Silencio en los surtidores

Por primera vez en los últimos años fue Shell la cara de un aumento. YPF no comunicará más las subas. Cómo funcionará el nuevo esquema al que apuestan las compañías.

Combustibles

ANDRÉS MARIPE

federico aringoli

federico@rionegro.com.ar

Los conductores argentinos se preparan, sin saberlo, para entrar a un nuevo mercado de los combustibles en el país. La conectividad digital y la fluctuación constante de los precios –dentro de franjas acotadas– serán dos de los principales elementos. El despacho de naftas y gasoil es quizá uno de los negocios, más allá de los sistemas de gestión y control, que menos innovó.

El primer síntoma del nuevo clima de época se vio esta semana: por primera vez en años no fue YPF la que anunció un aumento en los precios de los combustibles. Fue Shell, la compañía que hasta 2015 dirigió el ministro Juan José Aranguren, quien informó la suba.

La firma anglo-holandesa no pudo sostener más la presión acumulada por el crecimiento internacional del precio del crudo y la devaluación por la suba del tipo de cambio. Pese a que el movimiento fue acompañado por Oil –y probablemente la sigan otras– la cara del primer aumento de 2018 fue Shell.

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Una conclusión apresurada puede dictar que la estrategia de la petrolera nacional tuvo el efecto deseado. YPF tiene casi el 60% del mercado de los combustibles en el país e históricamente fue la que decidió los cambios de precios que acompañaron el resto de las operadoras del mercados. Esta vez utilizó la “espalda” que le da su cuota de mercado para amortiguar una suba de costos y esperar que sean sus competidores quienes den el paso adelante.

La guerra de tintas no estuvo afuera de esta partida de ajedrez. Desde hace semanas se venía repitiendo que una suba de combustibles estaba al caer. La historia dictaba que YPF decidía, informaba y aumentaba, para que el resto casi anónimamente acompañara el movimiento de los precios hasta las nuevas líneas de rentabilidad.

Según pudo saber “Río Negro Energía” la petrolera nacional ya no informará más oficialmente los movimientos que realice en los surtidores. Incluso comienza a delinear, a futuro, un complejo sistema de precios diferenciales teniendo en cuenta horarios, demanda, transporte y promociones.

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El puntapié del nuevo mercado que se abre lo dio el gobierno nacional con la liberación del mercado. Desde el 1 de octubre las compañías pueden fijar los precios que consideren más convenientes para su negocio sin tener que pasar por el despacho del ministerio de Energía.

En este caso la primera de las estrategias utilizadas por la compañía de mayoría estatal tuvo un doble efecto: dejar en offside por primera vez a sus competidoras y otorgarle un respiro al gobierno nacional que cerró 2017 con altos niveles de inflación. Retrasar un suba en los combustibles durante el primer mes del año tendrá un impacto positivo para las metas de precios.

Libre y disperso

La decisión de YPF de salir del lugar de regulador tácito de los precios de los combustibles en el país encierra razones políticas y comerciales. Pero es fundamentalmente el preámbulo de un modelo de negocio que en el horizonte del largo plazo se ve totalmente distinto a lo que están acostumbrados los conductores argentinos.

Una de las marcas será la dispersión de precios. Esto ocurre actualmente y ya sucedía con un mercado regulado por el Estado nacional. No sólo hay diferencia de precios entre distintas marcas sino que también existen dentro de una misma bandera e incluso a pocas cuadras de distancia.

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En el mediano plazo esas diferencias se parecerán más a fluctuaciones que pueden ir y venir dependiendo de variables como la demanda y costos de transporte, pero también por estrategias comerciales. Así funciona el mercado norteamericano: se mueve constantemente, día a día, dentro de un rango de valores que a cada despachante le permita seguir siendo competitivo.

También está claro que en los lugares sin competencia podría ocurrir que la dispersión sea mayor.

La banda de precios que se estima en el merado es casi similar a la que tienen hoy como diferencia las distintas marcas, es decir entre 15 y 40 centavos, aproximadamente.

Pero no todas las compañías tienen el mismo sistema de comercialización. Por ejemplo los precios de YPF son fijados, sin importar si la estación es propia o privada, directamente por la firma a través de los sistemas digitales. En el caso de Shell los valores son de referencia por lo que el propietario del despacho puede mover los números en la forma que crea más conveniente.

