El incómodo y trillado juego de las diferencias

Una entrevista al exministro Domingo Cavallo reavivó la polémica. ¿Hay similitud entre los 90 y la actual política económica?

“Hay una gran coincidencia entre la economía de Macri y la de los 90”, expresó esta semana Domingo Cavallo en una extensa entrevista publicada por el diario “El País” de España. “Veo al gobierno muy orientado”, agregó el exministro de Economía del primer gobierno menemista, padre de la convertibilidad y del corralito que terminó dando por tierra con el gobierno de Fernando De la Rúa.

La afirmación no tardó en levantar polvareda en el ámbito nacional. Música para los oídos de gran parte del arco opositor que desde el minuto cero de la gestión Macri levanta como bandera la comparación lineal de la actual política económica con la implementada en los 90. Incómodo para el oficialismo, que intentó esquivar el tema lo antes posible, consciente del momento político, a sólo días de la elección legislativa.

El interrogante natural es: ¿hay verdadera similitud entre la política económica actual y los lineamientos que definen la denostada década menemista?

A priori, podría pensarse que las coincidencias se relacionan principalmente con la cosmovisión, es decir con la forma en que ambas administraciones ven el mundo y el rol de Argentina en ese contexto. En los 90 como en la actualidad, las ideas predominantes en el discurso oficial incluyen combate a la inflación, integración al mundo, desregulación económica, mejora de la competitividad y financiamiento externo. “Todos los que están en el gobierno trabajaron en algún momento conmigo, salvo los que son muy jóvenes, que entonces eran niños”, sentenció Cavallo buscando validar su comparación entre ambas épocas. Hay que darle la derecha. Si coinciden los intérpretes, probablemente sea muy similar la visión de ambas gestiones.

¿Qué dicen los hechos? Hasta el momento, sólo es posible encontrar indicios. Pese a que ya han transcurrido dos años de gobierno macrista, aún se trata de un gobierno joven. Trazar un paralelo entre una gestión que recién comienza y toda una década de políticas que marcaron la historia reciente del país no sólo podría ser injusto, sino que es anticiparse a los hechos. Para comparar con rigor, es necesario que transcurra el tiempo hasta ver concretadas las verdaderas reformas que el actual gobierno tiene entre manos.

Aún así, los indicios que arroja la primera mitad del la gestión Macri permiten establecer ciertos paralelos, si se repasan punto por punto los aspectos salientes de la política económica de los años 90. Veamos.

La lucha contra la inflación es una de las piedras basales de la actual gestión. Una clara coincidencia con la primera gestión de Cavallo al frente del Ministerio de Economía. En aquel momento el país acababa de salir de una de las hiperinflaciones más grandes de su historia. Pero la coincidencia no radica sólo en el objetivo de erradicar el flagelo, sino también en la concepción de sus causas. En ambos casos existe la certeza de que la raíz de la inflación es únicamente monetaria.

La apertura económica es otro punto en común. La libre movilidad de capitales, que fuera una de las marcas distintivas de los años 90, se reestableció ni bien Macri asumió como presidente, a fin de dar una clara señal a los capitales extranjeros que se esperaba llegaran al país. La eliminación de aranceles al comercio exterior y la baja de retenciones a las exportaciones agrícolas, así como el renovado vínculo con los organismos multilaterales de crédito, completan la similitud.

La forma de financiar los déficit estructurales de la economía, en especial el rojo fiscal, es otro ítem de coincidencia. Convencidos de que la emisión monetaria es el origen de la inflación, en ambos casos la deuda externa es el medio elegido para cubrir el faltante de recursos. En apenas 22 meses de la actual gestión, ya se ha colocado deuda por más de u$s 100.000 millones.

En otros aspectos que conformaron la columna vertebral de la economía nacional en los 90, priman los interrogantes en cuanto a lo que planea el actual gobierno, de cara a la segunda mitad del mandato, y a un posible segundo periodo de cuatro años. Es conocida la intención oficialista de incluir en la agenda legislativa 2018 sendos proyectos de reforma impositiva y laboral. La experiencia que dejó la década menemista en ambos sentidos no es un grato recuerdo. De los cambios que tiene en carpeta el actual gobierno sólo se conoce la intención reducir costos laborales para devolver competitividad a las empresas y generar mayores incentivos a la inversión. Sin embargo, se desconoce por completo el tenor y la profundidad de los cambios, y si los mismos guardan alguna relación de similitud con la flexibilización laboral de mediados de los 90.

En cuanto a una posible reforma previsional, se sabe todavía menos. Probablemente no exista concenso político para volver a implementar un sistema de capitalización privado como el de las AFJP. Pero en los pasillos de la Casa Rosada existe una tácita intención de revisar la edad jubilatoria. Un ítem que no sólo guarda relación con la sustentabilidad del sistema de reparto, sino que es una exigencia de los organismos multilaterales de crédito. Déjà vu.

Por último, si en el seno del gobierno existe la intención de emprender una ola de privatizaciones similar a la iniciada hace 25 años por Cavallo, dicha intención es un secreto guardado a cuatro llaves. Por el momento, sólo se advierte en la gestión Macri la decisión de reducir gradualmente el peso de los subsidios a las empresas del Estado nacional, y la lenta introducción discursiva del concepto de eficiencia a la hora de referirse a dichas companías.

“Los veo muy orientados. Hay que insertarse en el mundo y no aislarse, como entre 2002 y 2015”.

Domingo Cavallo exministro de Economía

El paralelo entre la actualidad y los años 90 es un latiguillo habitual. Pero cobra relevancia en boca del padre de la convertibilidad.

“La autorreferencia de mucha gente en Argentina es un problema. No encuentro coincidencias entre hoy y los años 90”.

Marcos Peña,

jefe de Gabinete de Ministros de la Nación.

Datos

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“Los veo muy orientados. Hay que insertarse en el mundo y no aislarse, como entre 2002 y 2015”.
El paralelo entre la actualidad y los años 90 es un latiguillo habitual. Pero cobra relevancia en boca del padre de la convertibilidad.
“La autorreferencia de mucha gente en Argentina es un problema. No encuentro coincidencias entre hoy y los años 90”.
u$s 5.000
Los millones que ya representa el rojo comercial argentino en el 2017, producto de la apertura económica.
23%
será la inflación acumulada este año, pese a la férrea política monetaria del BCRA.

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