracteriza por la cocina de fuegos, la sencillez y el buen gusto.

Agustín Bonnet es quien se encarga de todo por allí y contó que abren los domingo al mediodía. “Es una quinta, hay animales de granja como patos, ovejas, gansos. Es chica pero la gente vine y disfruta el día. Se tiran en el césped, hay una canchita de fútbol, pueden ir a los corrales y los chicos tienen un parque de juegos”, dijo Agustín.

Los que desean ir deben contactarse durante la semana por redes sociales para reservar el lugar. Se hace un menú fijo con opción de parrilla o pastas. Sale 520 pesos por persona con la bebida aparte.

Tomar el té en Los Chalets

Los Chalets se encuentra en la zona rural de Centenario, a 20 minutos de Neuquén. Debajo de añosos árboles se puede disfrutar de la repostería artesanal típica heredada de los antepasados y una amplia carta de tés, mientras se respira naturaleza valletana.

En la chacra se producen ciruelas, manzanas, peras y frambuesas y después de la merienda el recorrido a través de las plantaciones los lleva a entender que se esconde detrás de aquella fruta que la gente ve a diario en la góndola del supermercado.

Un buen jugo de frutos rojos

En Plottier, Los García comenzaron a producir frutas finas frescas y congeladas y luego decidieron agregar valor a su actividad para acceder a nuevos mercados.

Así es que reciben en la casa de té de su chacra a numerosos visitantes atraídos por sus especialidades gastronómicas .

La casa ofrecen un servicio de pastelería de elaboración propia con degustaciones de sus productos y actividades recreativas. También venden frutos rojos para llevar. Lo más pedido, son sus jugos de frutos rojos, exprimidos a horas de se cosechados de la planta.

Huellas Verdes

A la tarde en Huellas Verdes, cerca de Allen, los niños juegan con las ovejas, vacas, caballos, patos, gansos, gallinas, conejos y codornices. Además recorren los cultivos.

Uno de los dueños, Darío Rivero contó que “quería acercarle a la gente el campo ¿De dónde sale una zanahoria? ¿Qué pasa con lo que nos da una vaca? El huevo que pone la gallina ¿Tiene adentro un pollito? Es algo muy interesante”, eran las preguntas que quería ayudar a responder a los que pasearan por su chacra.

Las visitas duran tres horas e incluyen actividades, como amasar pan y recorrer. “Luego se termina con una merienda casera con tartas dulces saladas, dulce de leche de oveja, yoghurt y queso untable de oveja”, comentó entusiasmado Darío.

La entrada cuesta 350 pesos a partir de los 12 años y 250 pesos para los menores de 12.

Posada Dulcinea

Para pasar la noche, la propuesta lleva a los turistas a la Posada Dulcinea situada en Choele Choel. Se trata de una casa de campo con diez camas, emplazada en cinco hectáreas que ofrece bicicletas de uso gratuito y pileta al aire libre, zona de parrilla, jardín y terraza.

Los huéspedes pueden despertar y después de un contundente desayuno de campo cosechar frutos rojos, realizar caminatas en un entorno de chacras. Los dueños son productores de uva Malbec y ofrecen también en tiempo de vendimia, la posibilidad de elaborar vino para consumo personal, desde la cosecha hasta la molienda.

“Es un servicio de alta gama. Hay parque, pileta. La gente lo que más disfruta es descansar, estar en el parque, hacer un asado. Ahora inauguramos El bar de la chacra y la gente de la posada puede ir a almorzar ahí”, dijo el dueño Guillermo Maseberg.

Desde caminar entre los frutales hasta amasar pan casero son cosas que se hacen en La Huella Verde.

Emiliana Cantera

Comer o merendar debajo de la parra es un clásico.

La primavera es el momento ideal para ver la producción de frambuesas, moras y frutillas y probar las frutas directamente de la planta.

Las tortas de la abuela con las frutas de la chacra.

El entorno rural en la Posada Dulcinea

“Quería acercarle el campo a la gente. El lugar es abierto para visitas escolares y familias. La chacra es muy diversificada”.

Darío Rivero, propietario de La Huella Verde, en Allen

Cómo llegar entre caminos rurales

-Posada Dulcinea. Cruzando el puente sobre el río Negro por Ruta Nacional 250, se ingresa a zona de chacras La Rinconada en el acceso ubicado en el kilómetro 285.

-Huellas Verdes. Sobre la Ruta 22, en el kilómetro 1195, cerca de Allen.

-Los Chalets. Se accede a través de la Ruta Provincial Nº 7 o por la Ruta Provincial 70 luego de cruzar Cinco Saltos y el puente sobre el río Neuquén.

-La Minorina. Para comer en el campo. Ubicado en el kilómetro 6,5 de la Ruta 151.

-Los García. Ruta Nacional 22, kilómetro 1240, Plottier.

Datos

La primavera es el momento ideal para ver la producción de frambuesas, moras y frutillas y probar las frutas directamente de la planta.
“Quería acercarle el campo a la gente. El lugar es abierto para visitas escolares y familias. La chacra es muy diversificada”.

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