La inteligencia emocional enriquece tu trabajo

El psicólogo norteamericano David Goleman, en su obra “La práctica de la inteligencia emocional (IE)” enumeró los cinco componentes básicos de la IE desarrollada por el mismo y que se basó en las investigaciones que realizaron otros autores. Llegó a la conclusión que esos puntos claves son la autoconciencia, autocontrol, automotivación, empatía y habilidad social.

Cada componente básico representa capacidades específicas que, combinadas, dan lugar a la denominada inteligencia emocional.

La IE nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones de la vida cotidiana. También nos permite desarrollar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará más posibilidades de desarrollo profesional y personal. Las emociones son impulsos para actuar, es decir, disposiciones para la acción. Estas tendencias biológicas –que están moldeadas por nuestras experiencias pasadas y nuestra educación (la historia personal y la historia social)– guían nuestras decisiones, trabajando en colaboración con la mente racional y permitiendo o imposibilitando el mismo pensamiento.

Si se observa nuestro ámbito laboral, vemos como las personas que obtienen el mayor éxito en las organizaciones no son siempre las que tienen más capacidades, y ni siquiera las que tienen más méritos y eficacia real. Todo eso son parámetros importantes, pero no suficientes.

El verdadero éxito requiere algo más: habilidad para tratar de formar a las personas en IE.

En tanto, Dora Stelzer, experta rusa en procesos de cambio personal y organizacional y coaching, coincide en que escalar posiciones rápidamente en la empresa depende más que nada de un alto grado de IE y quienes posean este “ingrediente” serán más exitosos, se sentirán más realizados y disfrutarán del respeto de sus directivos, compañeros y subalternos.

¿Qué se necesita para aplicar la IE en el trabajo?

Hay varios aspecto a tener en cuenta. Tal vez la más importante es conocer las instrucciones para aplicar en el trabajo.

Según la bibliografía especializada, la IE es un conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten, de un modo equilibrado, expresar nuestras emociones y entender las de los demás. Además guía nuestro comportamiento y se caracteriza por poder auto motivarnos, otorgarnos la capacidad de insistir ante las frustraciones, controlar los impulsos, y regular nuestros estados de ánimo para poder convivir con otras personas.

En el ámbito laboral la IE juega un papel muy importante. estudios calculan que el 65% del éxito laboral se debe a ser competente emocional, es decir hacer un buen uso de la IE. No solo se debe ser competente emocional consigo mismo (auto regularse, auto motivarse, etc…) sino con los demás (tener empatía, ser capaz de influir en el otro, de persuadir, etc.).

Stelzer da consejos para que se pueda aplicar la IE en el trabajo y así lograr ser exitoso en lo que te propongas hacer. Es importante en el mundo laboral ser capaz de resolver conflictos, convencer a otros, establecer consenso, reconocer el punto de vista del otro y trabajar en equipo y a la vez saber expresar lo que piensas o sientes sin desestimar lo que hacen o piensan los demás.

¿Qué necesitas para aplicar la IE en el trabajo?

Primero, conocerse a sí mismo para aprender a manejar tus emociones en el trabajo. También hay que saber estimularse en lo persona y a los demás y saber observar actitudes, gestos, escuchar, comunicar instrucciones para aplicar la inteligencia emocional en el trabajo.

Se sabe que ser bueno para los números o para cualquier habilidad específica o ser muy inteligente no asegura de ninguna manera tener éxito en el trabajo.

Muchos se preguntan porqué algunas personas tienen tanto éxito y prosperan en su carrera o en su lugar de trabajo y otros no lo pueden hacer si tal vez las herramientas básicas las tienen todos.

¿Qué es lo que marca la diferencia?

Hay cinco pilares que sostienen la IE y que permiten ser reconocidos por otras personas en todos los ámbitos. Pero específicamente en el ámbito laboral se tienen muy en cuenta a la hora de seleccionar personas para un trabajo determinado.

• La autoconciencia, que es la capacidad de las personas para auto controlarse, controlar sus emociones y reconocer sus propias debilidades y fortalezas. También identificar qué habilidades y capacidades reconocen las otras personas en él.

• La autorregulación, que es la capacidad de saber repasar lo que ocurrió, analizar las propias acciones y los resultados para poder pensar en una respuesta diferente y mejor para la próxima vez que ocurra. En las empresas, cuando se selecciona nuevo personal de trabajo, se le da mucha importancia a las experiencias vividas, a la reacción de la persona y si fue capaz de seguir adelante. Esto es una especie de maduración, sinónimo de auto regulación.

