Claus, de oficial nazi a suegro de Máxima

Murió el esposo de la reina Beatriz de Holanda.

En la boda de la argentina Máxima Zorreguieta con su hijo Guillermo fue la última aparición pública del príncipe Claus (der.).
LA HAYA (DPA) – El príncipe Claus, quien murió anoche a los 76 años, gozaba de gran prestigio en Holanda. El alguna vez diplomático alemán logró ganarse la simpatía de amplios sectores de la sociedad holandesa a través de su seriedad, viveza y presencia reservada, tras su polémica boda con la entonces princesa heredera al trono, Beatriz, en 1966.

Su adversión a la pompa y la ostentación le permitieron llevar adelante exitosamente su vida de príncipe consorte a la sombra del trono de Orange. Era considerado un inteligente asesor de la reina Beatriz, quien, según se asegura en la Corte, prestaba mucha atención a sus consejos.

El principal interés de Claus era la ayuda para el desarrollo.

Pero los holandeses también lo querían como padre de familia. Sin embargo, la estima que los holandeses sentían por él, nacido en 1926 en Doetzingen, en Baja Sajonia, hijo de un terrateniente alemán, no fue desde el principio.

En ocasión de su casamiento con la heredera al trono en 1966 se produjeron violentos incidentes con estudiantes en Amsterdam. Previamente, los expertos del gobierno estudiaron detalladamente el pasado del ex aspirante a la Fuerza Aérea alemana (Wehrmacht) en busca de eventuales puntos oscuros.

Pero rápidamente le fue reconocida su capacidad de adaptación. Pronto hablaba holandés mejor que su suegro, el príncipe Bernardo, también de origen alemán. Su popularidad creció enormemente cuando la reina dio a luz a su primer hijo, el primer heredero varón en 100 años. Lo seguirían otros dos varones.

Cuando Beatriz accedió al trono en 1980 un periódico lo eligió incluso como el holandés más querido. Luego disfrutó de gran popularidad en su calidad de padre ejemplar. Con sus tres hijos se entendía de maravillas, situación que siempre se reflejaba en las reuniones familiares.

En los últimos años se comenzó a informar cada vez más sobre las enfermedades del príncipe, que padeció depresiones. A fines de los ochenta se enfermó de una variante de Parkinson, que hizo que su cuerpo se encorvara. Diez años más tarde fue operado de un tumor en la próstata. A fines de mayo de 2001 le extirparon el riñón izquierdo.

Sus apariciones públicas eran cada vez más escasas. En ocasión de la boda del príncipe heredero Guillermo Alejandro con la argentina Máxima Zorreguieta, en febrero de 2002, en su última aparición pública, se lo vio muy debilitado. También su cumpleaños número 75, en setiembre de 2001, transcurrió sin festejos oficiales, mientras Claus permanecía en el hospital.

El príncipe alcanzó los titulares de los medios en varias ocasiones. Por ejemplo cuando a los 72 años, se quitó la corbata ante los ojos de la reina durante un discurso, en protesta contra la formalidad.


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