Clérigo chiíta llama a sus seguidores a dejar las armas y piensa en política

BAGDAD -El clérigo chiíta Moqtada al-Sader ordenó ayer a sus seguidores deponer las armas y está considerando incorporarse al proceso político iraquí, informó uno de sus allegados. Al-Sader «ha ordenado el cese de todas las operaciones militares en Irak y estamos estudiando la posibilidad de integrarnos al proceso político'', dijo Naim Al-Kaabi, vocero de al-Sader en Bagdad.

Es que la estrella del clérigo radical chiíta parece apagarse tras semanas de combates y cientos de nuevas víctimas. Familias como la de Hussam Chanis, de 15 años, quien ayer fue ingresado en el hospital Al Kindi de Bagdad con heridas de bala en las dos piernas, no quieren ni oír hablar de una lucha del «Ejército del Mahdi» hasta la «última gota de sangre». «Tengo suerte de no estar muerto», dic Su madre, Hana, duda de los motivos de las milicias de Al Sader. «En el Ejército del Mahdi hay mucha gente mala con objetivos propios. No se mata a otra persona así porque sí», opina la mujer. «Nosotros somos gente pacífica y queremos la paz», agrega. Todos los presentes en la sala critican a las tropas norteamericanas, pero tampoco tienen buenas palabras ya para Al Sader.

Al gobierno de transición del primer ministro Iyad Allawi le encantaría que esta pobre barriada de Bagdad fuera el último campo de batalla del clérigo radical. Para ello, el gobierno pretende incrementar la presión internacional sobre Al Sader. Así, con una visita de alto nivel, Irak está creando contactos con la cúpula chiíta de Teherán. Irán podría influir sobre Al Sader, espera el gobierno iraquí.

Lo que se pretende es lograr un acuerdo de paz para Ciudad Sader similar al negociado por el gran ayatollah Ali al Sistani y Al Sader para Najaf.

Algo que parece indicar un cambio de rumbo hacia un movimiento político. «Sería aceptable si sólo patrullara la policía iraquí», dice Abdul Sahra Mahmud, un seguidor de Al Sistani. Pero la doctora Renia Mohammed, quien a diario atiende heridos, no tiene esperanzas en una pacificación rápida. «Todos quieren un pedazo del pastel». (AP/DPA)


BAGDAD -El clérigo chiíta Moqtada al-Sader ordenó ayer a sus seguidores deponer las armas y está considerando incorporarse al proceso político iraquí, informó uno de sus allegados. Al-Sader "ha ordenado el cese de todas las operaciones militares en Irak y estamos estudiando la posibilidad de integrarnos al proceso político'', dijo Naim Al-Kaabi, vocero de al-Sader en Bagdad.

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