La saga Odebrecht

Panorama nacional

El jueves 1º de junio, la Procuraduría General de Brasil liberará información reservada sobre la red internacional de sobornos tejida en los últimos años por la constructora Odebrecht. Según un informe de la justicia de los Estados Unidos de finales del año pasado, la empresa pagó al menos 788 millones de dólares en coimas para asegurarse contratos en 11 países, uno de ellos la Argentina. Aquí los pagos alcanzaron los 35 millones de dólares, un modesto 4,5 por ciento del total, por obras que le reportaron a la empresa ganancias por 278 millones de dólares. El retorno ya no es tan modesto. Hace dos semanas, Odebrecht se presentó ante los tres juzgados que investigan casos de corrupción en los que está involucrada la compañía en la Argentina. Sus abogados ofrecieron un acuerdo para identificar a los funcionarios que recibieron sobornos entre 2007 y 2014 a cambio de que se le garantice inmunidad a sus directivos y la continuidad en el país. Todos los indicios apuntan al área de Planificación que comandaba el ministro Julio De Vido. Entre otras obras, Odebrecht es la ejecutora del soterramiento del ferrocarril Sarmiento, en sociedad con Iecsa, empresa de la que acaba de desprenderse Angelo Calcaterra, el primo del presidente Macri. Un dilema para los investigadores argentinos.

¿Cerrar un acuerdo de delación “premiada” con Odebrecht? El fiscal Federico Delgado le transmitió esa misma duda a la procuradora Alejandra Gils Carbó. En una respuesta por escrito enviada el jueves, la jefa de Delgado valoró la propuesta del fiscal de coordinar una acción como “respuesta institucional” al epifenómeno Odebrecht. Pero aclaró que la decisión es, de acuerdo con la normativa argentina, privativa de cada fiscal. Libertad de acción, dijo en cierto modo.

Delgado investiga irregularidades en un contrato para la construcción de una planta potabilizadora de AySa en Tigre, un caso en manos del juez Sebastián Casanello. En esa misma causa, el arrepentido brasileño Leonardo Meirelles, detenido en Brasil, declaró por teleconferencia que recordaba haber transferido unos 850 mil dólares al jefe de la Agencia de Inteligencia, Gustavo Arribas, en concepto de coimas por obras de Odebrecht. “Propinas”, como las llaman en Brasil. Arribas afirmó en su momento ante la justicia que jamás recibió transferencias de Meirelles. Esta semana el jefe de la AFI desistió de volver a presentarse ante una comisión del Congreso de la Nación para aclarar el malentendido con un testigo clave del caso Lava Jato. La sala III de la Cámara de Cámara de Casación, máxima instancia judicial penal, decidirá en las próximas horas si reabre la causa en la que había sido sobreseído por el juez Canicoba Corral. Un fallo que el fiscal Germán Moldes decidió no era oportuno apelar.

El escándalo en Brasil ha dejado esta semana al presidente Michel Temer en la cuerda floja. El desprestigio de la clase política brasileña y la falta de legitimidad del mandato de Temer son tan enormes que no ha habido quien cuestionara la operación encubierta de los dueños del gigante frigorífico JBS. Los hermanos Batista, dueños de las Havaianas y acorralados por varias casos de corrupción, grabaron una conversación privada en la que el presidente los alentó a seguir pagando el silencio del detenido ex titular de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha. El Supremo Tribunal Federal autorizó que se investigue a Temer por intento de obstrucción a la Justicia, corrupción pasiva y asociación ilícita. Parece demasiado para un presidente tan débil.

¿Qué expectativa tiene el gobierno sobre el avance de las causas vinculadas al Lava Jato en la Argentina? No hay una posición homogénea. Habla un ministro: “Hay que aceptar la oferta de Odebrecht. Alguien tiene que presentarse y negociar con los fiscales un acuerdo específico”. La normativa demanda que se a una persona de carne y hueso: la ley de responsabilidad empresarial está demorada en el Congreso: sigue incomodando en algunas compañías. Otras fuentes autorizadas del gobierno advierten que la oferta de Odebrecht es un fruto amargo. “El gobierno va a negociar y los contratos van a aparecer manchados cuando todo se haga público el 1º de junio”, dicen. “Además ¿alguien vio la oferta? Hay mucho humo en todos lados”.

Habla un ministro: “Hay que aceptar la oferta de Odebrecht. Alguien tiene que presentarse y negociar con los fiscales un acuerdo específico”.

Otros advierten que la oferta de Odebrecht es un fruto amargo. “Los contratos van a aparecer manchados cuando todo se haga público el 1º de junio”.

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Habla un ministro: “Hay que aceptar la oferta de Odebrecht. Alguien tiene que presentarse y negociar con los fiscales un acuerdo específico”.
Otros advierten que la oferta de Odebrecht es un fruto amargo. “Los contratos van a aparecer manchados cuando todo se haga público el 1º de junio”.

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