La política en marcha

Panorama de río negro

El año próximo hay que resolver el 2019”, lanzó Weretilneck. Esa afirmación íntima se orientó a qué será del oficialismo en su alineación nacional, pero oculta otra resolución pendiente: cómo saldar el impedimento constitucional para intentar un tercer gobierno.

Así, la elección del 2017 será taxativa en la continuidad. El atajo de la interpretación constitucional está descartado entonces queda una única opción en pie: la modificación de la Carta Magna. Para eso Weretilneck o, mejor dicho, su candidato a Diputados –Alejandro Palmieri, Pedro Pesatti o Luis Di Giacomo– deberá vencer. Si así fuese, pondría en marcha una reforma acotada y exprés.

Ayudará la lista, pero su preocupación está en mantener su buen nivel de aceptación ciudadana y, para eso, cuanto menos, debe asegurarse recursos. Ya anunció nuevos títulos para noviembre por los vencimientos de las letras anteriores. Es media verdad. Hay otra probabilidad: una fuerte emisión o un crédito en dólares para disponer de flujo futuro. Pretende emular el inicio del 2015, con aquella inyección genuina de fondos petroleros, y su posterior raid electoral.

¿Y su mirada nacional dónde está? Hoy no tiene foco. Observa, cada vez más, la evolución de Sergio Massa. Su vínculo con el líder del Frente Renovador concluyó mal cuando lo dejó por el kirchnerismo en el 2015. Se vieron días atrás en Tecnópolis cuando el presidente Macri presentó el programa “Argentina sin narcotráfico”. No pasó de un saludo, pero –por ahora– bastó. Pichetto puede hacer el resto.

La relación del gobernador y el senador es inmejorable. Se necesitan. Igual, Pichetto mantiene las formas. Recibió, el jueves, al intendente Martín Soria, viéndose después de la crítica de la diputada María Emilia al senador y de su réplica prorreforma constitucional. Aquel ponderó acercamientos, como el del camionero Rubén Belich y del intendente Sergio Hernández. El senador insistió con su distancia de la política provincial, ensayando su exculpación de lo que hagan los suyos.

Antes, Pichetto permitió a Javier Iud sumarse a una charla con Massa. El sanantoniense siempre pone un límite: todo dentro del justicialismo. Ariel Rivero no duda. “Por mí, yo ya estaría con Massa”, dice.

Hay un movimiento justicialista –aún impreciso– de apartarse del proyecto de Soria, con su plan inicial para reelegir a su hermana. El roquense estará el jueves en el bloque del FpV. Fue Iud quien abrió esa senda frente a la deserción de legisladores a la reunión del Consejo partidario. Programan conversar y procurar criterios comunes para ciertas políticas. ¿Será suficiente para agrupar voluntades descreídas? No lo parece.

La contrariedad macrista persiste en la privación de una estructura partidaria. Está finiquitada la alianza con la UCR, que cerró una lista de unidad con la dirigencia promacrista. Ficción. Ambas vertientes tienen marchas distintas.

El Pro sigue en problemas. Macri no repunta en la opinión rionegrina. Así, lo ratifica un sondeo de Isonomía, que atesora Jefatura de Gabinete, que consigna la mayor evaluación para Massa y María Eugenia Vidal. Ese trabajo sí expone qué candidatos evalúan para el 2017, persistiendo el dilema macrista de políticos o empresarios. Figuran los roquenses Juan Martín y Carlos Pablo, el cipoleño Diego Vázquez (secretario municipal de Gobierno), los barilochenses Mariano Giménez (presidente de la Cámara de Comercio), Sergio Capozzi y Melchor Mazzini. Todos, hoy, con alto índice de desconocimiento.

Nación intensificará su presencia en Río Negro: el ministro de Educación, Esteban Bullrich, llegará el jueves a Choele Choel y su par de Transporte, Guillermo Dietrich, estará el viernes en Viedma. En realidad, la administración de Macri debe traer –más que nada– resoluciones. Por caso, Vialidad debe definir qué será del trazado de la Ruta 22. Esa evasión en la gestión lo asemeja a Río Negro.

Weretilneck se cruzó con Massa. No pasó de un saludo, pero –por ahora– bastó. Pichetto puede hacer el resto. El senador mantiene las formas y se juntó con Soria.

En Río Negro, el macrismo sigue sin estructura partidaria, con candidatos desconocidos y un andar irresoluto. Allí, se parece a la gestión provincial.

Datos

Weretilneck se cruzó con Massa. No pasó de un saludo, pero –por ahora– bastó. Pichetto puede hacer el resto. El senador mantiene las formas y se juntó con Soria.
En Río Negro, el macrismo sigue sin estructura partidaria, con candidatos desconocidos y un andar irresoluto. Allí, se parece a la gestión provincial.

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