¡Fútbol, fútbol, fútbol!
Fueron 18 días en los cuales casi todos los deportes que existen fueron televisados en vivo por tres canales a la vez, algo más de 12 horas diarias.
Los Juegos de Atenas cerraron el domingo pasado y Argentina pudo llegar al oro: dos medallas y el mismo día. Terminaba una historia de 52 años de intentos fallidos tras aquella del remo en Helsinki '52. En Atenas, el fútbol y el básquet lo hicieron.
Pero, ¿qué ocurrió con los deportistas argentinos amateurs en Atenas, con los deportes que forman el atletismo, esencia de los Juegos Olímpicos? Ocurrió lo tristemente previsible: intrascendente presencia.
A cada participación argentina, le seguían declaraciones de los deportistas que oscilaban entre la emoción de haber estado allí, la molestia por la insatisfacción de ser últimos entre muchos, y el abandono de un país que sólo los tiene en cuenta cada cuatro años, cuando ya es demasiado tarde. Peor aún, varios deportistas pidieron perdón en cámara por haber tenido un mal desempeño. ¿Alguien le pi-dió perdón a ellos por tanto abandono?
Uno de ellos fue José Meolans, quien «decepcionó» al no superar ningún corte clasificatorio. Ni en 50 ni en 100 metros libres. Pero, ¿cuántos de nosotros sabemos del trabajo diario de Meolans durante los días -casi todo el año- en los que se levanta a las 4 de la mañana para comenzar a entrenar? ¿Qué nos interesa la natación? Nada, salvo cada cuatro años para exigir una medalla.
«Somos un desastre», opinan los periodistas deportivos que, mientras los atletas penan por tener las condiciones mínimas de entrenamiento, pierden horas y páginas hablando sobre cómo festejará Palermo su próximo gol.
Hoy se habla de Ginóbili, Tevez y Bardach -medallistas ellos- como «nuestros héroes». Los atletas Marcelo Pugliese, Romina Maggi y Nancy Alvarez, entre otros, también son nuestros. Pero ¿quién se hace cargo? Es que volvieron sin medallas.
Argentinos al palo, podemos ser lo mejor y lo peor a la vez con la misma facilidad. (Bersuit dixit).
Sin una política deportiva seria seguiremos siendo sólo fútbol, fútbol, fútbol.
Juan Mocciaro
jmocciaro@rionegro.com.ar
Fueron 18 días en los cuales casi todos los deportes que existen fueron televisados en vivo por tres canales a la vez, algo más de 12 horas diarias.
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