Un plan para custodiar los caños

Oldelval cierra el año con dos simulacros sobre agua. Uno fue la zona del puerto de Bahía Blanca y el otro tendrá epicentro en el canal de riego. La clave de planificación en seguridad.

Los mayores esfuerzos en la industria petrolera están orientados hacia la prevención de accidentes que puedan afectar a las personas y al medio ambiente. Sin embargo también dedican cuantiosas inversiones al diseño de planes de contención por posibles eventos inesperados. Una de las compañías de vanguardia en la planificación de medidas de seguridad es Olvelval.

La transportista de crudo realiza, en promedio, unos 40 simulacros anuales pensando en distintas hipótesis de derrames. El principal caño que opera la compañía conecta la Cuenca Neuquina con Puerto Rosales, en Bahía Blanca, por más de 1.700 kilómetros atravesando el río Neuquén y el canal principal de riego en el Alto Valle.

Según comentó Iván Eberle, jefe de Seguridad de Oldelval, el plan de contingencia de la compañía contempla escenarios con derrames sobre tierra y con alcance hasta cauces. Cada incidente es distinto y, en los casos más complejos, demandan la intervención de otras compañías especializadas.

Eberle explica que hay “enemigos” internos, que se combaten con mantenimiento y reparaciones, y también externos que refieren a situaciones inesperadas: “una máquina que trabaja en el campo y daña el caño”, explica el especialista. En cada caso se activará un protocolo que, por defecto, convoca a organismos externos de apoyo como Bomberos, hospitales y Defensa Civil.

El pasado 7 de diciembre la firma realizó un simulacro sobre la riada en cercanías al puerto de Bahía Blanca. Y el próximo 14 repetirán en el canal de riego en la zona de Cinco Saltos.


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