El jacobaccino que hizo cumbre en el Aconcagua

Javier López pisó los 6.962 metros de la montaña más alta de América.

Fue el domingo minutos después de las 15 cumpliendo así uno de sus sueños y marcando un hito en el deporte extremo de Jacobacci.

“Fue el desafío personal más grande de mi vida. Una experiencia muy dura, tanto física como psicológicamente. Pero creo que no lo volvería a hacer”, señaló.

El docente, al que apodan “Peque” en alusión a su baja estatura, se preparó durante un año para realizar esta expedición.

Como parte de la misma el año pasado escaló el volcán Lanín cuya altura máxima se ubica en los 3.747.

Inició el ascenso al Aconcagua el pasado 24 de enero junto a otras seis personas de las que solo llegaron a hacer cumbre junto a él, solamente dos.

Ayer, luego de descender hasta los 4300 metros, al refugio ubicado en Plaza de Mulas, se comunicó telefónicamente con su familia y algunos amigos a quienes les hizo una breve narración sobre la aventura.

Calificó a la travesía como “muy dura” y admitió que a los 6300 metros estuvo a punto de abandonar. “Me debatí entre la vida y la muerte. Por suerte saqué fuerzas y pude seguir”.

En este sentido detalló que los efectos de la altura -a más de 6000 metros- causan serios trastornos al organismo y que en determinado momento llegó a alucinar, al perder la noción del tiempo y del espacio.

Sin embargo afirmó que fue fundamental para continuar el apoyo que le brindaban sus amigos, la familia y quienes hicieron posible que pueda realizar la expedición. “Sentía que no les podía fallar. Como sea tenía que llegar”, sentencio.

Ayer, López inició el descenso y llegó hasta los 4300 metros y hoy continuó bajando para llegar a la base mañana miércoles.