¿Un plan perfecto?

Un juicio político a la procuradora Alejandra Gils podría cerrar el círculo de la polarización. Nada más funcional a la estrategia electoral del oficialismo en estos interminables meses de vacas flacas, como no sea un avance vertiginoso en alguna de las causas que involucran a Cristina Kirchner. La de encubrimiento por el atentado a la AMIA, por ejemplo, que llevó a la muerte al fiscal Nisman. Pura especulación, por el momento, aunque la investigación del fiscal Pollicita, y también la del fiscal Taiano sobre la muerte de Nisman, siguen dando pasos silenciosos pero firmes. “Y hay expectativas favorables, en el sentido de hacer todo lo materialmente posible para su esclarecimiento”, según el comentario más bien cifrado de un juez de la Cámara de Casación. Volviendo a Gils Carbó, que es lo que hoy importa: lo bueno para el gobierno de un avance sobre la procuradora es que además de polarizar con el kirchnerismo más cerril, despejaría el frente del equipo de fiscales que protege a la doctora Kirchner –para eso fueron designados, finalmente– e incomoda a algunos despachos del gobierno. El más encumbrado, incluso.

Gils Carbó es un plan perfecto, pero peca de ambición. La expectativa de llevar a juicio a la procuradora volvió a crecer afiebradamente en algunos despachos después de que el juez Ercolini allanó dependencias del Ministerio Público en el marco de la investigación por la compra de un edificio, en 2013, por valor de unos 8 millones de dólares. Hubo en esa operación un intermediario que cobró una comisión de 3 millones de pesos, familiar de un funcionario del área de contrataciones de la Procuración. Se sospecha que la licitación fue dirigida. Se atribuye responsabilidad política a Gils Carbó.

La procuradora suma al menos cinco pedidos de enjuiciamiento en la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados. El último, de junio de 2016 firmado por la diputada Elisa Carrió, por mal desempeño de sus funciones, es el único que conserva estado parlamentario. Centralmente, apunta a la designación irregular de fiscales y al entorpecimiento de investigaciones en la justicia federal que involucran a ex funcionarios del kirchnerismo. Carrió fue la única voz que se alzó contra la designación de Gils Carbó, en 2012, por la entonces presidenta Kirchner. La oposición le atribuye sin embargo haber contribuido de manera determinante a la continuidad de la procuradora.

Carrió vetó el año pasado un acuerdo con la oposición no kirchnerista –el “peronismo racional” y el massismo– para remover a Gils Carbó por la vía de una reforma de la ley de Ministerio Público Fiscal. La iniciativa buscaba fijar en cinco años, con la posibilidad de una renovación, el mandato de procurador, que es vitalicio en el diseño actual. Y un plazo para la salida de la procuradora. Carrió quemó los papeles de un proyecto, que si bien tenía consenso, habría supuesto un costo político en hombros de Macri. En la oposición no han olvidado ese episodio, pero desaconsejaron recientemente la exploración de un nuevo acuerdo en el transcurso del año electoral. Incluso han sugerido a emisarios del gobierno que mejor se cure en salud. ¿Está dispuesto el oficialismo a convocar a la comisión de juicio político cuando allí aguarda un pedido contra el presidente por el acuerdo con Correo Argentino SA? Fue presentado por 14 legisladores del FpV en febrero y lleva la firma del presidente del PJ, José Luis Gioja.

“Valoramos mucho tener un Banco Central independiente. El resto es una cuestión de coordinación”. En la jefatura de gabinete acompañan –con algunas reservas– el programa de metas inflacionarias de Federico Sturzenegger, que elevó la tasa de referencia del sistema en 1,5 puntos porcentuales después de que se conociera la inflación de marzo. Llovieron las críticas por el impacto que tendría sobre la recuperación de la actividad económica. Marcos Peña caracterizó el viernes la medida del Central como “una herramienta del corto plazo”, lo que podría querer decir que la tasa gradualmente volverá a bajar, como reclaman en algunos despachos del equipo económico y ya ocurrió en noviembre. El resultado fue una expansión de la base monetaria, pero no necesariamente un aumento del consumo. Es difícil encontrar diferencias profundas en ese punto entre Sturzenegger y quienes integran el sistema de toma de decisiones del macrismo: en ambos lados consideran la inflación como un fenómeno básicamente monetarista. Escuela de Chicago. Es por cuestiones como estas que en la oposición llaman “neoliberal” al gobierno de Macri.

¿Acuerda Vidal con los docentes? El gobierno bonaerense –no ella– recibirá mañana a los gremios. Busca un compromiso integral, que incluya, además de la cuestión salarial, una evaluación del sistema educativo, ausentismo y capacitación. En la provincia dicen que apenas un 30 por ciento del plantel docente, el más numeroso del país, alguna vez recibió capacitación. No habrá retroceso en relación a los descuentos por días de paro. Como se preveía, el precio en el sobre de sueldo de los maestros bonaerenses será alto: acaso lo terminen pagando los gremios.

¿Está dispuesto a convocar a la comisión de juicio político cuando allí aguarda un pedido contra el presidente por el acuerdo con Correo Argentino SA?

Es difícil encontrar diferencias profundas en ese punto: en ambos lados consideran la inflación como un fenómeno básicamente monetarista.

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¿Está dispuesto a convocar a la comisión de juicio político cuando allí aguarda un pedido contra el presidente por el acuerdo con Correo Argentino SA?
Es difícil encontrar diferencias profundas en ese punto: en ambos lados consideran la inflación como un fenómeno básicamente monetarista.

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