“Arraigo, identidad y la espalda al río”

Hace algún tiempo atrás un amigo me explicó la diferencia entre el compromiso por una causa y estar involucrado en la misma. Lo hizo mediante un relato citando un hábito matinal, el desayuno con huevos revueltos y tocino, diciéndome que en una granja la gallina está involucrada ya que día a día pone uno y otro huevo, mientras que el cerdo está comprometido al dar la vida por la causa.

Esta comparación me lleva a reflexionar sobre el modo de participación que cada ciudadano elige o debe asumir en su lugar de residencia, y es allí donde quiero hacer foco, en el compromiso y en el arraigo.

Sin dudas que la calificación de oportunista, paracaidista y otros tantos dilucida tal vez una débil identidad para una comunidad que a decir de Sabrina, joven historiadora, cuenta con tres visiones sobre los orígenes, la rural, la de Bibiana García y la del descubrimiento del petróleo.

No dejo de lado los escritos del recordado ingeniero Francisco José Dehais, sus planos y su entusiasmo por la historia de esta zona, sin dudas sus aportes contribuyeron en gran medida al desarrollo territorial.

Detectar oportunidades para el crecimiento amerita un estudio sobre alternativas y aquí es donde la cuenca del Río Colorado surge como recurso ineludible para cualquier proyecto. En aquella población rural de principios de 1900 donde la Río Colorado Lands Co., conocida entre los lugareños como “estancia de los ingleses”, o los demás establecimientos, en la “costa del Colorado” como La Argentina o Río Barrancas, daban lugar a un incipiente arraigo económico centrado en la producción de alfalfa, cereales, viñedos y manzanas. Del mismo modo, en esta época comenzó la habilitación de tierras en colonia Peñas Blancas, río arriba de las anteriores, que llegó a contar hacia 1914 con 250 hectáreas bajo riego.

Otra parte de la identidad cita a fines del siglo XIX a Bibiana García y la dinastía de los Catriel, quienes dan origen al nombre de la ciudad que está transitando sus 118 años y calan hondo en el tramado político y social de la comarca.

Como este escrito no pretende hacer historia, sólo incluyo en la palestra el rasgo de los nativos y su legado. Iniciando la década del 60, aparece el petróleo y con ello el crecimiento demográfico, la llegada de trabajadores con sus familias desde distintos lugares y con ello la polarización entre los NyC (nacidos y criados) y los foráneos o desarraigados. Sin dudas esta visión que divide lo único que hace es postergar alternativas para convertir esta comarca en un vergel.

El sentido de pertenencia es justamente un sentimiento, es aquello que va forjando una identidad. Resulta cotidiano encontrarse con personas que al preguntarles de dónde son citan con entusiasmo “De aiáa” en su claro regionalismo mendocino y resulta que hace más de 10 años que viven en estas tierras. Hace poco me encontré con Dardo, ingeniero del INTA, quien coincidía con este diagnóstico y agregaba además que en esta zona donde las condiciones agroecológicas se manifiestan en su totalidad es imposible que no se desarrolle cualquier emprendimiento agrícola.

Seguramente en el arraigo de las presentes y nuevas generaciones debamos considerar ponernos frente al río como aquellos pioneros y encontrar en esta fuente natural las alternativas que le permitan a esta economía, dependiente hoy en su gran mayoría de la industria del gas y el petróleo, una fuente sustentable por la que volver a soñar. Si ése es el desafío yo me comprometo.

Daniel Perfumo

DNI 21.940.319

“Detectar oportunidades para el crecimiento amerita un estudio sobre alternativas y aquí es donde la cuenca del río Colorado surge como recurso ineludible”.

Daniel Perfumo

DNI 21.940.319