Condenado por un crimen podría quedar libre hasta que la Corte resuelva

Honorio Marín fue condenado a finales de junio de 2015 a prisión perpetua como autor del homicidio de María Amalia Guanziroli tras haberla sometido a un abuso sexual. El Superior Tribunal de Justicia (STJ) confirmó en diciembre del año pasado la sentencia condenatoria. Sin embargo, aún no está firme porque Marín recurrió a la Corte Suprema para tratar de que revise el fallo.

El defensor oficial de Marín solicitó la libertad del condenado porque advirtió que cumplió más de 4 años detenido y superó el plazo máximo de 3 años y 6 meses de prisión preventiva, que prevé la legislación aún vigente.

Y el STJ dejó abierta esa posibilidad. El máximo tribunal de la provincia hizo lugar al recurso de casación interpuesto por el defensor oficial Juan Pablo Laurence, en representación de Marín, y anuló la resolución de la Cámara Criminal Primera de Bariloche, que había desestimado a finales de junio pasado el planteo del cese de la prisión preventiva.

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El STJ dispuso reenviar la causa al tribunal de origen para que, “con la misma integración, continúe el trámite aplicando la doctrina legal vigente, la que le resulta de cumplimiento obligatorio”. El fallo se dictó a principios de este mes, y tiene criticas a la Cámara Criminal Primera por no aplicar la doctrina del STJ.

“El único encarcelamiento previo que cabe disponer es el que corresponde a razones de cautela, pues la restricción de la libertad es posible en los límites estrictamente necesarios para asegurar que el imputado no impida el desarrollo eficiente de las investigaciones y no eluda la acción de la justicia”, indica la doctrina vigente del STJ, aunque no dispuso de oficio la libertad de Marín.

En el fallo, que redactó la jueza del STJ Liliana Piccini, se advirtió que la doctrina establece que “alcanzado el plazo máximo legal de tres años y seis en prisión preventiva, corresponde disponer la libertad del imputado, a la que puede oponerse el Ministerio Público Fiscal y el Tribunal deberá resolver la cuestión”, en un plazo de 5 días.

El crimen de Guanziroli ocurrió la mañana del 26 de julio de 2013, en el barrio San Ignacio del Cerro. Marín fue detenido al día siguiente y desde entonces está preso. El tribunal que juzgó a Marín estableció que el joven se presentó en el domicilio de la víctima, de 68 años, que estaba sola. Marín conocía a la mujer porque había hecho tareas de jardinería en su terreno.

En el fallo condenatorio, se indicó que Marín violó a la víctima y después la asfixió hasta matarla para ocultar el brutal abuso sexual. Por eso, fue condenado a perpetua por los delitos de homicidio criminis causa, en concurso real con el de abuso sexual agravado.