Tiroteo en la noche allense porque quisieron robar un caballo del circo

ALLEN (AC).- Era de madrugada y Lucero estaba descansando como los demás animales del circo. No pensó que a esa hora tendría una función, aunque distinta a la habitual.

Cerca de las 4,30 del domingo tres intrusos ingresaron al predio del circo de los Hermanos Servian, que está instalado en la zona norte de esta ciudad. Se acercaron al corral, desataron a Lucero (uno de los caballos que forma parte del espectáculo), y emprendieron la retirada. Ya se lo estaban llevando cuando dos policías que se encontraban de custodia en el lugar se dieron cuenta y fueron a impedirlo; pero los sorprendieron a balazos.

Uno de los malvivientes llevaba nada menos que una 9 milímetros y comenzó a disparar para que los uniformados -que estaban a unos 70 metros de distancia- no los alcanzaran. La policía también efectuó varios disparos «al aire, intimidatorios», se informó.

No hubo heridos, pero el revuelo fue grande. En ese momento todos los integrantes del circo estaban durmiendo en sus respectivas casillas y los animales se hallaban resguardados en sus corrales o jaulas.

Al menos seis disparos realizaron los delincuentes, según constataron luego los efectivos a raíz de las vainas servidas halladas en las inmediaciones.

Los tiros se escucharon en la zona norte de la ciudad y también preocuparon a varios vecinos.

El circo está asentado en Piñeiro Sorondo y Conquistadores del Desierto, próximo a las vías del ferrocarril y uno de los puentes de acceso a la zona norte de Allen.

Ayer la policía local seguía trabajando para tratar de individualizar a los cuatreros y hallar la pistola utilizada en el hecho. Les llamaba la atención que se trataba de un arma similar a las que emplea la fuerza. No habían podido determinar si los tres malvivientes estaban armados cuando ingresaron al predio. «Al menos fue una sola (el arma) que disparó», comunicó una fuente.

Mientras continuaba la investigación policial, ayer Lucero estaba en su corral y se reponía del susto junto a Sixto, su dueño.


ALLEN (AC).- Era de madrugada y Lucero estaba descansando como los demás animales del circo. No pensó que a esa hora tendría una función, aunque distinta a la habitual.

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