Sin fueros, De Vido pasó su primera noche en el penal federal de Ezeiza

Diputados le quitó ayer su inmunidad parlamentaria. Se presentó en Tribunales y fue trasladado a la penitenciaría. “Manden champagne a la doctora Carrió”, ironizó.

Uno de los exministros más poderosos de la historia argentina quedó ayer detenido por hechos de corrupción. Julio De Vido, jefe de Planificación de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, se entregó a la Justicia en los tribunales de Comodoro Py y durmió su primera noche en el penal de Ezeiza. Minutos antes, la Cámara de Diputados, con una ausencia masiva del bloque del Frente para la Victoria, había aprobado el pedido de desafuero, lo único que impedía una detención anunciada hace una semana por el pedido de dos jueces federales.

“Mándenle champagne a la doctora Carrió”, gritó De Vido antes de ingresar a Comodoro Py para entregarse. Fue todo lo que dijo. Por una calle lateral de acceso a tribunales, el exministro había llegado caminando junto a su abogado Maximiliano Rusconi. No hubo manifestación en su defensa, ni dirigentes políticos a su lado.

Su aparición fue algo inesperada. A cinco kilómetros de distancia, una veintena de efectivos de Gendarmería había ingresado al edificio donde vive el ex funcionario junto a su mujer. No esperaron ni cinco minutos desde la finalización de la sesión en el Congreso. En la puerta se habían juntado doscientas personas que festejaban la inminente detención al grito de “no vuelven más” e insultos. Cuando se supo que De Vido se había entregado, los gendarmes subieron a sus vehículos y se retiraron. Gendarmería ya lo habían buscado sin éxito en otro de sus inmuebles, en la localidad bonaerense de Zárate.

El ex superministro, que llegó a manejar –según estimaciones de gobierno– unos 145 mil millones de dólares, quedó detenido en el marco de dos pedidos de prisión preventiva. El juez federal Luis Rodríguez lo investiga por el presunto fraude por más de $ 260 millones en obras inconclusas en el yacimiento carbonífero de Río Turbio. El juez Claudio Bonadio, por presuntos sobreprecios de casi 7000 millones de dólares en la compra de gas licuado.

Ayer De Vido se negó a declarar ante Rodríguez. De tribunales fue retirado en medio de un curioso operativo distractivo sin otro fin aparente que evitar allí la foto con el chaleco y el casco, como sí sucedió con otros exfuncionarios K.

Rodríguez –por orden de la Cámara Federal– y Bonadio habían considerado que, libre, De Vido entorpecería la investigación y podría destruir pruebas. Por eso habían pedido el desafuero a Diputados y ordenado su inmediata detención hace una semana.

Y así lo hizo la Cámara Baja. En un debate corto para lo que acostumbran los diputados, pero con definiciones fuertes, De Vido fue desaforado por 176 votos positivos y ninguno en contra. Cambiemos; la alianza 1País, de Sergio Massa y Margarita Stolbizer; el bloque Justicialista, encabezado por Diego Bossio y Oscar Romero, el Frente de Izquierda y partidos provinciales decidieron votar a favor de dejar a De Vido sin fueros y permitir, por lo tanto, su detención.

Cuando los demás bloques ingresaban al recinto, la conducción del FpV, con parte de sus legisladores, dio una conferencia de prensa en el que advirtió que no participaría del debate. “No vamos a convalidar un plan de persecución de opositores”, dijo el jefe de la bancada K, Héctor Recalde, que denunció que la Justicia sigue órdenes del Poder Ejecutivo.

Hubo, sin embargo, fisuras. Seis integrantes del bloque FpV bajaron al recinto y votaron a favor, entre ellos los rionegrinos Luis Bardeggia y María Emilia Soria (ver aparte). Se ausentó, no obstante, el Peronismo para la Victoria (Movimiento Evita), que había dicho que votaría a favor. El único en abstenerse fue Juan Manuel Pereyra (FORJA).

“Los fueros deben existir para proteger la tarea parlamentaria, no para eludir la acción de la Justicia”, abrió Pablo Tonelli (Pro). En la misma línea, el jefe de Cambiemos, Mario Negri, celebró haber “dado un salto por demás cualitativo hacia el Estado de derecho” y recordó que De Vido tenía 26 imputaciones y 6 procesamientos.

El resto de los bloques, además de condenar duramente a De Vido, le recordaron al oficialismo que la corrupción no es sólo K: “No puede haber doble moral, dobles estándares. Hay que tener cuidado porque la Justicia investiga siempre hechos del pasado, y tienen que saber los que están hoy en el gobierno que esta misma Justicia algún día va a revisar los contratos que ustedes están haciendo hoy”, disparó Stolbizer.

Carrió, principal denunciante de De Vido, no habló en el recinto. Pero sí le respondió la chicana al exministro: “Que no me manden champagne, porque no tomo alcohol”, dijo vía Twitter. Horas más tarde, De Vido pasaba la noche en el Hospital Penitenciario de Ezeiza.

Soria: “Ya fue condenado por los medios”

Seis diputados del FpV-PJ desobedecieron la orden del bloque y votaron por el desafuero de De Vido: los rionegrinos María Emilia Soria y Luis Bardeggia, la chubutense Ana Llanos, la tucumana Miriam Gallardo y los sanjuaninos Ramón Tovares y Sandra Castro. Soria pidió la palabra y su discurso fue el último. Dijo que De Vido “ya fue condenado por los medios”.

Cómo votó

la región

A FAVOR: Leandro López Koenig (Cambiemos, Neuquén), María Inés Villar Molina y Adrián San Martín (MPN, Neuquén), Sergio Wiski, Luis Bardeggia y María Emilia Soria (Frente para la Victoria, Río Negro).

AUSENTES: Claudio Doñate (FpV, Río Negro), Silvia Horne (Peronismo para la Victoria, Río Negro), José Ciampini y Darío Martínez (FpV, Neuquén).

En todos los gobiernos de los Kirchner

Para mí termina una lucha de largos años. Tocar a De Vido es tocar el centro del sistema corrupto del gobierno K, sindical y empresarial. Que no me manden [champagne], porque no tomo alcohol”.

Elisa Carrió, diputada de Cambiemos

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Datos

El primer cargo de De Vido junto a Néstor Kirchner fue en la intendencia de Río Gallegos en 1987. Kirchner creó una dependencia para él: Consejo de Planeamiento y Consulta.
Por presión de los Kirchner, De Vido llegó a Vialidad Provincial en 1990. Néstor fue gobernador en el 91: lo nombró ministro de Economía y Obras Públicas y luego ministro de Gobierno.
Con la llegada de Néstor Kirchner a la Nación en el 2003, De Vido se convirtió en ministro de Planificación Federal: manejó decenas de miles
de millones de dólares, obras, servicios, energía y transporte.
Durante las dos presidencias de CFK, De Vido mantuvo el cargo. La relación con Cristina siempre fue más fría, sobre todo tras la muerte de Néstor, pero retuvo
el poder hasta el final.

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