Tres cóndores liberados en Somuncura

Dos hembras y un macho nacidos en La Rioja hace un año y medio, dentro del programa de conservación, volaron el sábado desde el borde este de la meseta.

El frío patagónico pegó fuerte el fin de semana en el borde Este de la Meseta de Somuncura.

El silencioso campo de la familia Botana, distante a pocos kilómetros de Sierra Pailemán, y a unos 100 kilómetros de Sierra Grande, desde temprano empezó a llenarse de murmullos, sonidos de vehículos y voces que llegaban desde distintos puntos de la geografía nacional y extranjera, para participar de un momento específico.

El sábado era el día mas esperado por los integrantes del Proyecto Conservación del Cóndor Andino y por las comunidades originarias que esperan la liberación de pichones de cóndores, en este rincón del sur del país, la número 15.

Tres cóndores andinos de un año y medio que nacieron en La Rioja, fueron puestos en libertad al mediodía del sábado. Antes hubo una ceremonia cargada de emociones donde la mística originaria se mezcló con el mundo actual que busca devolver el cóndor a la costa, en un proyecto que va dando sus frutos.

Wamatinag y Llajtay son dos hembras incubadas y criadas por sus padres en el Centro de Rescate y Preservación Llastay mientras que Nehuen Co es un macho incubado y criado por sus padres en cautiverio en la Quebrada del Cóndor, Reserva Provincial Sierra de Los Quinteros.

Después de un año de intensivos cuidados, en aislamiento humano, los ejemplares estaban listos para su liberación.

Luis Jácome, director del Programa de Conservación Cóndor Andino del Ecoparque de Buenos Aires y la Fundación Bioandina explicó que el proyecto ya logró que los cóndores vuelvan a reproducirse y habitar en sus lugares originales ancestrales.

Por su parte Vanesa Astore, directora ejecutiva acotó: “No podemos creer la convocatoria que ha tenido esta liberación. Una experiencia mágica, en una liberación única y especial. Ahora comienza el trabajo de campo, de seguirlos de día a noche, de noche a día, dándoles de comer, viendo cómo van aprendiendo el arte del vuelo, hasta que sean libres completamente”.

Antes de la liberación, comunidades originarias realizaron una ceremonia ancestral como símbolo de la armonía entre los hombres, la naturaleza y la diversidad de especies. Ruegos, fuego y sonido de kultrum, marcaron ese momento.

Niños de la escuela de Pailemán y de otras escuelas de la región fueron invitados a subir a una colina, cerca de la condorera para elevar y soltar al cielo plumas del pájaro, dando la bienvenida a la libertad, a los tres que esperaban aún encerrados.

Con estos tres cóndores suman en total 51 liberados desde el 2003.

“Comienza el trabajo de campo, seguirlos, dándoles de comer, viendo cómo aprenden el arte del vuelo. Hasta que sean libres completamente”.

Vanesa Astore, directora ejecutiva del Programa de Cóndor Andino.

Datos

“Comienza el trabajo de campo, seguirlos, dándoles de comer, viendo cómo aprenden el arte del vuelo. Hasta que sean libres completamente”.

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