Buscan indicios de Sergio Ávalos a cuatro cuadras de Las Palmas

Utilizaron un georradar para tratar de hallar algún elemento que permita comprobar que el estudiante estuvo allí. Los resultados se darán en unos días.

La vivienda del expolicía Celedino Soto fue el blanco de las investigaciones de la Justicia Federal en torno a la causa por la desaparición forzada de Sergio Ávalos (18), ocurrida el 14 de junio del 2003, luego de haber asistido al boliche Las Palmas junto a sus amigos. Con un georradar buscaron indicios para tratar de determinar si el estudiante estuvo en ese lugar. El dueño de casa es hermano de dos jóvenes que trabajaban en el boliche.

Las diligencias fueron realizadas por la Policía de Seguridad Areoportuaria (PSA) y la Gendarmería Nacional, que no brindaron información porque el procedimiento está bajo secreto de sumario, dispuesto por el juez federal Gustavo Villanueva.

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Los rastrillajes comenzaron el miércoles en el inquilinato que ese ubica en la calle Tandil al 150, a la altura del cruce con José Torrenz, donde el propietario tiene además su vivienda y una despensa. El procedimiento se prolongó hasta las 19, luego quedó una consigna de la PSA en la puerta y ayer a las 9:50 un convoy de vehículos de Gendarmería comenzaron a llegar.

Inmediatamente los uniformes verdes inundaron la calle y colocaron conos de tránsito a lo largo de 50 metros para restringir el acceso de otros vehículos, luego ingresaron hacia el patio del domicilio.

En el barrio las miradas de los vecinos fueron de sorpresa y los uniformados federales se mantuvieron atentos todo los movimientos externos.

El dueño de casa dijo estar “tranquilo” y se desvinculó totalmente de la causa.

El abogado querellante de la familia Ávalos, Virgilio Sánchez, explicó que el procedimiento “tiene que ver con la búsqueda de Sergio” y advirtió que “esto recién empieza”.

Agregó que la medida fue solicitada por él y que da continuidad a los allanamientos que se realizaron el 1 de diciembre del 2015 en el boliche Las Palmas ubicado en Primeros Pobladores y Río Neuquén.

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Sánchez comentó que “no tenemos mucha información porque el juez Villanueva declaró el secreto de sumario y recién en diez días podremos acceder al expediente”. Sin embargo detalló que se realizaron rastrillajes con un georradar, que es un aparato que se utiliza para recabar indicios subterráneos a través del envío de ondas electromagnéticas hacia la tierra.

“Nos van a servir puntos de interés, es como una radiografía, si se encuentra algo se solicita la presencia de un equipo de antropólogos forenses, se realizan excavaciones, para que evalúen las muestras”. “Hicimos un pedido de imputaciones en su momento y necesitábamos realizar averiguaciones”, agregó.

“Quiero castigos para el testigo que me haya involucrado en esto”

¿Qué es un georradar?

El rastrillaje con georradar es utilizado para detectar elementos que puedan estar enterrados a través del envío de ondas electromagnéticas al suelo. El procedimiento consiste la utilización de una máquina rodada, con la que se recorre una superficie específica enviando señales subterráneas, el retorno de las ondas es captado por el dispositivo y enviado hacia una pantalla que es constantemente monitoreada por el operador. Si se detectan elementos de interés se convoca a un equipo de antropólogos forenses para realizar excavaciones y levantar muestras.

El caso

Sergio Ávalos fue visto por última vez el 14 de junio de 2003 cuando salió con sus amigos al local bailable Las Palmas.

En noviembre 2014 la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó el cambio de carátula de “averiguación de paradero” por “desaparición forzada de persona” y la investigaciones pasó a manos de la Justicia Federal.

Datos

“Fue bastante sorpresivo porque llegó personal de Gendarmería y la PSA con una orden de allanamiento, en su momento no me supieron decir nada, sólo que era por una desaparición forzada de personas. Era en el predio de mi casa, pero para atrás, donde hay unos departamentos que alquilan unas chicas que estudian”, relató Celedino Soto.
El hombre, quien se presentó como expolicía retirado, dijo que “sinceramente no escondo nada, jamás tuve relación con nada de esto, no sé por qué llegaron a mí”.
“Me gustaría que haya premios y castigos para quien dio la información. El juez debe tener alguna información para allanar mi vivienda; yo estoy muy tranquilo porque sé que no hay nada. Quiero premios para quien aporte datos fehacientes y ayude a esta gente; a su vez quiero castigo para aquel que me involucró”.

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