Hallan restos en SAO e investigan si son de Rodrigo Hredil o Wálter Calvo

Los investigadores tratan de determinar si se trata de alguno de los dos jóvenes de la zona que desaparecieron en 2015 y 2009, respectivamente.

El hallazgo de restos óseos humanos, una zapatilla y una gorra con visera a 700 metros de la costa, a la altura de la Baliza Camino ubicada sobre la ruta 3 en dirección a Viedma, están bajo la mira de la justicia, que en base a pruebas forenses buscará determinar a quien pertenecen y si están ligados a dos desapariciones recientes: la de Rodrigo Hredil o la de Wálter Calvo, un joven de 19 años que se perdió en San Antonio en 2009 y nunca apareció, aunque todo indicaría que habría muerto ahogado.

Oficialmente las fuentes judiciales sólo aluden al secuestro de varios huesos dispersos, desgastados y que no llegan a configurar un esqueleto completo, a lo que se sumó la indumentaria descripta.

Sin embargo, altas fuentes del mismo ámbito le confiaron a este diario que entre la osamenta encontrada figurarían restos de un maxilar provisto de dientes que aún mostrarían la presencia de brackets, el mismo sistema de ortodoncia que utilizaba Rodrigo Hredil.

La desaparición de Hredil

Se trata del muchacho de 23 años que el 31 de julio de 2015 se ausentó de su casa tras padecer un brote psicótico que afectó sus facultades mentales. La camioneta que manejaba apareció abandonada con la llave puesta en un camino rural ubicado a la vera de la ruta 251, alrededor de 15 kilómetros en dirección a General Conesa.

Aunque el lugar donde aparecieron los huesos está costeando al mar y este último punto se orienta hacia el Alto Valle, voces ligadas con la investigación en marcha precisaron que, si pudiera trazarse una línea recta entre ambos, la distancia no sería tanta, ya que rondaría los seis kilómetros.

Los primeros restos aparecieron el sábado cerca de las 17, en un campo ubicado a la altura del kilómetro 1.128 de la ruta 3, a 700 metros de la costa, en un sector donde la vegetación es tupida y alcanza un metro de altura. Allí los descubrió diseminados el dueño del lugar cuando paseaba junto a su familia.

De manera inmediata dio aviso a la brigada rural, que a su vez se contactó con la comisaría 10º, que convocó a criminalística y a la fiscalía.

Rastrillaje

El sector se resguardó y horas más tarde se inició un rastrillaje, en el que estuvieron presentes los fiscales de Viedma Paula Rodríguez Frandsen, Pedro Puntel y la local Mariela Coy. Allí lograron reunirse varias piezas.

Ayer, en tanto, los rastrillajes se reiteraron, ampliando la zona, y se descubrieron más huesos. También apareció una zapatilla de lona Dufour color gris y blanca y una gorra con visera. Estas últimas cosas fueron secuestradas, aunque son relativamente nuevas y existen escasas probabilidades de que estén ligadas con los restos. Es que Rodrigo no vestía prendas similares.

Y en el caso de Calvo, el calzado deportivo que llevaba al ser visto por última vez fue encontrado durante la búsqueda que se inició en 2009, después de que sus perros llegaran solos de la playa, ladrando desesperados en dirección al mar.

Ahora desde la Justicia anunciaron que los fragmentos óseos reunidos serán enviados a Bariloche, al laboratorio de genética forense, donde deberán ser sometidos a pruebas y análisis antropológicos que determinarán la data de los mismos, el sexo al que pertenecen y su posible identidad.

Hasta el momento, aunque la ciencia deberá confirmarlo, se presume que no son tan antiguos como para pertenecer a aborígenes que habitaron la zona. Tampoco que estén ligados a algún rito religioso del tipo umbanda, porque no se hallaron rastros de velas o de los alimentos que suelen utilizarse como ofrendas al realizar ceremonias que los incluyen.

Por otra parte fuentes vinculadas con la fiscalía no descartaron ayer que, si la investigación lo amerita, los recorridos por el área donde se encontraron los huesos se reiteren durante la jornada de hoy.

Los jóvenes desaparecidos

Datos

Rodrigo Hredil desapareció hace más de dos años. Vivía en Las Grutas. Se presume que, aquejado de un brote psicótico, acudió a la comisaría 29 porque “escuchaba voces” que le pedían “matar a su padre”.
Wálter Calvo residía en San Antonio. Poseía un retraso mental y era epiléptico. En agosto de 2009 salió a pasear por la costa con sus 2 perros, que regresaron solos, mojados y ladrando desesperadamente.

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