El papa saludó la rebeldía de los jóvenes y les pidió “no tirar la toalla”

Francisco tuvo su primer baño de multitudes en el santuario de Czestochowa, donde fue recibido por miles de fieles polacos y de todo el mundo que asisten a la Jornada Mundial de la Juventud. “Duele encontrar a jóvenes que parecen haberse jubilado”, dijo.

El papa Francisco instó ayer a los jóvenes a “no tirar la toalla” y a luchar por un mundo mejor durante la ceremonia de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, en su segundo día de visita a Polonia.

“Me duele encontrar a jóvenes que parecen haberse jubilado antes de tiempo. Me preocupa ver a jóvenes que tiraron la toalla antes de empezar el partido. Que están entregados sin haber comenzado a jugar”, dijo el sumo pontífice ante cientos de miles de jóvenes en el parque Jordan. Cracovia es la ciudad natal del papa polaco Juan Pablo II (1920-2005).

“Me duele ver jóvenes que caminan con rostros tristes, como si su vida no tuviese valor”. “Pero me alegra y reconforta mi corazón verlos tan rebeldes. La iglesia puede aprender de eso”, agregó ante la multitud reunida pese a una lluvia persistente.

Al inicio de su segundo día en Polonia, el papa rezó en la Capilla de la Virgen Negra en Czestochowa, el principal lugar de peregrinación nacional , donde sufrió una caída pública sin consecuencias (ver aparte).

Decenas de miles de fieles le dieron la bienvenida con gritos de júbilo y ondeando banderas . Los creyentes participaron a continuación en una misa por el 1.050 aniversario de la cristianización de Polonia.

En su mensaje, el papa criticó las ansias de influencia y poder y llamó a las personas a hacerse “pequeñas” y cercanas como dios, a mostrar humildad, amor por el prójimo y generosidad. Dios “prefiere instalarse en lo pequeño, al contrario del hombre, que tiende a querer algo cada vez más grande. Ser atraídos por el poder, por la grandeza y por la visibilidad es algo trágicamente humano.”

Debido al mal tiempo, el papa tuvo que trasladarse en automóvil y no en helicóptero como estaba previsto inicialmente hasta el santuario ubicado en Czestochowa. Numerosos católicos, entre ellos muchos niños, habían pasado allí la noche para poder ver al papa, que pasó junto a ellos en el papamóvil camino al monasterio de Jasna Góra.

Por la tarde, el pontífice regresó a Cracovia, situada a unos 120 kilómetros, y viajó en tranvía por la ciudad y luego al parque de Blonia al inicio de la Jornada Mundial de la Juventud, donde hasta el domingo se reunirán medio millón de peregrinos de 187 países.

La cifra

Datos

200.000
personas, muchos locales y de países latinoamericanos, asistieron a la primera misa en Polonia. Hoy visitará Auschwitz.

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