Relatan el secuestro de un desaparecido de Chos Malal

A Felipe Lara se lo llevó un grupo de gendarmes después de que lo buscaran en distintos lugares. “Se lo llevaron por pensar diferente”, declaró ayer su hermana Elda.

Archivo

Los jueces se han mostrado rigurosos en el control del público del ingreso y el comportamiento del público en la sala de audiencias.

NEUQUÉN (AN).- Los hermanos y un sobrino de Felipe Lara, secuestrado en Chos Malal en diciembre de 1977, que sigue desaparecido, describieron ayer cómo un grupo de gendarmes se lo llevó de una caballeriza donde había intentando ocultarse. Hoy, en la tercera audiencia de la semana por el juicio a más de veinte imputados por haber participado en la represión ilegal desatada tras el golpe militar del 24 de marzo de 1976, se recibirán otros testimonios del episodio

Al término de la audiencia la fiscalía desistió de la declaración de un familiar, Octavio Antonio Montecino, porque del relatos escuchados surgió que pudo haber sido parte del grupo secuestrador.

Elda –hermana de Felipe– dijo que Montecino “es esposo de una hermana, María Victoria. Ella conmigo nunca habló del tema; él sí tenía intervención porque era gendarme en Chos Malal cuando lo detuvieron. Estaban todos los gendarmes y cuando mi mamá le preguntó qué había pasado con Felipe, él le contesto que vendía a la patria y hacía cosas que no tenía que hacer. Pero nunca supimos qué había hecho, porque si es de pensar diferente, todos lo hacemos”, sostuvo.

Jorge Raúl Lara, hermano de Felipe, señaló que Montecino “era gendarme en 1977, fue el que lo identificó, porque lo conocía, era su tío”

Añadió que soportó al menos dos allanamientos en su casa de Cipolletti cuando el Ejército buscaba a Felipe.

José Lara tenia 7 años cuando los gendarmes entraron a su casa. Horas antes había llegado su tío Felipe y presenció la discusión entre su padre, José Reynaldo, y Felipe. “Mi papá era el mayor de los hermanos y le preguntaba en qué andaba, por qué lo venían siguiendo. Entonces llegó la gendarmería y mi mamá lo puso detrás de una puerta. Buscaron en todos lados y no lo encontraron; cuando se fueron, mi mamá lo sacó por el fondo, por la casa de un vecino”, describió.

Los relatos fueron coincidentes en que Felipe se refugió en una caballeriza, a pocos metros, y allí lo atrapó la gendarmería.

Ninguno de los acusados por el caso Lara estaba en la sala. Oscar Reinhold, Eduardo Molina Ezcurra y Sergio San Martín estaban en Buenos Aires, y el gendarme Ramón Saboredo (procesado por la desaparición y homicidio de Lara), en Mendoza.

En la sala en la víspera sólo estuvieron Luis Farías Barrera, el exmilitar Jorge Di Pasquale, y el excomisario rionegrino Antonio Camarelli.

La escuelita IV


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