Obras en Pampa de Huenuleo: entre la ilusión y el aguante

Con lógica estricta, una parte importante de la inversión pública desplegada en los barrios más pobres de Bariloche apunta a extender las redes de servicios básicos y también a resolver la carencia de espacios para la atención sanitaria y la contención infantil.

Es lo que reclaman los propios beneficiarios, que participaron en la selección de los proyectos, y se ilusionan al ver las obras en marcha, pero asumen también que nada lograrán sin enormes cuotas de paciencia y perseverancia.

El Programa de Mejoramiento Barrial de Pampa de Huenuleo que desarrolla el gobierno nacional con financiamiento del BID abarca 348 hectáreas, donde viven 4.795 familias. Se trata del área identificada comúnmente como el Alto barilochense, y definida por los problemas históricos de tipo urbanístico y por su “déficit de equipamiento”.

Eufemismo (este último) que describe la ausencia de gas natural, de cloacas, de drenajes y otras obras básicas que obligan a los pobladores a depender de la leña y de las garrafas, de los pozos filtrantes saturados y también a inundarse cuando llueve.

Las necesidades básicas insatisfechas rondan el 76%. Muchísimas familias viven en terrenos ocupados y no hay calles asfaltadas, a no ser por la avenida Juan Herman, que funciona como vínculo principal de comunicación entre los barrios abarcados por el plan: Nuestras Malvinas, Nahuel Hue, Omega, Cooperativa 258, El Frutillar, El Pilar I y II.

Restituido el flujo de fondos luego de la parálisis por el recambio de gobierno, hace apenas un par de semanas las empresas contratistas del Promeba retomaron los trabajos en el proyecto de pluviales y cordón cuneta en Nahuel Hue. Están listos también para completar lo que falta de la red de gas y las cloacas en El Frutillar. Pero en esos casos hay todavía “exigencias documentales” que cumplir.

El Concejo Municipal, en tanto, aprobó el último jueves el llamado a licitación para las obras del Promeba IV de Pampa de Huenuleo, que comprende un nuevo tramo de pluviales para Nahuel Hue y Malvinas y de la red de cloacas de El Frutillar, por un total de 156 millones de pesos.

Años atrás el mismo programa ya había ejecutado importantes obras en los barrios Unión y Dos de Abril, que incluyeron cientos de viviendas y mejoras habitacionales.

En aquel caso y también ahora se trata de proyectos planificados durante largo tiempo, que están llamados a cambiar la cara de numerosos barrios y la vida misma de miles de personas.

Calidad de vida

Luego de larga espera, el Promeba III se comenzó a ejecutar en noviembre de 2014. Además de las redes de servicios incluyó el centro de salud de Malvinas y Nahuel Hue (con un presupuesto original de 8,4 millones de pesos), el centro comunitario de El Maitén (3,3 millones) y el centro de Desarrollo Infantil del Omega (6 millones) que ya están en pleno funcionamiento.

Los funcionarios de antes y ahora resaltaron en cada inauguración el “cambio extraordinario” que el Promeba genera en los barrios beneficiados, y destacaron que apunta a resolver carencias de “los que menos tienen”.

Aun con sus limitaciones, es un emprendimiento pensado, como ningún otro, para mejorar las condiciones de vida de la población involucrada. Pero también hay otros proyectos en marcha a cargo de la provincia que una vez concluidos impactarán en la vida cotidiana de los barilochenses (ver aparte).

El secretario de Obras Públicas del municipio, Alfredo Milano, explicó que para que las inundaciones de Nahuel Hue pasen a la historia todavía faltan obras complementarias que canalicen el agua de otras cuencas y que serán incluidas en nuevas etapas del programa. “No va a estar todo listo para el próximo invierno”, advirtió.

Faltan tierras

En cuanto a las llamadas “obras civiles”, como son los centros infantiles y comunitarios, Milano dijo que “había algunos planteados, pero estaban en terrenos que no son municipales y el Promeba lo exige como condición. Habrá que resolver eso para futuras presentaciones”.

Admitió que el completamiento de las obras de gas no asegura el acceso inmediato a ese servicio para los frentistas, porque están pendientes las obras del gasoducto cordillerano, que mantiene la veda de conexiones para toda la ciudad. Con las cloacas hay condicionamientos parecidos, pero Milano dijo que, obras auxiliares mediante, existe “permiso” para ingresar a la red.

Aclaró también que la idea de una pileta climatizada en Nahuel Hue (que algunos mencionaron) “nunca fue presentada al Promeba”. Dijo que si bien es necesaria, no pueden plantearla mientras el área no tenga operativos los servicios de cloacas y gas de red.

Para dar continuidad del Promeba el municipio se comprometió a convocar otra vez una ronda abierta de consultas en los mismos barrios, a fin de definir las “prioridades” de las próximas etapas.

Milano admitió que otro déficit de urgente solución es el asfalto y anticipó que “el plan de 75 cuadras, que quedó demorado por la rescisión del contrato con Vialidad Nacional, será afrontado por el municipio con fondos propios”. Y que allí están incluidas 5 cuadras de la calle Soldado Olavarría (en Nahuel Hue) y otras 6 cuadras en El Frutillar, en el circuito del transporte urbano. Aclaró que una parte de esas inversiones será “con recupero”.

Aun así, Milano se lamentó del escaso presupuesto anual que tiene su cartera si se restan los programas nacionales. La partida anual apenas llega a los 25 millones de pesos.

En relación con la Pampa de Huenuleo, dijo que también está previsto “el próximo año” encarar un mejoramiento integral de la avenida Juan Herman.

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