Trump y Clinton se dijeron de todo en una tradicional cena benéfica

Durante el discurso en Nueva York el magnate había cosechado simpatías por parte de los asistentes, pero sobre el final terminó abucheado por su vocabulario.

La cena anual de la Alfred E. Smith Memorial Foundation en Nueva York, que suele ser la última vez en la que dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos comparten escenario antes del Día de las Elecciones, suele ser una ocasión en la que dejar de lado la hostilidad de la campaña.

No este año.

Donald Trump y Hillary Clinton cruzaron afiladas denuncias y brutales críticas el jueves por la noche y muchos de los asistentes dieron la espalda al candidato republicano a mitad de su discurso y lo abuchearon.

Trump, que había provocado grandes risotadas al inicio de su discurso, pareció perder al público cuando repitió una dura acusación sobre Clinton, provocando abucheos poco habituales en una velada que pretende recaudar dinero para niños desfavorecidos de toda Nueva York.

Aparentemente traspasó el límite al referirse a su rival como “corrupta” durante una larga diatriba sobre la investigación del FBI sobre su uso de un servidor privado de correo cuando era secretaria de Estado. “Hillary es tan corrupta que la echaron de la Comisión Watergate. ¿Cómo de corrupto tienes que ser para que te echen de la Comisión Watergate? Bastante corrupto”, dijo ante abucheos y al menos una petición de que saliera del escenario.

“Hillary cree que es vital engañar a la gente teniendo una política pública y una política totalmente diferente en privado’’, dijo ante un creciente desagrado de los asistentes. “Aquí está esta noche, en público, fingiendo que no odia a los católicos’’.

“Quisiera prometer y comprometerme ante todos mis votantes y partidarios y ante todo el pueblo estadounidense que aceptaré totalmente el resultado de esta gran e histórica elección presidencial”, dijo Trump, y tras hacer una pausa de varios segundos añadió: “si yo gano’’.

Clinton también hizo ataques personales, como una broma en la que dijo que la Estatua de la Libertad, para la mayoría de los estadounidenses, simboliza la esperanza para los inmigrantes. “Donald mira a la Estatua de la Liberta y ve un 5”, dijo Clinton. “Quizá un 5, si suelta la antorcha y la tablilla y se cambia el peinado”. Lo dijo en alusión a la costumbre del millonario de calificar a las mujeres de 1 a 10.

Trump y Clinton se sentaron a una silla de distancia, con el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, actuando como única separación. Cuando llegaron y ocuparon sus asientos no se saludaron ni hicieron contacto visual.

La mayoría de los ojos estaban puestos en Trump, del que se sabía que se enfureció por las bromas de Obama a su costa en la Cena de Corresponsales de la Casa Blanca en 2011. Su chiste mejor recibido fue cuando habló de las entusiastas críticas a Michelle Obama por un discurso reciente. “Creen que es absolutamente genial. Mi esposa Melania da exactamente el mismo discurso, y la gente la critica”, bromeó.

Clinton se rió más de sí misma, sugiriendo que el público debería estar contento de que no fuera a cobrar su tarifa habitual para dar discursos ante posibles donantes.

”Somos gobernados por un grupo de perdedores y de bebés. Obama y su esposa apenas salen a hacer campaña por Clinton”.

El candidato republicano criticó al presidente y a Michelle Obama.

Datos

”Somos gobernados por un grupo de perdedores y de bebés. Obama y su esposa apenas salen a hacer campaña por Clinton”.

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