Por qué convoca multitudes la Fiesta del Chivito

Chos Malal hizo vibrar a más de 8 mil visitantes. La cultura, la tradición y la modernidad atraen con total intensidad.

Por qué convoca multitudes la Fiesta del Chivito

Chos Malal hizo vibrar a más de 8 mil visitantes. La cultura, la tradición y la modernidad atraen con total intensidad.

Por qué convoca multitudes la Fiesta del Chivito

Chos Malal hizo vibrar a más de 8 mil visitantes. La cultura, la tradición y la modernidad atraen con total intensidad.

Fotos: Florencia Salto

La identidad de un pueblo necesita ser moldeada todo el tiempo. Desde lo cotidiano, en relación con el otro. Compartiendo experiencias. Para después poder contarlo.

Este relato de “así somos en el norte neuquino” pudo palparse una vez más el último fin de semana largo en Chos Malal en la Fiesta del Chivito, la Danza y la Canción.

Es que aunque todos caminemos en “la aldea global”, hay cuestiones geográficas, históricas, sociales, étnicas, religiosas, económicas y artísticas, entre otras, que no hacen “bien locales”. Bien del norte neuquino.

Y es este punto que radica el éxito de esta fiesta, que este año volvió a convocar a multitudes -especialmente de la Patagonia- a deslumbrarse con las destrezas de los jinetes, a bailar cuecas y otros ritmos bien típicos de nuestra cordillera, a comer en mesas con amigos, familiares y desconocidos algunos de los más de mil chivitos que se asaron.

Lo rural y lo urbano mixturado todo el tiempo; lo moderno y lo tradicional, lo argentino y chileno, lo folklórico con el pop, los adultos con los chicos, el local con el visitante y el turista… en un clima de hospitalidad evidente y auténtico.

“El chivito de los campos de acá nomás, el vino que se elabora a pocas cuadras de nuestras casas, las verduras y frutas de nuestras huertas y quintas, el pan casero hecho en nuestras cocinas a leña… todo esto lo ofrecemos a todo aquel que lo quiera”, comentaba a “Río Negro” una feriante el viernes a la noche, en el predio de la fiesta.

Mientras tanto, gente de la organización repartían tortas fritas a quienes andaban con un poquito de hambre, a eso de las 20. También esto era parte de los gestos de hospitalidad.

El hombre de campo llegó a la fiesta con sus mejores galas. Tanto él, como su familia, y sus caballos. Es así que mirar cómo todos ellos habían armado las monturas era un espectáculo en sí mismo, con estallidos de colores.

La identidad es un aspecto crucial porque también sirve para confirmar hasta qué punto vivimos en “hermandad”. Este concepto, para fomentar un turismo diferente, es fundamental. Nadie va a ir a pasar unos días a donde falta armonía. En este punto, el vicegobernador Rolando Figueroa sostuvo que el carácter de esta Fiesta Nacional “nos permite mostrarnos no solo en la provincia y la región sino también a todo el país y el exterior. Vemos muchos visitantes de Chile y de otros países que se han acercado y todos han hablado muy bien de cómo está Chos Malal y todo el norte neuquino”.


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