Cálculos renales en perros y gatos: ¿cómo tratarlos?

La mayor parte de los cristales se alojan en la vejiga y la uretra de los animales. El veterinario Rodrigo Aranda habló de las claves de prevención con Río Negro.

En ocasiones, nuestras mascotas sufren enfermedades a la par de las personas, algo mucho más común de lo que se cree. Un caso son los cálculos renales. La urolitiasis es la presencia de cálculos en la vía urinaria (riñones, uréteres y vejiga) capaces de provocar dolor en la micción, obstrucción e incluso hemorragia o infección frecuente en perros y gatos.

Su formación de cristales es una amplia variedad de minerales a causa de diversos factores. La mayor parte se ubica en la vejiga o la uretra explica Rodrigo Aranda, médico veterinario de Allen. Sólo un pequeño porcentaje se aloja en los riñones o los uréteres. Los cálculos urinarios pueden dañar el revestimiento de las vías urinarias provocando inflamación e infección bacteriana, siendo un factor importante en la formación de cálculos de estruvita (tipo de piedra o cristal ).

La extracción quirúrgica de cálculos urinarios se llama cistotomía. Y cuando están en la uretra es uretrotomía. Ocasionalmente se hace una abertura permanente para permitir que cualquier cálculo futuro pase sin provocar una obstrucción – aclara el veterinario – se llama uretrostomia perineal.


Los cálculos con frecuencia pueden desprenderse y volver a la vejiga urinaria irrigando la uretra con una sonda urinaria, una técnica llamada urohidropulsión retrógrada.

Los minerales más frecuentes son el fosfato de amonio y magnesio. Este tipo de cálculo urinario representa el 50 % en caninos – (el Schnauzer miniatura, Caniche miniatura, Bichón Frisé y Cocker Spaniel son las razas más afectadas). En gatos, es aproximadamente el 30 %, asegura Aranda. La nutrición es clave en el tratamiento y aumentar el volumen urinario fundamental para prevenir los cálculos urinarios.

Estimularlos a beber más agua colocando cuencos o fuente con agua limpia y fresca, ya que les llama la atención el agua corriente, concluye Aranda.


* Sangre en la orina y pérdidas urinarias frecuentes.

* Dificultades para orinar o asumir la posición de orinar sin producir orina.

* Molestias abdominales

* Son más frecuente en gatos machos que en hembras porque la uretra tiene menos diámetro.

* Una dieta elevada de minerales y proteínas puede contribuir a una mayor saturación de sales en la orina.


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