• La auto motivación: significa tener fe en uno mismo, en lo que se es capaz de lograr para así poder convencer a los demás. Es una actitud ante la vida y debe lograrse y formarse desde pequeños. La persona que no cree en sí mismo tendrá muchas dificultades en lograrlo en la adultez.

• La empatía: es la capacidad de poder ponerse en el lugar del otro para saber como influirá lo que yo digo sobre la inteligencia emocional del otro y la valoración del impacto.

• Las habilidades sociales: si bien todos tenemos habilidades sociales porque se aprende desde el hogar, en la infancia, es bueno mejorarlas y practicarlas observando a quienes las manejan mejor. Una persona será más competente si logra relacionarse efectivamente con los demás para inducirlos a la acción requerida.

Pasión y razón

Tener una IE fuerte es la clave para el éxito laboral. Si bien las personas son más emocionales que racionales es fundamental aprender a contener las emociones y actuar racionalmente frente a cualquier situación de trabajo. Esto además será valorado por las otras personas.

Un jefe con una gran IE sabrá manejar, en el buen sentido de la palabra, mejor a sus empleados y así hará que prospere más la empresa a la cual pertenece.

Este tipo de persona creará un vínculo fuerte con sus compañeros de trabajo, sabrá sortear situaciones de estrés y entenderá mejor a sus colegas.

Para equilibrar la IE en el trabajo es necesario: analizarse a sí mismo, es decir saber cuáles son las cosas que pueden hacerte reaccionar emocionalmente y cuáles son las reacciones comunes que tienes en esos casos, y trata de mejorar y de cambiar esas reacciones.

Hay que aprende a escuchar que no es lo mismo que oír. Esto significa que las personas que tienen buena IE se interesan de verdad cuando un compañero plantea un problema personal o no, escucha, y si dudas o no entiendes lo que te están diciendo, hay que hacer preguntas para aclarar. No hay que quedarse con lo que “crees que te dicen”.

Esto ayudará a tomar decisiones más claras y concretas. Se debe también interpretar el lenguaje corporal de los demás, aprender a mirar como actúan, como miran, como se mueven. Lo mismo ocurre contigo mismo porque no siempre las palabras coinciden con lo que dice el cuerpo, la mirada, los gestos, etc.

Esto puede jugar en contra. Hay que identificar qué cosas son las que causan estrés. Conocer qué es lo que estresa servirá para evitar esas emociones repentinas que malogren tu trabajo o el día en la oficina. Hay que aprender a manejar esas emociones frente a lo que estresa en la jornada laboral. Existen puntos clave para aplicar la IE en el trabajo, los cuales no se deben nunca eludir:

• Aprender a contener las emociones en el trabajo.

• La racionalidad debe estar por encima de las emociones.

• Si no se puede corregir las actitudes erróneas frente al trabajo se debe acudir a la ayuda profesional de un psicólogo.

Hay que recordar que un buen manejo de las emociones no se logra fácilmente sino que implica un trabajo constante. Practicar alguna actividad que evite el estrés ya sea meditación, ejercicio físico o lo que más te guste.

“Las personas somos emocionales antes que racionales. Pensaremos del modo más lógico y racional posible, pero casi siempre actuaremos de acuerdo a nuestras emociones. Los mejores líderes empresariales siempre son aquellos que saben ver las necesidades de sus empleados, fomentando un buen ambiente de trabajo, ahí donde cada individuo se sienta cómodo para expresar ideas, ahí donde exista flexibilidad, oportunidades de participación, donde todos se sientan escuchados y valorados”, explica David Goleman en uno de su tantos escritos sobre el tema.

En el ámbito laboral la IE juega un papel muy importante, tanto que se calcula que el 65% del éxito laboral se debe a ser competente emocional.

Empleados en “modo de supervivencia”

Datos

En el ámbito laboral la IE juega un papel muy importante, tanto que se calcula que el 65% del éxito laboral se debe a ser competente emocional.
Un ejemplo ilustrativo de cómo las emociones y su manejo un peso esencial en el ámbito laboral, en el Reino Unido se realizó un estudio y fue publicado por “The Guardian”. Puso a los trabajadores los altibajos económicos en sus respectivos puestos. El resultado fue curioso, podía verse cómo la mayoría de individuos se posicionaban en el “modo de supervivencia”, es decir, se aferraban a lo que tenían en esos instantes fuera cual fuera su situación.

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