Ana María Shua y sus universos mínimos

La escritora argentina acaba de editar “Todos los universos posibles”, un libro que reúne unos mil microrrelatos de su autoría. En esta entrevista, cuenta su relación con el género.

El libro “Todos los universos posibles” de Ana María Shua reúne cerca de mil microrrelatos que la autora escribió a lo largo de su extensa trayectoria, al abordar una construcción narrativa que cultiva la brevedad y la profundidad semántica, y que en la Argentina tuvo sus exponentes en versiones de Jorge Luis Borges, Bioy Casares, Silvina Ocampo, Cortázar, Isidoro Blaistein y Marco Denevi.

La escritora, que se inició con la poesía, siempre fue lectora de microrrelatos y en 1975 la convocatoria de la revista mexicana “Cuento”, que tenía un concurso permanente de cuentos brevísimos, la llevó a escribir los primeros microrrelatos; desde entonces produjo un caudal que, por su riqueza y sensibilidad, la transformaron en la principal referente nacional de las microficciones.

P- ¿Qué te convoca en particular del género?

R- Me gusta la posibilidad de concentrar el significado en unas pocas líneas y obtener de esa brevedad la mayor profundidad posible, en textos de no más de 300 palabras. Algunos dicen que el microrrelato no permite desarrollar la psicología de los personajes, pero el autor norteamericano Robert Hass escribió “Una historia sobre el cuerpo” en 20 líneas, y es una historia absolutamente conmovedora que tiene un gran desarrollo de los personajes.

P- Lo macabro o siniestro ocupa un lugar importante en estos microrrelatos, como el caso del que lleva por título “Fémur”…

R- Ese microrrelato está basado en un hecho de la realidad, porque mi abuelo se rompió la cadera, lo operaron y luego de la cirugía mi papá conservó la cabeza de fémur de mi abuelo y la llevaba en el auto, o la tenía en su escritorio con la idea de hacer algo como un cenicero… aunque al final no hizo nada.

P- ¿Cómo surgió “Fenómenos de circo”?

R- Ese libro surgió cuando me pidieron un microrrelato inédito de un diario español y escribí uno que tenía que ver con un circo, y entonces empezaron a salir de la galera otras cosas, como los enanos y domadores, y me di cuenta de que tenía un mundo y que iba a lograr algo que me había propuesto con otros libros y no lo había logrado, que era dedicar todo el libro a un solo tema. Recién con ese libro empecé a trabajar con información concreta, a investigar el tema de lo que quería escribir.

P- En ese libro abordás el tema de la deformidad como espectáculo y brindás al lector un universo de casos sorprendente, como el de Lucía Zárate.

R- Lucía Zárate era la más pequeña enana de circo: era liliputiense, pequeñísima, toda chiquita, y el caso de Julia Pastrana es muy impresionante, porque era toda peluda, una especie de mono, y tenía doble dentadura como una especie de monstruo, pero era una mujer al parecer amable y gentil. Un empresario se casó con ella y la exhibió como fenómeno de circo durante años. Esos casos se exhiben hoy en la televisión, no en los circos. En los Estados Unidos hay algunos lugares donde se exhiben monstruos, pero sobre todo van a la televisión.

P- ¿Por qué te interesó el tema de las figuras del circo?

R- Porque era un tema muy amplio y en el que había muchos elementos para trabajar, y luego naturalmente va surgiendo la curiosidad humana, malsana, pero al mismo tiempo humana y muy natural. Seres humanos distintos que se apartan de la norma y que convocan el morbo que todos tenemos. El hombre elefante se ganaba la vida exhibiéndose, y como luego dejó de ser popular exhibir fenómenos tuvo que terminar en un asilo. El sacó provecho de su monstruosidad, pero las buenas intenciones le cortaron esa posibilidad y se vio obligado a vivir de la caridad pública.

P- Ahora que estás presentando todos los volúmenes de microrrelatos reunidos en un solo tomo, ¿seguís escribiendo estos textos?

R- Empecé de nuevo, y estoy escribiendo microrrelatos sobre la guerra, desde la guerra de Troya hasta la Segunda Guerra Mundial. Descubrí cosas extraordinarias, ideas delirantes como un portaaviones de hielo que construyeron los ingleses en un lago de Canadá.

Es interesante que en los textos

haya reflexión,

que no sean solo para provocar una sonrisa”,

cree la autora de las novelas “Los amores de Laurita” e “Hija”.

Datos

Es interesante que en los textos
haya reflexión,
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