Condenado a 15 años de cárcel por un crimen en Allen

Alejandro Belmar fue hallado culpable del homicidio de Guillermo Cotal, ocurrido en el barrio Colonizadora en el 2014 cuando la víctima manejaba su auto.

A la pena de 15 años de prisión fue condenado Alejandro Belmar, quien fue hallado culpable del homicidio de Guillermo Cotal, ocurrido en el barrio Colonizadora de Allen. La víctima, que nada tenía que ver con la venta de drogas, recibió un disparo que ingresó por la ventanilla de su auto cuando dos bandas narcos se enfrentaban a balazos.

La sentencia del juicio por el crimen de Cotal, asesinado en el 2014 en las calles del Colonizadora, se conoció ayer. La Cámara Criminal Segunda, integrada por los jueces Gastón Martín, Oscar Gatti y María Evelina García Balduini, condenó a Belmar, de 22 años, a 15 años de prisión al declararlo autor penalmente responsable del delito de “homicidio agravado por la utilización de un arma de fuego en concurso real con portación de arma de fuego de guerra”.

El juicio por el homicidio de Cotal tuvo en los alegatos un pedido inédito para Allen pero que reveló una trama en la que quedó demostrado cómo el narcotráfico manda en algunos sectores de la ciudad, con enfrentamientos armados por el control del territorio y la venta de las drogas.

En esa etapa del proceso la fiscal, Graciela Echegaray, a quien no le tembló el pulso para mostrar una cruda realidad, había solicitado que se envíen a la Justicia Federal y a la Jefatura de Río Negro copias de las actas en las que figuraban –como resultado de los testimonios– los detalles de cómo las bandas narcos que operan en Allen .

Los jueces no sólo hicieron lugar a ese pedido sino que además atendieron otras solicitudes de Echegaray, como por ejemplo que la Policía haga rondas de prevención en la vivienda de una de las testigos que declaró en el juicio, quien oportunamente fundamentó su temor ante el Tribunal.

Un submundo en el que aparecieron las figuras de los “soldaditos” (que venden drogas para los narcos), los “gatillos” (que matan por orden del jefe narco), las bandas que ajustan sus cuentas a tiros y los testigos, paralizados por el miedo a hablar ante el Tribunal y morir por hacerlo, fueron algunas de las dramáticas “postales” que dejó el juicio.

El caso


El asesinato de Cotal ocurrió en los últimos minutos del 2 de agosto de 2014 en la calle Lago Mascardi. Esa noche Belmar circulaba como acompañante en una motocicleta y efectuó al menos un disparo con un arma de fuego calibre 45 que ingresó por la ventanilla delantera izquierda del Renault 19 que conducía la víctima, provocándole una lesión a la altura del hombro izquierdo. Cotal condujo su auto hasta el hospital, donde finalmente murió.


La fiscal Graciela Echegaray pidió la pena de 18 años de prisión para el acusado de matar a Guillermo Cotal, quien recibió un disparo de un arma calibre 45 cuando conducía su auto por las calles del barrio Colonizadora de Allen. En los alegatos la funcionaria judicial se refirió al “temor” que empañó las audiencias, ya que varios testigos tuvieron que ser llevados a declarar por la fuerza pública porque tenían miedo de hablar.

Asimismo, puso de relieve la cruda realidad que atraviesa un sector de Allen, donde los vecinos tienen que convivir con los enfrentamientos entre bandas narco por la venta de drogas y el control del territorio.

“Si tuviera que ponerle un lema a este juicio sería: mejor no venir a la citación judicial que morir por declarar. Porque eso fue lo que vimos en todos los testigos: temor, temor, temor”.

Esa fue la definición que eligió la fiscal para graficar lo que ocurrió durante el debate por el homicidio de Guillermo Cotal, ocurrido en agosto del 2014.

El juicio mostró lo que sucede en el noroeste de Allen, donde el narcotráfico ha ganado terreno durante los últimos años. Testigos que no concurrieron a declarar y otros que tuvieron que ser trasladados con la policía para que respondieran las preguntas de los jueces dejaron a la luz el submundo de las drogas, en el que hablar puede ser motivo de la peor venganza.

La hipótesis del caso, confirmada por la Fiscalía de Cámara, se centró en que Juan Belmar, imputado por el homicidio, fue quien efectuó el disparo que mató a Cotal cuando este conducía su Renault 19, en el barrio Colonizadora. Antes del hecho había ocurrido una discusión a la que la fiscal calificó como “una de tantas, que a esta altura de los alegatos no puedo hablar de grupos antagónicos, como si fueran niños de jardín que disputan por una cuestión menor. Las peleas de estos grupos antagónicos tienen como motivo la droga, el reparto del lugar de venta de la droga, discusiones por jefes de bandos que están en la droga”.

La fiscal indicó que al acusado no sólo lo imputaron 4 testigos como autor del hecho. También citó pericias (como el dermotest que arrojó resultados positivos) y repasó los resultados de allanamientos y otras pericias. “El autor demostró absoluto desprecio por la vida ajena y aprovechó la situación de vulnerabilidad de la víctima que iba en su auto, totalmente ajeno a las discusiones de bandas narco, como lo han dicho aquí los testigos”, agregó la fiscal al solicitar que al imputado se le imponga una pena de pena de 18 años de prisión.

La representante del Ministerio Público Fiscal pidió se fotocopiaran “las actas de debate y que se remitan a la Jefatura de Policía de Río Negro en virtud de que se investigue si los dichos acerca de que la policía da aviso de los allanamientos son reales.

La madre de Cotal, constituida como querellante y representada por la abogada particular Denise Mari, pidió que Belmar fuera condenado a 20 años de prisión. En tanto el Defensor Oficial del imputado, Oscar Mutchinick, solicitó la absolución por el beneficio de la duda. La sentencia se conocerá el 28 de junio en la Cámara Criminal Segunda, integrada por los jueces Gastón Martín, María Evelina García Balduini y Oscar Gatti.

“El autor demostró absoluto desprecio por la vida ajena y aprovechó la vulnerabilidad de
la víctima, que iba en su auto, ajeno a las discusiones de las bandas narco”.

Graciela Echegaray, fiscal de Cámara.

Datos

“El autor demostró absoluto desprecio por la vida ajena y aprovechó la vulnerabilidad de
la víctima, que iba en su auto, ajeno a las discusiones de las bandas narco”.

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