Un cliente desconocido

Otra de las marcas que se proyectan es la digitalización de la información de los clientes. Hoy las compañías tienen millones de compradores y no saben prácticamente nada de ellos. A diferencia de otros sectores comerciales, como el de los electrodomésticos, la automotriz o las tecnologías, que utilizan bases de datos para moldear el perfil de sus consumidores, el de los combustibles apenas tiene algunas referencias.

La clave sobre la que descansó esta gallina de los huevos de oro fue ofrecer un producto indispensable: sin nafta o gasoil los autos no se mueven.

Pero ese modelo está cambiando. La llegada de autos eléctricos promete, en el largo plazo, reformular todo el negocio. Las empresas del sector se preparan para surtir energía, en general, de la fuente que sea.

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La tecnología de los vehículos eléctricos hizo nacer con idénticas características a los puntos de abastecimiento. Las condiciones particulares de la recarga de energía, que necesita de entre 20 a 30 minutos, obligó a los prestadores a diseñar aplicaciones que le permitan a los conductores hacer, por ejemplo, una “fila online”.

A través de una aplicación los propietarios de esos vehículos podrán sacar turno y conocer el tiempo de demora para cargar. Allí también podrán consultar otros servicios y dejar huellas digitales con sus intereses .

Y si bien este mercado apenas comienza a moldearse, no significa que las petroleras no puedan tomar sus enseñanzas para un negocio que en el país tiene 12,5 millones rodados, de los cuales el 80% utiliza nafta (2 millones están convertidos a GNC) y el resto gasoil.

La petrolera nacional, que concentra casi el 60% del mercado, usó
su “espalda” para estirar la definición. Busca salir del lugar de regulador del negocio.

Se conocen los primeros pasos de un nuevo modelo de negocio que los usuarios argentinos no utilizaron nunca. Se asemeja al comercio norteamericano.

En números

El precio para la Patagonia, una diferencia que por ahora se mantiene

La nueva estructura impositiva para los combustibles revisó los precios diferenciales para la Patagonia que, desde fines de 2015, incluyó a Río Negro y Neuquén. Para el caso del gasoil el cuadro se modificó y la excepción del ITC de la que gozaba fue liquidada parcialmente. Para las naftas no habrá inicialmente cambios sobre los beneficios pero se alivianó el camino.

Ambos combustibles quedaron alcanzados por el impuesto a las emisiones de CO2. Se aplicará gradualmente en los próximos años y, al igual que el ITC, será un monto fijo y ya no porcentajes sobre el precio de los productos. Con esto el gobierno nacional busca amortiguar los cambios de precios en los surtidores producto de la variación internacional del petróleo y el tipo de cambio.

En el caso del gasoil está confirmado que la brecha entre los precios que se pagan en el país y lo que se desembolsan en la Patagonia se acortarán. No se trata de la eliminación de la brecha como pide la Federación de Expendedores (ver página 5) que busca devolver a los estacioneros del sur de la provincia de Buenos Aires la competitividad que tenían antes de los cambios de 2015.

En la reforma impositiva, que se incluyó dentro del Pacto Fiscal firmado entre las provincias y Nación, se estableció que el gasoil, el diesel oil y el kerosene queden fuera de la excepción al ITC por lo que pasarán a tributar el 54% de del impuesto que será de 4,148 pesos desde el primero de marzo.

Es decir que el gasoil patagónico sumará 2,246 pesos por litro por ITC. Esto acercará los precios entre las zonas del país.

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Datos

La petrolera nacional, que concentra casi el 60% del mercado, usó
su “espalda” para estirar la definición. Busca salir del lugar de regulador del negocio.
Se conocen los primeros pasos de un nuevo modelo de negocio que los usuarios argentinos no utilizaron nunca. Se asemeja al comercio norteamericano.
12.500.000
vehículos circulan en el país según la asociación de fabricantes de partes que reedita el censo anualmente.
60%
del mercado de los surtidores se alimentan con el combustible de la petrolera YPF.
1,84%
es el porcentaje de rodados que hay en Neuquén sobre el total del país. La cifra es casi idéntica para el caso de Río Negro.

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