¿Es posible enfrentar las crisis con la filosofía como herramienta?

Hasta el viernes sesionará en esta ciudad el décimo Coloquio Internacional de Filosofía en cuyo seno pensadores del mundo exponen sobre perspectivas ante las crisis.

¿Es posible enfrentar las crisis con la filosofía como herramienta?

Palabras de bienvenida de su coordinador general, Oscar Nudler, de la directora del Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Claudia Mársico, y del vicerrector de la Universidad Nacional de Río Negro, Roberto Kozulj, marcaron el comienzo del X Coloquio Internacional de Filosofía. Tendrá lugar aquí hasta el viernes con la participación de una treintena de conferencistas que realizarán aportes sobre “Crisis de mundo: perspectivas filosóficas”.

Trasladadas las actividades a Rolando 155, luego de que la Municipalidad clausurara el salón BEC anunciado inicialmente como lugar de encuentro, luego del acto inaugural Olimpia Lombardi coordinó la sesión “La ciencia en un contexto de crisis” de la que participaron como disertantes Hernán Solari y Alejandro Romero (UBA), Daniel Sudarsky y Ana Rosa Pérez Ransanz (México).

Director del programa Epistemología e Historia de las Ideas Filosóficas y Científicas del Centro de Estudios en Ciencia, Tecnología, Cultura y Desarrollo en la Sede Andina de la UNRN, Nudler realizó un somero repaso por algunos de los temas a desarrollar durante las jornadas. Aludió a trabajos basados en crisis históricas pasadas como la de Grecia antigua y el siglo XVII, ideas filosóficas del siglo XX y “qué pasa con el pensamiento en contexto de crisis, especialmente en ciencia y arte. También va a haber exposiciones sobre efectos de las crisis en inmigrantes y mujeres”.

Lo que caracteriza la visión filosófica, “a diferencia de la económica y la política, es que es global. Trata de relacionar, no sólo disciplinas, sino la vida. La filosofía está entre dos polos, el científico y la concepción cultural del mundo. Esperamos ser tenidos en cuenta y lo plantee a los asistentes con la pregunta ¿es posible y deseable que desde la filosofía hoy se piense sobre la naturaleza de la crisis y se diseñen programas para enfrentarla?”, señaló

Las crisis, definió, “son como tormentas que barren todo y al hacerlo, permiten el cambio. Como dicen los chinos, poseen una doble naturaleza. Por un lado, implican mucho sufrimiento, derrumbe, y por otro, la posibilidad de dar luz a un mundo nuevo que sin las crisis no se hubiera producido”.

El tema del coloquio fue propuesto precisamente “porque estamos en medio de una crisis mundial y creo que la filosofía tiene que hacer un aporte a la comprensión y abrir salida. Es un saber riguroso y relacionado con la vida, puede conectar ambos”, señaló.

Kozulj evaluó que se perdió la capcidad de pensamiento sistemático.
Chino Leiva

Roberto Kozulj, el papel de la Universidad

Para Kozulj retomar la realización de los coloquios iniciados por Nudler en 1992 representa un triunfo frente a restricciones presupuestarias. “Es misión de la Universidad producir, transferir y generar conocimiento. En ese contexto trabajamos con el doctor Nudler, que mantiene contacto con filósofos que pudieron llegar del exterior, y vínculos con la Universidad Nacional de Buenos Aires”.

Surgió la posibilidad de actualizarlo “cuando todo el mundo habla de la crisis, que desde el punto de vista filosófico es más abarcadora. Como bien decía Nudler, las crisis económicas pueden ser coyunturales o estructurales. Todos sabemos que en Estados Unidos y Europa hay cambios radicales en cuanto a la visión de la política, que América Latina está cambiando de paradigma o sale de una época de fuertes crecimientos y de otro enfoque vinculado con cambios del sistema mundial. Todo esto se inscribe en transformaciones que vienen ocurriendo en los últimos 70 años de desarrollo. Entonces es un momento adecuado para pensar en la crisis desde esta perspectiva filosófica”.

Una posibilidad de “enriquecer el debate y aprender de aquellos que han estudiado el pasado. Ya hablamos de pos pos modernidad. Hace poco el diario Río Negro publicó “La posverdad es mentira” (por Daniel Molina, 28 de enero 2017). Además de ser vicerrector, soy docente, y tengo que luchar continuamente contra la pos verdad porque ya nadie cree en la ciencia y la gente ya no puede distinguir dos ceros de cuatro o seis en el discurso. En el ciudadano ya no se producen estas diferenciaciones. Una de las tareas de la universidad es, no digo iluminar, pero transmitir conceptos claros respecto a cómo abordar una realidad compleja. Entenderla desde una perspectiva más profunda e interesar a nuestros jóvenes porque el planeta que habitamos es de todos. Por lo tanto, tenemos que comprender cómo funcionan mecanismos, interacciones, sistemas, hacia dónde vamos y en qué medida podemos influir sobre los cambios. O nos van a sobrepasar”, evaluó.

“Vivimos en una sociedad global donde la cantidad de información se superpone, no hay tiempo para procesarla. Sobre todo, se ha perdido la capacidad de pensamiento sistemático. Cuando uno pone cada dato en un sistema de pensamiento, que no necesariamente tiene que ser cerrado pero sí dinámico, puede interpretar los hechos con una riqueza que no posee cuando tiene un montón de datos aislados que generan confusión, ruido mental sumado al de las sociedades modernas.

“En cambio la reflexión suele colocar cada pieza en un lugar y ese sistema de pensamiento puede ser contrastable con otro, y así es como damos mas organicidad a esfuerzos por mejorar la sociedad”, valoró.

La filosofía, además de libertad de pensamiento, otorga la “posibilidad de vincular aspectos económicos a valores de sentido, que hace que finalmente la gente viva o no viva. Cuando en lenguaje corriente alguien expresa que la vida no tiene más sentido, está expresando una crisis fundamental de su personalidad. Cuando lo encuentra y le da significado es cuando puede activar sus fuerzas vitales para construir”.

Tanto el rector de la UNRN Juan Carlos Del Bello “como yo, alentamos todo tipo de reflexión como aporte constructivo en épocas en las que los jóvenes necesitan esperanza, visión, salirse de la pantalla de lo inmediato y poder proyectarse a un mundo que les resulta inabarcable. Plácido e inabarcable al mismo tiempo, como para muchos de nosotros. Simplemente, podemos dar elementos para que cada uno piense mejor”, concluyó.


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